Pero hay además otro factor que está jugando en contra de las reservas del BCRA: la depreciación del yuan. Al respecto, cabe recordar que del stock total de reservas brutas del BCRA apenas superaba los u$s36.600 millones a mediados de la semana pasada. Pero de ese stock hay más de u$s11.700 millones que son los encajes de los depósitos en dólares, luego hay aproximadamente unos u$s18.700 millones del swap con China, otros u$s3.000 millones de swap con otros bancos y entidades como el BIS, poco más de u$s1.300 millones de SEDESA y desembolsos del FMI no computables a las reservas por más de u$s1.100 millones, el resto son las reservas netas, menos de u$s800 millones. Para entender lo acuciante de la situación esas divisas netas apenas cubren dos o tres días de importaciones, cuando el criterio aceptado, según la llamada regla Guidotti-Greenspan, recomienda contar con reservas para 5 a 7 meses de importaciones. De modo que la dependencia de las reservas a los vaivenes de la divisa china es un factor relevante. Basta con mencionar que se estima que aproximadamente un 80% de la caída del stock de reservas brutas en lo que va del año corresponde a la desvalorización del yuan. Es que el yuan que había marcado máximos en el quinto bimestre del 2020 por sobre las 7,11 unidades por dólar desde entonces empezó a apreciarse hasta 6,31 unidades en marzo pasado. Es decir, entre setiembre-octubre de 2020 y marzo pasado el yuan se revalorizó en casi 13%. Lo cual impactó favorablemente en la valorización del stock de reservas brutas del BCRA.
Pero, a partir de ese momento, es decir desde abril pasado el yuan comenzó a depreciarse, por diversas causas, entre ellas la desaceleración del nivel de actividad de la economía china, los problemas del sector inmobiliario chino y como si fuera poco el rebrote de los contagios de coronavirus que impusieron nuevos bloqueos y cierre de ciudades. Así el yuan se empinó a la baja frente al dólar desde las 6,33 unidades saltando a casi 6,79 en mayo. Tras un breve período de estabilidad en agosto volvió a las andadas. A mediados del mes pasado la paridad entre el dólar y el yuan escaló a niveles de 6,90. O sea, se depreció más de un 9% lo que afectó negativamente al stock de reservas brutas del BCRA, presidido por Miguel Pesce. Y setiembre no pinta nada mejor. En los últimos días el yuan siguió perdiendo terreno llegando a cotizaciones de más de 6,97 por dólar. Estos precios no se veían desde abril de 2020 y propios de la crisis financiera mundial de 2008. De modo que en agosto el dólar frente al yuan ganó casi 3%, y en lo que va de 2022 cerca de 9%. Al día de hoy, por “culpa” del yuan, se estima que las reservas brutas han perdido más de u$s2.500 millones. Un dato a tener en cuenta a la hora de monitorear las reservas.
Fuente Ambito