El precio de la indumentaria aumentó sistemáticamente por encima del promedio general de la inflación desde que Alberto Fernández re-introdujo la protección industrial en 2019
La política económica proteccionista se transformó en uno de los pilares de la agenda de Alberto Fernández desde que llegó a la presidencia, una medida en perjuicio de los intereses de los consumidores. Así, el precio relativo entre la indumentaria y el resto de los bienes y servicios se encareció un 52,35% entre diciembre de 2019 y septiembre de 2022.
Mientras que la inflación interanual del mes de septiembre alcanzó el 83% contra el mismo mes del año pasado, la indumentaria tuvo un violento salto de hasta 118% en comparación con septiembre de 2021. En la región del Gran Buenos Aires, los precios de la ropa llegaron incluso a aumentar un 120,5% interanual.
Los datos fueron confirmados por las series estadísticas que publica el INDEC. La ropa subió constantemente por encima del nivel general de precios, lo cual no solamente responde a un aumento por la “nominalidad” de la economía argentina, sino que constituye un encarecimiento relativo que responde a factores reales.
Tan pronto como asumió la presidencia, Fernández anunció un aumento de la tasa estadística de importación del 2,5% al 3%, llevando así el arancel consolidado de la ropa al 38% desde enero de 2020 (35% de arancel más la tasa estadística de 2,5%).
Asimismo, el Presidente relanzó el llamado Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), dedicado a establecer licencias no automáticas y permisos de aduana para trabar importaciones a discreción, en favor de industrias locales sustitutivas con poder de lobby.
Las licencias no automáticas de importación se convirtieron en la principal herramienta proteccionista del Gobierno, y aumentaron su participación hasta cubrir el 72% de las importaciones del país, cuando en diciembre de 2019 no superaban el 30% al final del Gobierno de Mauricio Macri.
El sistema opera también como una herramienta para regular el acceso al mercado legal de cambios, con el fin de preservar el cepo cambiario y limitar la sangría de reservas por las operaciones que deben atravesar al Banco Central.
El ministro de Economía Sergio Massa amenazó con abrir las importaciones de la indumentaria si persiste la actual tendencia de encarecimiento relativo. El Gobierno amenaza con relajar las restricciones vía licencias, aunque aún no se anunció ninguna medida concreta.
La apertura de las importaciones no busca limitar el impacto de la inflación, sino que apunta a eliminar la distorsión de precios relativos a partir de una mayor competitividad. Esta estrategia es recomendada a nivel global, y fue adoptada por el Gobierno de Jair Bolsonaro para combatir el excesivo encarecimiento de productos esenciales.
Fuente Derecha a Diario