LA HABANA, Cuba. — La ola migratoria desde Cuba no se detiene. La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (CBP) detuvo a dos individuos procedentes de la mayor de las Antillas que alcanzaron los Cayos de Florida sobre tablas de windsurf. Ambos estarían siendo procesados para su inminente deportación.
Pese a las advertencias de las autoridades y al riesgo de ser devueltos a su país, los cubanos siguen intentando alcanzar tierras de libertad, huyendo de la represión y la miseria que no dejan de aumentar en la Isla como resultado del fracaso político y económico del sistema impuesto por el fallecido dictador Fidel Castro.
Las autoridades migratorias de Estados Unidos insisten en la necesidad de una migración ordenada y segura en lugar de recurrir a travesías ilegales o pagando a los “coyotes” que se dedican al contrabando de personas a través de la frontera.
Cuba está registrando su peor crisis migratoria desde enero de 1959. Se estima que la cifra de cubanos llegados a la Unión Americana por la frontera sur en el recién concluido año fiscal ronda los 200 000, superando, en conjunto, los números del éxodo del Mariel (1980) y la llamada Crisis de los Balseros (1994).
Por tierra firme el flujo es constante. Procedentes de Nicaragua, adonde pueden viajar sin necesidad de un visado, miles de cubanos aguardan en México para tramitar su petición de asilo; mientras otros miles dentro de la Isla esperan la reanudación total de los servicios consulares en La Habana, en 2023, para retomar el proceso de Reunificación Familiar.
Hasta el pasado 8 de octubre, la Guardia Costera estadounidense (USCG) había detenido a 226 migrantes cubanos, lo cual no basta para disuadir a quienes, dentro de la Isla, venden sus pocas pertenencias para intentar llegar a la nación que históricamente les ha acogido para brindarles la libertad y las oportunidades que en su tierra natal jamás conocieron.
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Fuente Cubanet.org