A pesar del conflicto en curso entre Israel y Hezbollah; el nuevo año trae el potencial para un cambio estratégico en las relaciones entre Israel y el Líbano.
Por Carmit Valensi y Orna Mizrahi
Un acuerdo final sobre la demarcación de la frontera marítima facilitará el progreso en la producción de gas y marcará un logro poco común para los dos países, que han estado en estado de guerra desde que se establecieron.
Más allá de la contribución económica, un acuerdo podría mejorar la seguridad nacional al garantizar la tranquilidad y la seguridad en el mar y posiblemente incluso frenar la actividad de Hezbollah contra Israel.
El compromiso requerido de Israel para un acuerdo no debe verse como una concesión o capitulación, porque un acuerdo sobre este tema trae consigo importantes beneficios económicos y de seguridad, y sobre todo valor estratégico: este podría ser el primer paso en un nuevo camino hacia mejores relaciones bilaterales y menos influencia iraní en el Líbano.
Israel debe invertir esfuerzos con este fin y darse cuenta de la posibilidad de mejorar las relaciones con el Líbano, al tiempo que se mantiene preparado para cualquier desafío militar de Hezbollah.
Al mismo tiempo, la amenaza a Israel por parte de Siria permanece, centrada principalmente en el proyecto militar y el atrincheramiento de Irán.
Aquí también, sin embargo, puede haber una luz de esperanza sobre la posibilidad de contener la presencia iraní.
A pesar de su determinación de afianzarse en Siria; Irán ha estado bajo presión recientemente desde varias direcciones.
Entre estas: continuos ataques intensivos, atribuidos a Israel, destinados a frustrar las transferencias de armas, y particularmente ataques a aeropuertos internacionales en Siria que constituyen un corredor aéreo para el suministro de armas de Irán a sus aliados en Siria y Líbano, incluido Hezbollah; el impulso del régimen de Assad para restringir la actividad iraní y frenar posibles represalias contra Israel desde su territorio, con el fin de reafirmar la soberanía y la estabilidad de Siria; Rusia, a pesar de su enredo en la guerra de Ucrania, aún conserva una presencia y ejerce cierta moderación sobre la actividad iraní más amplia en este teatro.
Más allá de la campaña militar, Israel debería considerar la cooperación con los países de la región y la creación de vínculos con las comunidades locales en Siria que se oponen a la subversión iraní.
Tal esfuerzo combinado podría interrumpir el proyecto militar de Irán en Siria a corto plazo y reducir la amenaza que representa para Israel desde el frente norte.
Fuente: INSS The Institute for National Security Studies
Fuente Aurora