“Todas nuestras demandas fueron atendidas y los cambios que pedimos fueron corregidos”, aseguró Eyal Hulata, asesor de seguridad nacional y negociador jefe israelí en las conversaciones.
Israel y Líbano están a punto de cerrar un «acuerdo histórico» para resolver una larga disputa sobre su frontera marítima en aguas ricas en gas en el Mediterráneo, después de que la última propuesta redactada por EEUU cumpliera con las «demandas» israelíes, afirmó hoy el negociador hebreo.
“Todas nuestras demandas fueron atendidas, los cambios que pedimos fueron corregidos. Protegimos los intereses de seguridad de Israel y estamos en camino a un acuerdo histórico”, afirmó hoy en un comunicado Eyal Hulata, asesor de seguridad nacional y negociador jefe israelí en las conversaciones, mediadas por EEUU.
El comentario de Hulata llega después de que anoche Líbano afirmara que habían recibido el borrador final por parte del mediador estadounidense, Amos Hochstein, que satisfacía sus preocupaciones anteriores y podría conducir de forma inminente a un «acuerdo histórico», según palabras de Bou Saab, negociador libanés.
El acuerdo busca poner fin a una disputa de larga data sobre unos 860 kilómetros cuadrados (330 millas cuadradas) del mar Mediterráneo, que cubre los campos de gas de Karish y Qana.
Hochstein, quien ha encabezado estas negociaciones durante 15 meses, presentó la semana pasada lo que describió como la propuesta final para fijar una frontera marítima definitiva entre Israel y Líbano, dos países oficialmente en guerra y sin límite marítimo reconocido entre ellos.
Aunque no trascendieron los detalles del borrador, Líbano rechazó esa propuesta al considerar que reconocía para Israel un límite marcado en 2000 con boyas a cinco kilómetros de la localidad israelí de Rosh Hanikra, en el extremo norte del país, y exigió retornar a la Línea 23 como linde marítima.
De esta forma Israel explotará el yacimiento de Karish y Líbano del de Qana, ubicado al norte de la Línea 23, aunque un alto funcionario israelí avanzó a medios hebreos que Israel recibirá una compensación por ceder los derechos de Qana, ya que una parte de ese campo está en lo que el acuerdo reconocería como aguas israelíes.
Se supone que ese es uno de los puntos que provocó la semana pasada el rechazo de Líbano, por lo que quedará por ver el borrador final del acuerdo.
Las negociaciones estuvieron a punto de descarrilar a finales de la semana pasada, pero después de una llamada telefónica con Hochstein el domingo, el presidente libanés, Michel Aoun, expresó optimismo sobre la finalización de un acuerdo «dentro de unos días», ya que «se cerraron las brechas de la última semana».
En paralelo, Israel dio luz verde el sábado a la compañía Energean para comenzar a testear el gasoducto de Karish tras advertir que la explotación en el lugar, que según ellos está fuera de toda disputa, ocurriría independientemente de que hubiera o no acuerdo marítimo con Líbano.
El jefe del grupo terrorista chií Hezbollah, Hasan Nasrallah, ha amenazado repetidamente con atacar Israel si comienzan la exploración de gas en Karish sin llegar a un acuerdo; hasta el punto de que la semana pasada el ministro de Defensa, Benny Gantz, ordenó a las tropas elevar la alerta en la frontera norte ante posibles ataques de Hezbollah.
Israel y Líbano tampoco han llegado nunca a un acuerdo sobre su frontera terrestre y se mantiene la «Línea Azul» de alto el fuego impuesta por la ONU en 2000, mientras dejaron sin definir su frontera marítima, lo que no había causado problemas hasta hace una década cuando se descubrió gas en la zona. EFE y Aurora
Fuente Aurora