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La Comisión Europea se ha visto forzada a presentar una propuesta para un tope del gas a nivel europeo tras una fuerte presión por un buen grupo de Estados miembros, pero las ideas que ha puesto encima de la mesa ponen muy difícil que se active. Kadri Simson, comisaria de Energía, ha hecho pública una propuesta que evitaría que se realizaran transacciones en el mercado de referencia europeo, el TTF holandés, cuando el precio sea superior a los 275 euros/MWh durante dos semanas y solamente si hay una brecha de 58 euros respecto al precio de referencia global del gas natural licuado (GNL) durante diez días en un plazo de 15 jornadas.
Bruselas dice haber utilizado como ejemplo de situación de escenarios de precios excesivos el pico en el precio del gas que se vivió en agosto. Sin embargo, estas dos condiciones que establece la Comisión Europea y que permitirían activar automáticamente el tope al precio del gas habrían hecho imposible su activación en aquel momento, ya que solamente se superó los 275 euros/MWh durante una semana. Este asunto será debatido por los ministros de Energía durante una reunión extraordinaria convocada por la presidencia checa para este jueves.
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Hasta ahora Alemania y Países Bajos se han opuesto a cualquier idea de un límite al precio del gas en el TTF a lo largo de los muchos debates que se han celebrado en los últimos meses, asegurando que una medida así pondría en riesgo la seguridad de suministro y provocaría un aumento en el consumo de gas. Aunque los líderes europeos solicitaron a la Comisión Europea una propuesta a pesar de las resistencias de Olaf Scholz, canciller alemán, y de Mark Rutte, primer ministro holandés, el Ejecutivo comunitario ha estado arrastrando los pies, lo que provocó un fuerte enfado entre algunas capitales en las últimas semanas y obligó a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, a prometer una propuesta sobre este tope a través de una carta.
El Ejecutivo comunitario circuló las principales ideas de esta propuesta la semana pasada, advirtiendo que “si no se respeta la condición de que el techo debe ser más alto que los precios globales del GNL (gas natural licuado), podría tener un impacto en la atracción de cargamentos a la UE”. Sin embargo, la Comisión decidió no establecer ninguna cifra en los documentos que circularon.
Además de establecer un techo alto, Bruselas también propone toda una serie de salvaguardias para evitar que se pueda poner en riesgo la seguridad de suministro. Así, se procederá “automáticamente” con una desactivación “cuando su funcionamiento ya no esté justificado por la situación del mercado de gas natural, es decir, cuando el desfase entre el precio del TTF y el precio del GNL deje de producirse durante 10 días hábiles consecutivos”, y, por otro lado, mediante una “decisión de suspensión” en caso de que el Ejecutivo comunitario considere que hay un riesgo para el suministro, para la estabilidad financiera o bien cuando considere que está impidiendo que se cumplan los esfuerzos de reducción de la demanda.
Simson ha admitido en rueda de prensa que su activación es compleja, pero ha señalado que se ha diseñado teniendo en cuenta que los escenarios de alta volatilidad y precios extremadamente altos de los últimos meses, y que ahora han dejado los precios en el entorno de los 120 euros/KWh, “pueden volver”, y que el diseño de esta medida está pensado en ese sentido.
La Comisión Europea se ha visto forzada a presentar una propuesta para un tope del gas a nivel europeo tras una fuerte presión por un buen grupo de Estados miembros, pero las ideas que ha puesto encima de la mesa ponen muy difícil que se active. Kadri Simson, comisaria de Energía, ha hecho pública una propuesta que evitaría que se realizaran transacciones en el mercado de referencia europeo, el TTF holandés, cuando el precio sea superior a los 275 euros/MWh durante dos semanas y solamente si hay una brecha de 58 euros respecto al precio de referencia global del gas natural licuado (GNL) durante diez días en un plazo de 15 jornadas.
Fuente El Confidencial
