Más de 12.000 colegios electorales se abrieron en todo el país el martes por la mañana para permitir que alrededor de 6,8 millones de votantes israelíes elegibles emitieran sus votos, cuando la nación acude a las urnas por quinta vez en menos de cuatro años, publicó The Times of Israel.
La directora general del Comité Electoral Central, Orly Ades, anunció que a las 10 a. m. habían votado unas 1.760.076 personas, o el 15,9 por ciento de los votantes elegibles, el porcentaje matutino más alto visto desde 1981.
En comparación, en las últimas elecciones celebradas en marzo de 2021, había votado el 14,8 % del público, reportó Enlace Judío.
Pero el proceso de votación no fue fácil en todas partes. En la ciudad central de Beit Shemesh, hubo que cerrar un colegio electoral y trasladarlo a una nueva ubicación ya que extremistas rociaron un líquido maloliente en un aparente intento de desalentar a los votantes.
Por otra parte, votaron los líderes de la mayoría de los partidos políticos, animando a los ciudadanos a ejercer su derecho democrático.
El primer ministro Yair Lapid, quien comenzó el día con una visita a la tumba de su padre, que fue un destacado ministro del gabinete y periodista, votó en el colegio electoral cerca de su casa en Tel Aviv.
“Ve y vota hoy por el futuro de nuestros hijos y el futuro de nuestro país. Voten bien y buena suerte para todos nosotros”, dijo el primer ministro, invocando el nombre de su partido Yesh Atid (“Hay futuro”).
La mayoría de las encuestas, aunque poco fiables, dieron al bloque de partidos de la coalición actual, encabezado por Lapid, 56 escaños.
El presidente Isaac Herzog, votando en Jerusalén, dijo que cada boleta de votación tendría un impacto.
“Es un enorme privilegio participar en el proceso de elecciones libres, limpias e igualitarias. Miles de millones de personas en todo el mundo no disfrutan de este privilegio”, dijo.
“Sin lugar a dudas, todos los votos tienen un impacto. Quien piense que su voto no importa está equivocado”, agregó Herzog.
El líder del Likud, Benjamin Netanyahu, emitió su voto en Jerusalén, acompañado de su esposa, Sara, e instó a todos a ejercer su “gran privilegio”.
El líder de la oposición afirmó estar preocupado por una alta participación en las áreas de “izquierda”, pero dijo que esperaba “terminar el día con una sonrisa”.
La mayoría de las encuestas de los últimos días dieron al bloque liderado por Netanyahu 60 escaños, lo que significa que el cambio más pequeño a favor del líder de la oposición podría permitirle formar una coalición y volver al poder, con el apoyo del partido de extrema derecha Sionismo Religioso y los dos partidos haredi, Shas y Judaísmo Unido de la Torá.
El ministro de Defensa, Benny Gantz, instó a los votantes a votar por el partido que consideren más capaz, en lugar del más grande. El líder del partido HaAjdut Haleumit es considerado un tercer candidato potencial a primer ministro, después de Lapid y Netanyahu.
“No queremos más incitación ni más división. Queremos más unidad, más seguridad, más reconciliación entre las personas”, dijo mientras votaba cerca de su casa en la ciudad central de Rosh Ha’ayin.
“En mi opinión, estas elecciones no son sobre el gran partido, sino sobre el partido que es más capaz contra la incitación, contra la división y a favor de la unidad”, dijo Gantz.
El diputado Itamar Ben Gvir, cuyo partido Sionismo Religioso de extrema derecha se espera que logre avances significativos, emitió su voto en el asentamiento de Kiryat Arba, en el sur de Judea y Samaria, donde dijo a los periodistas que votar por él era votar por un gobierno de derecha liderado por Netanyahu del Likud.
“Con una boleta electoral, obtienes [al presidente del Likud, Benjamin] Netanyahu como primer ministro junto con un gobierno de derecha total”, dijo el legislador extremista.
La jefa de Meretz, Zehava Galon, dijo que la elección determinará si ganará la ideología liberal o la extrema.
“Estas son las primeras elecciones en la historia del país [haciendo una elección] entre la democracia y el kahanismo”, dijo en un colegio electoral de Petah Tikva. Galon ha sido una crítica abierta de Ben Gvir, un seguidor del difunto rabino extremista Meir Kahane.
Según Galon, Meretz se encuentra en una “situación de emergencia” y es posible que no cruce el umbral del 3,25 por ciento de votos para ingresar a la Knéset, un resultado que impulsaría al bloque de derecha liderado por el jefe del Likud, Benjamin Netanyahu, e incluye a Ben Gvir.
Poco después de votar en Tel Aviv, la líder del Partido Laborista, Merav Mijaeli, señaló que una mujer había sido asesinada en su casa de Herzliya horas antes y dijo que “esto es contra lo que luchamos todos los días y horas: nuestra seguridad personal en todas partes, incluso en hogar. No nos detendremos hasta que termine esta violencia”.
Anteriormente, Mijaeli pidió a los votantes que acudieran a las urnas y dijo que la elección está “en nuestras manos”, al tiempo que expresó su preocupación por la posibilidad de que su partido caiga por debajo del umbral de la Knéset.
El lider de Balad, Sami Abu Shehadeh, emitió su voto en Jaffa e instó al público a votar por su partido nacionalista árabe para combatir el racismo en Israel.
“El problema en Israel no es Netanyahu o Lapid, el problema es el racismo. Eso hay que combatirlo y por eso la gente vota a Balad”, dijo.
Todos los ciudadanos israelíes mayores de 18 años el día de las elecciones tienen derecho a votar por sus representantes en la 25ª Knéset.
Los inmigrantes que hayan completado su registro de ciudadanía al menos 60 días antes de hoy también son elegibles para votar, incluidos unos 45.000 nuevos israelíes que llegaron este año antes de fines de agosto.
Se han establecido cabinas de votación especiales para ayudar a algunos ciudadanos que enfrentan barreras especiales para votar, incluidos soldados, ancianos en centros de atención y pacientes hospitalizados.
También hay 414 colegios electorales especiales para votantes que deben estar en cuarentena luego de la exposición o infección con COVID-19.
Aunque los resultados oficiales solo se conocerán hasta ocho días después de las elecciones, los resultados finales se esperan para esta semana.
Sin embargo, es posible que los israelíes deban esperar días, semanas o posiblemente incluso meses hasta que sepan si se formará un gobierno y quiénes estarán en él.