Alemania dejará en situación de “reserva” hasta abril de 2023 dos de las tres últimas tres centrales atómicas del país, que de acuerdo al calendario del apagón nuclear deberían quedar desconectadas a finales de este año.
Estas son las conclusiones del llamado “test de resistencia” sobre la situación energética del país que presentó el ministro de Economía y Protección del Clima, el verde Robert Habeck, con rango de vicecanciller en el tripartito entre socialdemócratas, ecologistas y liberales de Olaf Scholz.
De acuerdo con sus planes, serán las plantas de Isar 2, en Baviera, y Neckanwestheim, en Baden-Württemberg (ambos “Länder” en el sur del país), las que seguirán en esa situación durante cuatro meses más de lo previsto, mientras que la de Emsland, en Baja Sajonia (centro), se desconectará este año. Ello supone una nueva modificación en los planes de abandono de esa fuente de energía, impulsado primero por el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder en 2000, con los Verdes como aliados, y recuperado en 2011 por la conservadora Angela Merkel, a raíz de la catástrofe de la central japonesa de Fukushima.
Scholz había dejado abierta hace unas semanas la posibilidad de prolongar la existencia de las tres últimas plantas en función de los resultados de esas pruebas y una vez evaluada la situación energética del país. “Los resultados del test de resistencia apuntan a que, en caso de una situación de emergencia en el invierno de 2022/23, es conveniente mantener en reserva esas dos plantas del sur del país”, afirmó Habeck al presentar las conclusiones.
El ministro de Economía y Protección del Clima consideró, además, que esta situación no se prolongará más allá de esos cuatro meses, ya que la “situación energética” será “muy distinta” de cara al siguiente invierno.“No nos apartamos de la línea del abandono de la energía nuclear, tal como está regulada”, aseguró Habeck, quien hizo hincapié en que esas plantas quedarán en situación de “reserva”.
La coalición de Gobierno alemán ha mantenido posiciones divergentes acerca del abandono puntual de la energía nuclear.Mientras los socialdemócratas de Scholz se mostraban partidarios de una prolongación limitada a unos meses, sus socios liberales apostaban por mantenerlos conectados al menos hasta 2024 o incluso de reactivar algunas plantas que habían quedado desconectadas el año pasado.
Los Verdes, un partido para el que el adiós a la energía nuclear forma parte de sus esencias fundacionales, rechazaban que fuera necesario modificar el plan para el apagón definitivo, puesto que las tres plantas en activo proporcionan apenas un 6 % del total del consumo energético. Sin embargo, parte del partido ecologista no lo descartaba ya completamente en medio de la inseguridad derivada de la reducción de los suministros de gas ruso.
Alemania ha logrado rebajar su dependencia energética de Rusia desde el inicio de la invasión de Ucrania. Si en febrero un 55 % del total de importaciones de gas procedían de ese país, ahora el porcentaje bajó al 9 %, tras sustituirse por envíos de Noruega y Países Bajos.
Los depósitos de gas se encuentran actualmente en un 85 % de su capacidad, un nivel que esperaba alcanzarse en octubre, mientras que para noviembre se aspira a lograr el 95 %, considerado necesario para garantizar los suministros de todo el invierno.
Alemania dejará en situación de “reserva” hasta abril de 2023 dos de las tres últimas tres centrales atómicas del país, que de acuerdo al calendario del apagón nuclear deberían quedar desconectadas a finales de este año.
Fuente El Confidencial