Las protestas en Irán desatadas tras el asesinato de la joven Mahsa Amini comenzaron con grandes manifestaciones que fueron respondidas con la matanza de alrededor de cien personas, se han propagado a los colegios con las niñas quitándose el velo.
Las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini comenzaron con grandes manifestaciones que fueron reprimidas por la fuerza, con lo que las movilizaciones pasaron a las universidades y ahora se han extendido a colegios con niñas quitándose los velos en Irán.
A ello se suma gestos de desobediencia en las calles: mujeres que caminan por las vías públicas sin velo, sin aparentemente protestar; conductores que hacen sonar los cláxones sin parar, o los gritos desde las ventanas contra el régimen por las noches.
Amini murió el viernes 16 de septiembre tras ser detenida por la llamada Policía de la moral por llevar mal el velo y desde entonces el país persa vive protestas protagonizadas por jóvenes y en especial mujeres, que quieren más libertades.
NIÑAS SIN VELOS
En los últimos dos días se ha abierto un nuevo frente en las protestas: niñas de colegio y estudiantes de institutos.
«Mujer, vida, libertad», gritaban las estudiantes en un colegio de la ciudad de Sanandaj, en el Kurdistán iraní, mientras ondeaban sus velos, según un vídeo publicado por activistas sin verificar.
En la ciudad de Karaj, en la provincia de Alborz, jóvenes estudiantes lanzaron sus velos a un profesor.
“No queremos la República Islámica” y “que se pierdan los clérigos”, gritan estudiantes de instituto en otros vídeos.
En ciudades como Teherán jovencísimas manifestantes han marchado por las calles, mientras sonaban los cláxones de los coches en señal de apoyo, según vídeos en los que se aprecian que se trata de calles iraníes, las matrículas son del país y el acento es de la zona.
Estas nuevas protestas son más tranquilas que las batallas campales de días pasados, pero si sucediese una tragedia en uno los colegios las consecuencias serían impredecibles.
“Las protestas se han vuelto incontrolables. A menos que (las autoridades) quieran dar palizas y arrestar a niñas de colegios no hay vuelta atrás”, afirmó en Twitter el analista del Center for International Policy de Washington, Sina Toossi.
Y es que esa ha sido la manera en la que las autoridades han gestionado la crisis hasta ahora, con represiones violentas, arrestos de manifestantes, activistas, periodistas y figuras públicas que han apoyado las protestas, mientras han señalado al «enemigo», es decir EE.UU e Israel de estar detrás de todo.
Esos choques causaron 41 muertos según el recuento de la televisión estatal de la semana pasada, pero la ONG Irán Human Rights, con base en Oslo, eleva la cifra a 92.
EVOLUCIÓN
Ante esa represión las protestas han sido evolucionando y mutando de forma impredecible.
En los primeros días de las protestas hubo concentraciones en al menos 40 ciudades en las 31 provincias de Irán, que desembocaron en batallas campales con fuertes choques con las fuerzas de seguridad que usaron porras, gases lacrimógenos y, según la ONU, munición real.
Una vez apagado ese fuego, las movilizaciones pasaron a las universidades, que comenzaron las clases presenciales el pasado sábado después de que una semana antes las autoridades decidieron que el inicio del curso lectivo sería solo “online”, a pesar de las fuertes restricciones en internet.
Así, las principales universidades de Teherán y otras ciudades iraníes vivieron este fin de semana protestas que en algunos casos se tradujeron en fuertes choques con las fuerzas de seguridad.
Así fue en la prestigiosa Universidad Tecnológica de Sharif de Teherán, donde el domingo por la noche hubo fuertes enfrentamientos con disparos al aire y al menos 36 estudiantes fueron detenidos.
«Alrededor de la universidad se han escuchado disparos. La situación es peligrosa no salgáis de la universidad», indicó el diario del centro educativo en sus redes sociales el domingo.
Esa universidad canceló las clases presenciales al día siguiente, pero otras facultades del país tomaron el testigo en las protestas por Amini, pero también por la detención de estudiantes de Sharif.
Las autoridades ha respondido a ese nuevo desafío blindando las universidades con policías antidisturbios, como es el caso de las universidades de Teherán y Amir Kabir, situadas en el centro de la capital.
DESOBEDIENCIA
A todo esto se suma formas más cotidianas de mostrar el enfado, la indignación o el cansancio con el estado de las libertades en el país persa.
Así, por las calles se ve a mujeres solas o en pequeños grupos que caminan sin velos, sin aparentemente protestar.
O directamente hacen ostentación de la falta de velo: en la popular calle Valiasr dos jóvenes caminaban por la mediana de la carretera sin velos y haciendo ondear globos de colores de forma festiva, en una reciente tarde.
Por las mañanas temprano, en el espeso tráfico de Teherán muchos conductores hacen sonar sus cláxones sin parar, algo que se repite por las tardes, al final de la jornada laboral.
Los conductores también hacen sonar la canción “For” que se ha convertido en el himno de las movilizaciones y que llevó a su autor Shervin Hajipour a la cárcel, de la que salió ayer en libertad bajo fianza.
Esa canción también suena desde algunas ventanas por las noches, cuando los vecinos gritan «Muerte al dictador» en referencia al líder supremo de Irán, Ali Khameneí, amparados en la oscuridad. EFE
Fuente Aurora