En un salón colmado y ante 500 jueces, fiscales y secretarios, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, advirtió sobre la necesidad de tener “un Poder Judicial fuerte y una Corte fuerte”, sostuvo que los integrantes del máximo tribunal “no se cuecen al primer hervor” y aseguró que sus fallos “no están en el comercio, no son negociables”.
Al disertar en la cena anual de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, en el complejo Parque Norte porteño, el presidente de la Corte dijo que “la fortaleza del Poder Judicial está en su independencia y se traduce en la no negociabilidad de nuestras decisiones”.
Previamente, el presidente de la Asociación, el juez Marcelo Gallo Tagle, había hecho un diágnóstico pesimista sobre el escenario del país: “Hay una crisis de las instituciones republicanas”, dijo el juez y recalcó que “la disfuncionalidad del Estado excede la mera corazonada”.
Gallo Tagle resaltó la concurrencia de más de 500 magistrados de todos los colores políticos de las listas que integran la asociación, desde los más cercanos al gobierno hasta los mas críticos. Además de Rosatti, estaban presentes los supremos Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, quien fue especialmente rescatado en su discurso por el presidente de la Corte por su experiencia de mas de 20 años en el tribunal.
El cuarto integrante del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti, faltó a la cita pero los organizadores explicaron que se encuentra afectado de Covid-19.
El juez Ricardo Lorenzetti, afectado de Covid-19
Según pudo constatar LA NACION, entre los presentes estuvo uno de los jueces que condenó a Cristina Kirchner, Andrés Basso, y el fiscal Mario Villar, quien sostiene la acusación para revocar el sobreseimiento de la vicepresidenta en el caso Hotesur y Los Sauces.
Además, estuvo -en su doble rol de juez de Casación que debe decidir en ese caso y consejero de la Magistratura- Diego Barroetaveña; junto al juez de la Cámara Federal Mariano Llorens y el fiscal Carlos Rívolo. Entre los consejeros de la magistratura estuvieron Agustina Díaz Cordero, Fernanda Vázquez, Jimena de la Torre y Miguel Piedecasas, entre otros.
El juez Gallo Talge habló de los “problemas funcionales de la Justicia” y advirtió que la grieta parece transformarse en un “todos contra todos”. También enfatizó que ante la falta de diálogo entre los distintos sectores se busca judicializar el conflicto.
En una suerte de autocrítica, Tagle aludió a las conductas indebidas de los magistrados y dijo que “si el juez pretende que se cumplan sus sentencias, debe ajustar sus estándares a lo que la sociedad espera de él”. Nadie lo dijo, pero sobrevoló el caso de los jueces que viajaron a Lago Escondido con funcionarios y empresarios.
El juez Marcelo Gallo Tagle, en el centro
En la misma línea, Gallo Tagle habló de un balance preocupante, pero señaló que “aún quedan políticos honestos” y también la mayoría de los jueces. “No damos la baraja, pero no dejamos jugar la mano cuando se juega con trampa. Debemos impedir que se juegue con cartas marcadas”, advirtió.
A su vez, Rosatti retomó esas palabras. El presidente de la Corte dijo que efectivamente el país transita “tiempos difíciles para las instituciones, la política, la justicia, pero sobre todo para gran parte de la sociedad, la sociedad de los vulnerables a los que debemos dar nosotros especial tutela”, reclamó.
“Nuestro objetivo central es servir a la comunidad. Nos debemos al justiciable”, dijo el juez Rosatti. Y sostuvo: “Tenemos que seguir construyendo un Poder Judicial fuerte y una Corte fuerte. No me sonrojo cuando dicen que la Corte Suprema es fuerte. Los tres poderes del Estado tienen que ser fuertes”.
“La fortaleza del Poder Judicial está en su independencia y se traduce en la no negociabilidad de nuestras decisiones. No están en el comercio. No tenemos que tener temor de aplicar la Constitución Nacional. Nadie debe sentirse ofendido por eso”, dijo Rosatti y manifestó que la tarea de los jueces “no es buscar la felicidad de la sociedad, sino aplicar la Constitución y la ley”.
Otra vez hubo una alusión a la falta de conducta de los jueces: “Los buenos jueces tendrán siempre el apoyo de esta Corte, que no negocia fallos, que sabe que la peor consecuencia es la que se deriva de no aplicar la Constitución Nacional”, aseguró Rosatti.
“Esta Corte está formada por jueces que no se cuecen en el primer hervor. Son tiempos difíciles pero somos optimistas, siempre que seamos concientes de que nuestras decisiones no son negociables. Hago votos para que todos nos manejemos de la misma manera. Y que el que se aparte, tenga el castigo correspondiente”, advirtió el juez en un llamado a fortalecer el Poder Judicial, pero con la advertencia de que no se iban a dejar pasar inconductas de los propios magistrados.
Fuente La Nacion