HARRISONBURG, Estados Unidos.- Si nos constreñimos a lo establecido en el artículo 3 de la Constitución castrista, la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo. Pero la soberanía popular solo se hace real allí donde funciona una estructura tripartita de poderes independientes entre sí, secundada por instituciones que contribuyen a fortalecer el andamiaje democrático de una nación. Me refiero a la prensa y la sociedad civil independiente, a las que debe añadirse el respeto absoluto a los derechos de libertad de asociación, manifestación y expresión junto al resto de los derechos humanos.
Hablar de soberanía donde no concurre ninguna de esas circunstancias es otra de las engañifas del castrismo. Tampoco puede afirmarse que en Cuba haya un parlamento, porque esa es una institución formada por ciudadanos de varios partidos políticos o movimientos sociales elegidos directamente por el pueblo, y en Cuba todos los miembros de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) son miembros del Partido Comunista o cumplen fielmente sus indicaciones; por eso allí no se interpela o cuestiona al ejecutivo, algo normal en cualquier verdadero parlamento y que no ha ocurrido jamás en Cuba durante los 46 años de ese también mal llamado poder popular.
Siguiendo esa manera de comportarse no establecida por ninguna ley, pero grabada indeleblemente en la conciencia de cada miembro del presunto máximo órgano de poder cubano, el actual período de sesiones de la ANPP ha sido más de lo mismo.
La situación económica del país en el año 2022
Quien se tome el trabajo de investigar sobre lo que ocurre cada mes de diciembre en la ANPP comprobará que, salvo contadas excepciones, abundan las justificaciones sobre los incumplimientos de los planes económicos.
En el actual período de sesiones el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, informó que para 2023 se espera un crecimiento del producto interno bruto (PIB) del 3 % a precios constantes, algo que da por hecho. Para ello se cuenta con la reactivación de la producción nacional y una mayor captación de divisas por la exportación de productos y servicios.
El ministro dijo que “si bien la economía cubana sigue recuperándose, no logra hacerlo a la misma velocidad de la caída sin precedentes de casi el 11 % que sufrió en el 2020”, e informó que el crecimiento económico de este 2022 ha sido de un 2 % en relación con el del año pasado. Teniendo en cuenta que la economía cubana lleva varios años deprimida, no sabemos si se trata de un crecimiento real o de un eufemismo.
Gil Fernández afirmó que existen condiciones para lograr los objetivos propuestos para el 2023, siempre y cuando aumenten las exportaciones. Condicionado el cumplimiento del plan a esa necesidad, quizás en diciembre del próximo año sea también él quien reproduzca el mismo discurso y se refiera a nuevos planes, estrategias y esperanzas, luego de exponer las omnipresentes justificaciones entre las que el presunto bloqueo estadounidense siempre ocupa el primer lugar.
Por supuesto que ningún miembro de la ANPP lo cuestionó, mucho menos le preguntó sobre las causas de los incumplimientos o sobre cuándo se va a priorizar la reparación de hospitales y escuelas, la compra de ambulancias, la producción de medicamentos y la construcción de viviendas en vez de continuar construyendo hoteles.
La situación energética
Cuando hace más de un año comenzaron los prolongados apagones, Miguel Díaz-Canel Bermúdez aseguró que en diciembre de este año el problema quedaría resuelto.
Aunque no ha ocurrido así, la duración de las interrupciones del servicio eléctrico han disminuido, siendo significativo que eso haya ocurrido apenas el presidente regresó de su reciente gira por Argelia, Rusia, China y Turquía, porque en todo ese tiempo no se ha incorporado ninguna nueva planta productora de electricidad al Sistema Electroenergético Nacional (SEN), y varias unidades continúan fuera de servicio.
Más allá de la suma de dinero que pudo haberse dedicado a paliar los efectos de un problema que provoca gran irritación popular, todo indica que el factor más influyente en esta repentina mejoría ha sido la disminución de las temperaturas, y con ello del consumo de electricidad de refrigeradores y aires acondicionados. Basta con mirar la disminución de la demanda diurna de energía eléctrica y la que se ubica en el horario pico para comprobarlo.
En su informe a la ANPP el nuevo ministro de Energía y Minas, Vicente La O Levy, aseguró que se planifican otras medidas a partir de 2023 para garantizar la total recuperación y el sostenimiento del sistema electroenergético nacional. Es decir, el ministro reitera la misma proyección esperanzadora de su colega de Economía y Planificación.
Y aunque lo ocurrido con relación al SEN ofrecía la posibilidad para que ocurrieran encendidos debates y cuestionamientos, no fue así. Es más, a ninguno de los “representantes del pueblo” —más de la mitad de ellos elegidos a dedo por una comisión que se encarga de elaborar las candidaturas a ese órgano— se le ocurrió preguntar por el destino de los 250 millones de dólares que Rusia entregó a los dirigentes castristas hace unos años para modernizar esa industria, porque todos han aprendido fielmente el manual que ilustra sobre el correcto comportamiento político en Cuba, lo que me recuerda una historia cuya veracidad no me consta.
Según dicho relato, luego de un receso posterior al famoso discurso de Nikita Khrushchev en contra del culto a la personalidad de Iosif Stalin, apareció frente a su silla una nota que preguntaba: “Camarada Khrushchev, ¿por qué usted no denunció todo lo que dijo hoy cuando vivía el camarada Stalin?”. Apenas reanudada la sesión, dicen que Khrushchev tomó el papelito y levantándolo preguntó: “¿Quién escribió esta nota?”. Por supuesto que nadie respondió. Entonces Nikita dijo: “Al autor de esta nota le respondo: por la misma razón de su silencio yo no dije nada entonces”.
Los supuestos “representantes del pueblo cubano”, incapaces de cuestionar políticas ineficaces, los lujos de los hijos de los dirigentes, o qué se hace con el dinero de GAESA, incluso aceptan que esa empresa no sea auditada por la Controlaría General de la República. Ellos saben lo que podría ocurrirles si llegaran a cuestionar de forma pública o privada esos asuntos, porque el ejercicio de la soberanía en Cuba está limitado a los ucases de Raúl Castro.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Fuente Cubanet.org