La pareja que forman Harry, el duque de Sussex, y su esposa Meghan Markle, siempre motivó muchos conflictos y escándalos a su alrededor. Si bien ambos son de perfil bajo y hasta abdicaron de sus privilegios reales, la relación que mantienen con muchos de los otros miembros de la Familia Real Británica y las filtraciones de conversaciones con ellos, siempre generaron comentario y roces, fundamentalmente alrededor de la no aceptación de una mujer divorciada y de tez negra dentro de la Corona.
Ahora, más nubes oscuras aparecen en el horizonte de los tortolitos. Es que la hermanastra de la exactriz, Samantha Markle, realizó una demanda ante la Justicia norteamericana por las declaraciones que dio Meghan en el programa que conduce Oprah Winfrey el año pasado y, también, por otros testimonios que se publicaron en su biografía titulada Finding Freedom (Encontrando la libertad).
Según los portales de noticias especializados, muchas de las declaraciones sobre su familia paterna -con la cual Meghan no se relaciona- afectaron sensiblemente a la reputación personal de Samantha, quien no sólo hizo la presentación, sino que amenaza con convocar como testigo a Harry, a la popular conductora afroamericana y a la mismísima madre de Meghan, Doria Ragland.
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La defensa de la actriz sabe que no hay espacio para nuevos escándalos en la familia real, a menos de un mes del fallecimiento de la Reina Isabel II, y con ya bastantes frentes de batalla abiertos a base de rumores muchas veces falsos, pero otros reales.
Es por eso que los letrados de Meghan solicitaron a las autoridades judiciales que detengan la recopilación de pruebas hasta que se tome una decisión respecto a la desestimación o no de la demanda. Para los representantes legales de la exduquesa de Sussex, sus declaraciones tanto televisivas como escritas son ciertas y, si aún así no lo fueran, no serían para nada demandables por parte de su media hermana.
Parte de las polémicas que le molestaron a Samantha vienen de que su hermanastra dijo que vivió los comienzos de su vida como una hija única, a la cual ella ignoraba por completo.
Una relación rota
La relación de Meghan con su padre, Thomas Markle, viene rota desde hace bastante tiempo, a tal punto que el hombre jamás conoció a su yerno ni a sus nietos. El iluminador tampoco estuvo en la boda real que protagonizó su hija junto al príncipe Harry y, además, por aquellos días declaró que no creía “que la familia real británica sea racista en absoluto”.
Estos conflictos no son los primeros en su relación, ya que su hija le escribió una carta en 2018 donde le pidió que dejara de dar notas a la prensa sensacionalista que busca sacar rédito de los conflictos que se hacen públicos en su vida.
“Estoy muy decepcionado. Me he disculpado por ello al menos cien veces. Siento haberlo hecho”, expresó el padre a ITW en aquel entonces. Su colaboración con ciertos medios de comunicación también habilitaron que Meghan le ganara un juicio al Mail on Sunday por una carta que le envió a su padre en agosto de 2018 y que filtraron en su portal.
Fuente Big Bang News