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IsraelDos ciudadanos rusos viviendo en Argentina fueron acusados de infracción penal de derechos de autor, fraude electrónico y lavado de dinero.
La justicia estadounidense vuelve a mostrar su alcance mundial con el arresto de Anton Napolsky y Valeriia Ermakova, dos ciudadanos rusos que fueron detenidos en Córdoba, Argentina, tras ser identificados como los fundadores del sitio de descarga de libros más grande del mundo: Z-Library.
Los ruso-argentinos están acusados por la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York de violar propiedad intelectual por los contenidos subidos al sitio, considerado por muchos la fuente de acceso a la biblioteca online con más contenido de la web.
La detención fue hecha pública este jueves 17, pero los arrestos ocurrieron el pasado 3 de noviembre por la Policía Federal argentina. Un día después de la detención, los dominios de Z-Library fueron incautados por la policía cibernética del FBI, dejando al sitio inaccesible.
“En la corte federal de Brooklyn, se abrió una acusación y una denuncia acusando a los ciudadanos rusos Anton Napolsky y Valeriia Ermakova de infracción penal de derechos de autor, fraude electrónico y lavado de dinero por operar Z-Library, un sitio web de piratería de libros electrónicos en línea”, publicó el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
El popular sitio de descarga de libros online había sido bloqueado el 5 de noviembre. Sin embargo, a pesar de las restricciones, la web permaneció accesible mediante navegadores de la deep web como Tor, además de haber sido espejada en otros servidores convencionales.
Los sitios web alojados en z-lib.org, b-ok.org y 3lib.net comenzaron a mostrar un mensaje que indicaba que el Departamento de Justicia de EE. UU. y el Servicio de Inspección Postal confiscaron el servicio. Más tarde, el aviso de incautación se actualizó para indicar que los dominios habían sido incautados por el FBI y la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York.
“Este dominio ha sido incautado por el Servicio de Inspección Postal de los Estados Unidos de acuerdo con una orden judicial“, decía la página al intentar acceder desde un navegador como Chrome o Firefox.
Los inicios de Z-Library están relacionados al libre acceso a la información, y sus fundadores aseguran que consideran que los libros son un patrimonio cultural de la humanidad, por lo que creían que era su responsabilidad universalizarlos.
Sin embargo, los archivos allí subidos para ser descargados no tienen la autorización de las editoriales, lo cual constituye el delito de violación de propiedad intelectual. A pesar de la clara piratería, el sitio se convirtió en el repositorio de libros más grande del mundo, lo cual ayudó a millones de personas en todo el mundo sin fácil acceso a esta bibliografía.
Además, en muchos países del mundo donde la censura de libros está a la orden del día, como China, Irán o la misma Rusia, Z-Library se había convertido en un bastión de libertad y de acceso a la información.
China ha estado en el frente de batalla contra esta página pirata. En los últimos meses, TikTok decidió bloquear los hashtags relacionados con Z-Library, y había suspendido cualquier cuenta que promocionara la página.
Según la Fiscalía de Nueva York, no solo se infringió el derecho a la propiedad intelectual, si no que los piratas rusos intentaron monetizar el sitio web. La página de Z-Library tenía publicidades de Google Ads y sacaba un rédito económico de las visitas.
Recientemente también habían lanzado un sistema de suscripción con funciones premium, para poder descargar archivos de manera más rápida. “Como se alega, los acusados se beneficiaron ilegalmente del trabajo que robaron, a menudo cargando trabajos a las pocas horas de su publicación, y en el proceso victimizaron a autores, editores y libreros”, declaró Breon Peace, Fiscal Federal para el Distrito Este de Nueva York.
“Esta Oficina se compromete a proteger los derechos de propiedad intelectual que permiten la expresión creativa y artística, y responsabilizar a las personas por amenazar esos derechos”, agregó.
Fuente Derecha a Diario
