LA HABANA, Cuba. – Desde el centro penitenciario de máximo rigor Kilo 5 ½, en Pinar del Río, el opositor, activista y prisionero político Jorge Luis Rodríguez Valdés denuncia que los internos de esa instalación no tienen agua para tomar ni para sus demás necesidades.
De acuerdo con lo expresado por el activista en conversación telefónica, desde las 8:00 de la mañana del 4 de diciembre la población penal se mantiene sin suministro de agua, lo cual ha traído como consecuencia, entre otros problemas, que los reclusos pasen sed, además de que los baños se encuentren prácticamente inutilizados, con un hedor insoportable y llenos de heces y orina.
El activista destacó también que esta incómoda situación se ha visto agravada por el ingreso al área de prisión preventiva de una cantidad de nuevos prisioneros, los cuales duermen en el piso sobre colchones de menos de un metro de ancho.
Rodríguez Valdés, quien se encuentra cautivo en el área 2 de la prisión provincial, responsabilizó por esa violación de los derechos humanos al capitán Lázaro Domínguez Iglesias, así como al director de la prisión, el teniente coronel Yusmani Miranda Alonso.
El prisionero político amplió que el pretexto empleado por las autoridades penitenciarias para la falta de agua es que “no hay petróleo”. Explicó además que el agua que necesita ese establecimiento penitenciario debe ser traída mediante camiones cisterna desde la cabecera provincial, que se encuentra a unos cinco kilómetros de la instalación, así como la comida y el resto de suministros deben ser transportados desde fuera de la prisión. En cuanto a la carencia de combustible, el prisionero asegura que los jefes del penal se apropian del petróleo para sus necesidades particulares.
El activista recalcó también que a lo anterior se le suma el hambre y la falta de medicamentos, y para ejemplificar describió que el almuerzo consiste en 40 o 45 gramos de arroz con un caldo blanco y una especie de picadillo de pescado (tenca) lleno de espinas. Mientras, en la comida les sirven una pasta que parece estar confeccionada con harina de trigo.
El prisionero político estima que el propósito de los jefes del penal es hacer que los presos dejen la comida para así poder emplear las sobras en la cría de sus cerdos, pues, según sostiene, todos ellos mantienen cochiqueras, negocio sumamente lucrativo dados los precios que ha alcanzado la carne porcina.
En posterior llamada telefónica Jorge Luis Rodríguez Valdés, quien también es miembro del Partido Republicano Cubano, denunció que el primer teniente Wiliam Ibarra Padilla, jefe de grupo en esa prisión, le propinó una golpiza a un interno de nombre Rafael, quien se encuentra cautivo en el cubículo 18.
Rodríguez Valdés enfatizó que el interno no dio motivos para ese castigo, sino que simplemente le reclamó sus derechos al oficial. Asimismo, agregó que el militar acostumbra a maltratar físicamente a muchos presos sin que las autoridades penitenciarias le apliquen ninguna clase de medida disciplinaria.
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Fuente Cubanet.org