El ex primer ministro Benjamin Netanyahu, que se alzó como ganador en las elecciones de en Israel según las encuestas a pie de urna, celebró estar “al borde de una gran victoria”, pero pidió cautela a sus seguidores porque las cifras aún no son definitivas.
«Hoy recibimos una increíble expresión de apoyo (…) Estamos al borde de una gran victoria», indicó el líder de Likud en su intervención ante los militantes y seguidores en al sede electoral del partido en Jerusalén, acompañado de su mujer, Sara Netanyahu.
El Likud de Netanyahu -apodado Bibi- obtendría según los sondeos entre 31 y 32 escaños, y el conjunto de partidos derechistas y religiosos que le apoyan sumarían 62 escaños en una Knéset (Parlamento israelí) de 120 diputados.
Netanyahu, el primer ministro más longevo de la historia de Israel con 15 años acumulados en el cargo, regresaría así al poder, en gran medida aupado por el auge de la extrema derecha antiárabe, que se ha consolidado como tercera fuerza más votada con 14 o 15 escaños, y previsiblemente su principal aliado en el Ejecutivo que forme.
En el bando contrario, el bloque anti-Netanyahu, encabezado por el actual jefe de Gobierno, Yair Lapid, se quedaría lejos con 54 escaños, afectado por la caída de la izquierda.
“La nación quería una manera diferente, un gobierno diferente, un gobierno que cuidara de ella”, apuntó Netanyahu ante cientos de seguidores que coreaban «Bibi ha vuelto» o «Bibi, rey de Israel».
Sin embargo, el hasta ahora jefe de la oposición insistió mucho en la necesidad de ser prudentes antes de cantar victoria, ya que se trata de sondeos a pie de urna, mientras el escrutinio formal avanza muy lento y el resultado final puede llevar varios días.
«Todavía no conocemos los verdaderos resultados, tenemos que ser pacientes. Pedimos pureza electoral», señaló Netanyahu, que poco antes del cierre de los colegios denunció en sus redes sociales un supuesto fraude «de los árabes», acusando a simpatizantes del partido árabe Balad de «graves incidentes de violencia contra los inspectores de los colegios electorales e intentos de falsificar los resultados electorales en las zonas árabes».
Sin embargo, el Comité Electoral Central investigó esas denuncias y concluyó que no se habían registrado incidentes ni había sospechas de fraude, lo que no calmó a Bibi, quien insistió toda la noche en las redes en el asunto, en vez de pronunciarse sobre su victoria.
Balad, una formación izquierdista y nacionalista árabe, se sitúa según encuestas sobre intención de voto y a pie de urna debajo el umbral mínimo de 3,25 % de los votos para lograr representación parlamentaria, pero a medida que avanza el conteo está más cerca de ese límite.
Si pasa el umbral y logra los 4 escaños mínimos necesarios, las opciones del bloque pro Netanyahu de gobernar se complicarían.
Israel celebró sus quintos comicios en menos de cuatro años, con una alta participación del 71,3 %, pero la fatiga electoral hace que los israelíes tengan poca confianza en que el país pueda salir de su bloqueo político y superar la crispación y polarización. EFE
Fuente Aurora