La inflación sigue dando una pequeña tregua a los hogares. Después de alcanzar tasas de escalada de los precios superiores al 10% durante el verano, en noviembre el IPC se moderó hasta el 6,8%. Se trata del dato de inflación más bajo desde el mes de enero, esto es, desde antes del estallido de la guerra en Ucrania que desencadenó la actual crisis inflacionista. Con este son ya cuatro meses consecutivos de moderación del IPC, lo que responde básicamente a la caída de los precios de la energía, soportada por el descenso del crudo en los mercados internacionales y por un otoño de mucho viento. El mayor descenso lo experimenta la electricidad, que en noviembre fue un 22% más barata que en el mismo mes de 2021.
Sin embargo, la moderación de los precios de la energía no ha conseguido frenar el resto de presiones inflacionistas que llevan meses desencadenadas. Esto explica que el IPC subyacente (descontando energía y alimentos frescos) haya subido una décima hasta el 6,3%. El gran foco de preocupación ahora son los alimentos, que mantenían una gran inercia de subida justo antes de la campaña navideña. En noviembre, el precio de los alimentos subió un 0,5% respecto a octubre y mantuvo su tasa interanual por encima del 15%. Se trata de la mayor subida del precio de la alimentación en España desde 1978.
De esta forma, la tregua que está dando el IPC es muy precaria a pesar de encadenar ya cuatro meses de caídas. El motivo es que se debe a la moderación del precio de la energía en los mercados internacionales. En los últimos meses la guerra en Ucrania parece estancada y no se han producido grandes sustos en el suministro ni en la demanda, pero esto podría cambiar en cualquier momento. De hecho, a las puertas del invierno podrían producirse olas de frío que eleven el consumo energético y, por consiguiente, los precios. Mientras tanto, el resto de tensiones inflacionistas subyacentes se mantienen activas, apoyadas sobre la recuperación de la demanda interna. De hecho, por primera vez desde el inicio de la crisis inflacionista, el IPC sube más que el precio de los productos energéticos. Por este motivo, la tregua es precaria y, aunque la tendencia actual es positiva, podría cambiar de signo rápidamente en las próximas semanas.
El efecto base es lo que está permitiendo la moderación actual de los precios en tasa interanual. Esto es, como en noviembre de 2020 subieron intensamente, la comparativa de este mes de noviembre es más favorable. Y lo mismo ocurrirá hasta el final de la próxima primavera. De esta forma se compatibiliza la moderación en las tasas interanuales con el mantenimiento de los precios en niveles récord. Por ejemplo, en noviembre de 2021 el precio de los alimentos subió un 0,6% y en noviembre de este año, un 0,5%. De esta forma, la tasa interanual de la alimentación se ha moderado una décima, pero realmente el precio en el mercado sigue subiendo.
La mayor alza en la cesta del súper la experimenta el azúcar, que en el último año se ha encarecido un 50%. La harina y la mantequilla también suben intensamente, un 37%; mientras que la leche se encarece un 31%. Los huevos, el aceite, las legumbres o la pasta también registran subidas interanuales superiores al 20%. En todas las subclases de la alimentación no hay ni un solo producto que baje de precio. La menor subida es la de las bebidas espirituosas y licores, con un alza del 4,4%.
El precio de los carburantes también ha dado una tregua en los últimos meses gracias a la caída del barril de Brent en los mercados internacionales. La gasolina se ha abaratado un 13% desde el mes de julio y el diésel, un 4%. En consecuencia, la gasolina está ya al mismo precio que hace un año, mientras que el diésel sigue todavía un 19% por encima, ya que se está utilizando como sustitutivo del gas ante los problemas de suministro.
Por su parte, la hostelería contribuyó a la moderación del IPC con una subida de sus tarifas del 7,6% respecto al mismo mes del año anterior. Se trata de una cifra un punto y medio inferior a la que se registró este verano en plena temporada alta. El transporte también ha frenado la subida de los precios gracias a la tregua de los carburantes, con un alza del 7,7% en noviembre, menos de la mitad que en la pasada primavera. Sin embargo, el precio de los muebles y los artículos para el hogar sigue subiendo, apoyándose en una demanda elevada de consumo de cara a las navidades. En concreto, sus precios han subido un 8,3% en el último año.
La inflación sigue dando una pequeña tregua a los hogares. Después de alcanzar tasas de escalada de los precios superiores al 10% durante el verano, en noviembre el IPC se moderó hasta el 6,8%. Se trata del dato de inflación más bajo desde el mes de enero, esto es, desde antes del estallido de la guerra en Ucrania que desencadenó la actual crisis inflacionista. Con este son ya cuatro meses consecutivos de moderación del IPC, lo que responde básicamente a la caída de los precios de la energía, soportada por el descenso del crudo en los mercados internacionales y por un otoño de mucho viento. El mayor descenso lo experimenta la electricidad, que en noviembre fue un 22% más barata que en el mismo mes de 2021.
Fuente El Confidencial