El jefe del bloque de diputados nacionales del PRO, Cristian Ritondo, uno de los protagonistas de la escandalosa sesión del 1 de diciembre que rompió el diálogo con el oficialismo, radicaliza su perfil para diferenciarse de su competidor directo en la disputa por ser el candidato de Juntos por el Cambio para gobernador bonaerense.
Desde hace meses, y pese a que la contienda electoral todavía se vislumbra lejana con el año aún no terminado y en medio de la euforia mundialista de Qatar, el ex ministro de Seguridad bonaerense no pierde el tiempo y se encuentra abocado al armado de su equipo de campaña y al diseño del programa en la carrera para suceder a Axel Kicillof.
Este jueves Ritondo convocó a sus equipos técnicos a un desayuno de trabajo Moreno, a instancias de una invitación del concejal local Demián Martínez Naya. Estuvo el intendente de Pinamar y virtual jefe de campaña ritondista, Martín Yeza, además del delegado ultramacrista Hernán Lombardi. La presencia del ex secretario de Medios Públicos en el encuentro es la ratificación de que el armado de Ritondo cuenta con el aval y apoyo explícito de Mauricio Macri, quien se encuentra en Qatar por su cargo en la FIFA.
También estuvieron los referentes técnicos de cada una de las áreas de trabajo, muchos de ellos heredados de la gestión de María Eugenia Vidal 2015-2019: Alejandro Finocchiaro y Sergio Siciliano (Educación), Milagros Gismondi (Economía), Santiago López Medrano (Desarrollo Social), Carlos Kambourian (Salud), Fabiana Tuñez (Género), Leonardo Sarquis (Producción y Agroindustria), Vicente Ventura Barreiro (Seguridad), Mercedes Joury (Reforma Política), Pablo Fuentes (Deporte), Anastasia Peralta Ramos y Juan Carlos Villalonga (Medio Ambiente), Augusto Ardiles (Banca y empresas públicas) y Alejandro Gómez (Cultura).
Un mes atrás, Ritondo había juntado a sus equipos técnicos y a más de 200 referentes territoriales en Pinamar, donde se debatió el “¿Para qué?” gobernar Buenos Aires, en línea con la consigna que Mauricio Macri planteó en su reciente libro.
Alfil de María Eugenia Vidal en el Congreso, Ritondo hizo un recorrido lineal al que trazó su jefa política: de ser parte del “palomar” de Juntos por el Cambio en 2020 a convertirse en un acérrimo halcón en 2022.
La ex gobernadora bonaerense había publicado en abril de 2021 el libro “Mi Camino“, con notorias críticas a Macri por su gestión a nivel nacional. Entre otros conceptos vertidos en esas páginas, Vidal señalaba como su “mayor arrepentimiento y mayor autocrítica” no haber “levantado la voz” para comunicar que “las cosas estaban mal y que había que tomar otras decisiones”.
En el reparto de responsabilidades en diciembre de 2019 tras la derrota electoral, a Vidal se le concedió la jefatura del bloque del PRO en Diputados y puso allí a Ritondo, quien rápidamente ganó terreno y se consolidó como voz de mando de la tropa legislativa opositora.
Con el lanzamiento de Santilli a la disputa bonaerense como parte de una jugada de ajedrez de Horacio Rodríguez Larreta para posicionarse en el conurbano, Ritondo no quiso quedar rezagado e hizo lo propio, buscando un perfil que marcara distancia de la impronta moderada del larretismo. Así que que se fue dando el acercamiento a Mauricio Macri y a Patricia Bullrich, dos posibles candidatos presidenciales del PRO.
En este contexto, se dio la accidentada sesión del 1 de diciembre pasado en la que Juntos por el Cambio le mostró los dientes a Cecilia Moreau, primero retaceando el quórum para la sesión preparatoria en la que ella iba a ser ratificada como presidenta del quórum, y después jugando a provocar caos para hacer caer la sesión siguiente, en la que iban a tratarse una serie de proyectos. Victorioso tras cumplir con el objetivo de frustrar dicha sesión, Ritondo se retiró del recinto con un gesto obsceno que graficaba una suerte de sometimiento sexual al oficialismo.
Esa conducta le valió el pedido de expulsión con más de cuarenta firmas de parte del Frente de Todos. Y recibió críticas internas, siendo la más dura la esgrimida por la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, quien lo llamó “barrabrava”, sin dejar pasar las históricas conexiones del diputado oriundo de Mataderos con la hinchada de Nueva Chicago. En contrapartida, el exabrupto en su retirada del recinto fue interpretado como una señal combativa y de firmeza contra el kirchnerismo por parte del núcleo duro del macrismo y de la oposición “dura”, que es justamente hacia donde apunta los cañones Ritondo en la campaña 2023.
Fuente Mendoza Today