El hombre sostuvo que su padre, José Enrique Del Río (74), al que llamaba “Quique”, fue “su amigo y maestro, y que siempre tenía la palabra justa en el momento preciso”.
En tanto, sobre su madre, María Mercedes Alonso (72), apodada “Mecha”, aseguró que era “su coequiper” y que estaba “siempre atenta a todo”.
El hijo menor del matrimonio señaló que de adolescente comenzó a trabajar en la administración de unos garajes que manejaba su padre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y que también tenía “varias empresas de seguridad y de limpieza”.
“Trabajando con ellos nuestra relación creció a niveles únicos, éramos súper compinches en todo”, indicó.
El hombre describió que las dos situaciones “cruciales” en la vida familiar fueron cuando su padre y su madre tuvieron enfermedades “neurológicas graves”, lo que describió como “momentos duros, de mucha angustia y dolor”.
En otro fragmento de la misiva, Del Río hace referencia a su mujer y sus hijos, a quienes calificó como “únicos e increíbles”.
“Hijos los amo y ustedes saben quién es su padre y cuánto amaba a sus abuelos”, escribió antes de mencionar a Diego, su “hermano querido”, a quien le dijo que lo amaba y que lo que está viviendo es “una novela de terror”.
Para finalizar, el principal acusado por el doble crimen de Vicente López se defendió y sostuvo: “En mi vida hubiese hecho una cosa así, nunca”.
“Viejos los amo y los voy a amar toda la vida. Gracias viejitos amados, voy a luchar para saber que pasó. Los amo”, finalizó en su carta de una carilla y media de extensión.
Fuente Ambito