El intento de asesinato de Cristina Kirchner trajo consigo conmoción general, incluso a nivel internacional. También mostró severa preocupación por la gravedad de lo ocurrido.
Aún quedan muchas preguntas por responder: ¿Quién mandó al tirador a hacer lo que hizo? ¿Lo hizo por cuenta propia? ¿Puede volver a suceder algo semejante en el futuro?
Es inquietante intentar contestar esos interrogantes, porque podrían traer nuevas sorpresas indeseables. Con sus respectivas preguntas: ¿Y si se generó algún tipo de efecto contagio, de personas que ahora buscarán aleccionar a referentes de la política a los que detestan?
Lo ocurrido es un “antes” y un “después” en la política vernácula, una bisagra en la historia argentina. Que debe servir para aleccionar e interpelar a la sociedad toda. A efectos de que nunca más pase algo igual. Ni parecido.
Dependerá de la ciudadanía que ello ocurra. Y de la clase política, de un lado y del otro de la grieta. Que todos se animen a terminar con el discurso del odio y los enfrentamientos sin sentido.
Algo de ello se estuvo viendo en estas horas, con mensajes conciliadores, pero parecieron discursos de ocasión, no más que ello. Palabras correctas para aquietar aguas tempestuosas. Pero solo de la boca para afuera.
Ya hubo otros intentos de cerrar grietas, y solo funcionaron un tiempo. Hay registros fotográficos de ello: la foto de Perón y Balbín en los 70, la imagen de Alfonsín y Cafiero en los 80, y el retrato de Menem junto a Alfonsín en los 90. ¿De qué sirvió finalmente? Solo demostraron ser “íconos” que se sacan de la galera como ejemplos de comunión política que jamás fue tal.
No obstante todo lo dicho, a pesar de lo grave de lo sucedido con Cristina Kirchner, ocurrieron cosas positivas en las últimas horas.
Entre otras: el convencimiento de que hay que erradicar la violencia política de una vez, las marchas en todo el país allende las banderías partidaria y, principalmente, la feliz coincidencia de 7 ex gobernadores de Mendoza, peronistas y radicales, de repudiar el intento de magnicidio contra Cristina Kirchner.
José Octavio Bordón, Julio Cobos, Alfredo Cornejo, Rodolfo Gabrielli, Celso Jaque, Arturo Lafalla y Francisco Pérez firmaron un comunicado en el cual rechazaron “todo tipo de violencia y nos solidarizamos con la Vicepresidenta de la Nación, víctima hoy de esa irracionalidad”.
A su vez, instaron “a toda la dirigencia política, sindical y social, a encontrar caminos de diálogo sostenidos en la tolerancia y el respeto, excluyendo todo tipo de agresión y descalificación del que piensa distinto“.
Finalmente, el comunicado interpela: “Todos tenemos la responsabilidad de construir y fortalecer una democracia, sustentada en conductas que muestren voluntad sincera de conciliación y tolerancia“.
El único que pareció desentonar en medio de tanta concordia fue el gobernador Rodolfo Suarez, quien decidió que Mendoza no acompañaría el feriado nacional decretado por Alberto Fernández. Una acción incomprensible.
Pronto, el mandatario se dio cuenta del error y reconoció que no se descontaría el día a quienes no concurrieran a sus trabajos. Pero el gesto ya había copado los medios de todo el país. Como un símbolo de rebeldía absurda.
Como se sabe, hay momentos para hacer política, y otros en los cuales hay que bajar decibeles. Este era uno de ellos.
Fuente Mendoza Today