
Sobre las posibles soluciones para las importaciones, Tombolini les pidió que unifiquen los reclamos, y que no vayan al Banco Central “caso por caso”. El viernes tendrán un nuevo encuentro, donde Cgera le llevará un listado de los casos críticos. Las mayores dificultades están en el sector de la óptica, gráfica y marroquinería, donde no hubo paradas de planta, pero si recortes en turnos y líneas de producción. En julio, primer mes de las mayores restricciones, cayó la capacidad instalada después de 5 meses al alza, según publicó este martes el INDEC.
Los industriales le plantearon una serie de modificaciones en la forma de acceder al dólar oficial mayorista, hoy en $143. “Nos dijo que lo ve viable”, contó uno de los presentes. Sin embargo, les anticipó que tiene que conversarlo con el Banco Central y con el ministro de Economía, Sergio Massa. Además, le deberán llevar los “programas de importación” para lo que quede del 2022 y para 2023. Además, Tombolini admitió que hay un “cuello de botella en las Simis B”, y anticipó que en estos casos podrían acortarse los plazos para acceder al MULC, que hoy son de 180 días. Podrían bajarse a 90 pero bajo dos condiciones: en los casos que sea para insumos de pymes (no de grandes empresas), y que no tengan producción local. La queja de los empresarios fue que hay bienes con licencias no automáticas porque en el pasado se producían en el país, pero no actualmente. La otra alternativa sería pasar licencias no automáticas a automáticas. Sin embargo, las licencias automáticas, o Simis A, tampoco aseguran el acceso al dólar. Por eso, uno de los pedidos es retomar una agenda que habían cerrado con Daniel Scioli, pero que quedó trunca cuando terminó su fugaz mandato en el Ministerio de Desarrollo Productivo. Implicaba que las pymes que importan menos de u$s 1 millón anuales tengan mayor libertad en el acceso. Un empresario le contó a Tombolini su caso: factura u$s6 millones por año, importa u$s800 mil y tiene 5 simis frenadas, pese a contar con cupo.
Hay molestia entre las pymes y el Banco Central. Según contó un empresario, durante su corta gestión Scioli los mandó a buscar financiamiento a un banco privado, por recomendación del titular del Banco Central, Miguel Pesce. Sin embargo, el industrial contó que tuvo la aprobación de un crédito a 180 días, con una tasa de 10% en dólares, pero que cuando tenían que girarle los dólares, en el banco le dijeron que finalmente no había más cupo. Si bien tiene frenados pago de importaciones de insumos por u$s 100.000, el industrial contó que tiene la urgencia de pagar tan solo u$s 10 mil, porque el proveedor de China ya le inició acciones legales. “Deposité dólares propios en la cuenta y no me permiten girarlos afuera. Ahora, si los tuviera en una cuenta en el exterior, podría enviarlos sin problema. Es un premio al que se la llevó afuera”, se quejó el empresario.
Blanqueo industrial
Marcelo Fernández, titular de la Cgera, le presentó a Tombolini una especie de “blanqueo industrial”. Desde la confederación lo llaman “exteriorización de activos externos” con el fin de pagar importaciones de bienes de capital e insumos industriales esenciales. Buscan los mismos beneficios que tiene hoy la construcción.
En diálogo con Ámbito, Fernández contó cuál fue la reacción de Tombolini: “Le pareció bien, nos anticipó que lo va a hablar con Economía y el Banco Central”. Sobre la propuesta, el titular de Cgera aclaró: “Vamos a demostrar que no es dinero mal habido, sino ahorros propios, en una economía que tiene el 40% en la informalidad y u$s 180 mil millones en el colchón”. Sin embargo, Fernández no se mostró optimista: “Por más que entran más dólares en créditos y liquidaciones, el Gobierno quiere recomponer reservas”.
Fuente Ambito