MADRID, España.- El escritor cubano Leonardo Padura presentó este martes Personas decentes, su más reciente novela, publicada por la casa editorial Tusquets, y que aborda la “parametración” en Cuba, época en que muchos escritores y artistas fueron censurados y perseguidos.
En el encuentro, ocurrido en la librería Rafael Alberti, de Madrid, Padura explicó que Personas decentes es de alguna forma un complemento de Máscaras (1997), su cuarta novela, y la tercera de la serie de su emblemático personaje, el detective Mario Conde.
“En Máscaras hablaba, desde el punto de vista de las víctimas, sobre un proceso de represión política y cultural que se vivió en Cuba en los años 70 contra la intelectualidad. En este caso quería juzgar desde el punto de vista de los victimarios”, precisó.
Según consideró, “los victimarios tienen como pretexto la obediencia de vida, `yo hice esto porque me mandaron´, pero tiene que haber un elemento especial en el carácter de alguien para ejercer ese tipo de presiones y propiciar la humillación de las personas”.
“La novela es un ejercicio de memoria con los intelectuales que fueron parametrados… Marginaron a muchos, entre ellos José Lezama Lima y Virgilio Piñera, dos de los más grandes escritores cubanos del siglo XX”, agregó el autor, Premio Princesa de Asturias de las Letras.
Como hiciera el escritor en ocasiones anteriores —La novela de mi vida, por ejemplo—, esta nueva entrega entrelaza dos historias: Una ocurrida durante la época de la República, relacionada particularmente con el reconocido chulo Alberto Yarini y Ponce de León; y otra en el contexto del 2016: año peculiar para Cuba, marcado por la visita del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, el concierto del grupo británico The Rolling Stones, el desfile de la firma de moda Chanel y el rodaje del filme estadounidense Rápido y furioso. Con estos sucesos como escenario, en Personas decentes un exdirigente y represor del Gobierno es asesinado, y la policía solicita ayuda a Mario Conde.
Tras referirse a problemas actuales de la Isla como el éxodo masivo, la crisis de la zafra azucarera, los bajos salarios que no alcanzan “ni para permitirse una cajetilla de cigarros”, Leonardo Padura señaló que todo ello “significa un desgarramiento muy fuerte para el país”.
“Ese desencanto se respira en la novela. Todo ese pesimismo con respecto a un futuro que no sabemos cómo va a producirse”, dijo el también autor de El hombre que amaba a los perros y Como polvo en el viento.
Preguntado sobre la obsesión de sus personajes con el tiempo (perdido de quienes se han quedado en Cuba) y el espacio (de los que se han ido de Cuba), explicó que “la sensación `me han robado el tiempo, me han robado la vida´, es muy frecuente en el país”. “Esta sensación viene a expresarla muy bien Mario Conde”, añadió.
Para argumentar sobre ello, comentó que su generación fue una generación muy preparada, por lo que la mayoría de sus compañeros son médicos, diseñadores, geógrafos…. sin embargo, “muchos están en una situación en que no son nada”.
Leonardo Padura puso el ejemplo concreto de un amigo muy cercano que “se está jubilando, con una jubilación que no le alcanza para vivir después de haber trabajado más de 40 años, sin esperanzas, sin expectativas”.
Según cita el novelista, este amigo le suele decir: “¿A dónde hemos llegado y cómo hemos llegado?
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Fuente Cubanet.org