LA HABANA, Cuba. – La gran noticia de este miércoles fue la llegada a Washington, en visita oficial, del presidente ucraniano Volodímir Zelenski. Tras salir de su país de forma subrepticia, el líder de la resistencia contra la agresión rusa arribó a una base estadounidense en Polonia, desde la cual viajó en avión hasta la ciudad de Washington. Ya en este lugar, fueron noticia su entrevista con Joe Biden en la Casa Blanca y su discurso ante una sesión conjunta del Congreso.
Conviene señalar que se trata de la primera salida del país que realiza el jefe de Estado ucraniano desde el inicio de la brutal invasión decretada por el actual dictador del Kremlin, su tocayo Putin. Y esto se explica: el gran peligro que se ha cernido sobre el gran país eslavo que él encabeza en el sudeste de Europa, no merece otro calificativo que el de mortal.
Y Zelenski, para realizar su primer viaje internacional, ha escogido a los Estados Unidos. Se trata —creo— de una elección inmejorable. Nuestro gran vecino del Norte ha demostrado ser —y por la clásica milla— el mayor aliado de los ucranianos agredidos. Esto es válido para todos los años recientes, pero en especial para estos 10 meses decursados desde el zarpazo ruso.
Ya en Washington, el presidente de Ucrania visitó la Casa Blanca. Allí, Biden le expresó a su homólogo visitante una gran verdad: que el pueblo ucraniano “inspira al mundo”. También hizo suya la proclamación hecha por la prestigiosa revista Time, que en su número-resumen de 2022 declaró a Zelenski como “Persona del Año”.
Los generosos estadounidenses aplicaron el conocido refrán “Obras son amores y no buenas razones”. La visita presidencial fue ocasión propicia para anunciar un nuevo paquete de ayuda militar de 1850 millones de dólares, a lo que se suman otros 374 de ayuda humanitaria. En esta ocasión, la colaboración bélica incluye una batería de misiles Patriot de largo alcance. Se trata de un armamento solicitado por los ucranianos desde hace tiempo, pero que solo ahora, en medio de la feroz campaña de arrasamiento recién ejecutada por órdenes de Putin, será suministrado.
En la conferencia de prensa conjunta que ambos mandatarios ofrecieron en la misma Casa Blanca, Zelenski escuchó de labios de su anfitrión una declaración pública de enorme importancia: “Puede contar con todo el apoyo de este país por el tiempo que sea necesario. Los estadounidenses de todos los ámbitos, demócratas y republicanos por igual, entienden desde lo más hondo que la lucha de Ucrania es parte de algo mucho más grande”.
Acto seguido, el distinguido visitante se trasladó al Capitolio, donde recibió las ovaciones de los congresistas federales, reunidos en sesión conjunta para escucharlo. “Ucrania está vivita y coleando”, dijo. Se trata de una afirmación veraz que no deja de causar asombro cuando tomamos en cuenta que ello tiene lugar tras la agresión de una gran potencia fronteriza.
Tras reconocer ante los legisladores que la ayuda estadounidense es “vital” para Ucrania, Zelenski aseguró que su país “nunca se rendirá”, e hizo otra afirmación certera: “La ayuda económica a Ucrania no es caridad; es una inversión en la seguridad global”. También hizo una promesa que llena de esperanzas a todos los que condenamos la agresión putinesca; fue cuando vaticinó que 2023 sería “un punto de inflexión”.
Tras el emotivo discurso, formuló declaraciones Kevin McCarthy, actual líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, quien se perfila como probable presidente de ese órgano cuando tomen posesión los nuevos legisladores recién electos. “Apoyo a Ucrania, pero no defenderé un cheque en blanco”, dijo. Esperemos que este tipo de enfoques, cuya letra es inobjetable, no implique poner en peligro la ayuda por el monto de 40 millardos que el Congreso tiene previsto aprobar para el venidero año.
Pero algo bien distinto piensan los rojillos. En el Sitio de la Red Socialista Mundial (WSWS, por sus siglas en inglés) tienen un enfoque muy diferente. En el paroxismo del desparpajo, quienes jamás han criticado la brutal invasión rusa publican ahora que el discurso de Zelenski fue “escrito por la Casa Blanca”, específicamente —dicen— por “un redactor de discursos de la administración Biden”.
Son afirmaciones de Andre Damon. El plumífero comunista califica de “espectáculo degradante y reaccionario” lo dicho por el presidente ucraniano, en particular la parte en que este se comparó con el primer ministro británico Winston Churchill, quien también visitó Washington tras el ataque a Pearl Harbor. Y cuando equiparó la agresión de Putin a las desatadas por Adolfo Hitler.
Provoca pasmo ver a estos socialistas hablar de “imperialismo”, pero no para condenar al dictador ruso por su invasión, sino para criticar a la OTAN y endilgarle a esta organización el haber provocado —supuestamente— los lamentables sucesos actuales en Ucrania. O hablar de los “oligarcas” de este último país, mientras no mencionan a los que rodean al actual inquilino del Kremlin, quienes se caracterizan por su voracidad sin límites y su especial ferocidad.
En Cuba, el régimen y sus agitadores siguen apoyando a Putin. No obstante, me llamó la atención escuchar este miércoles a uno de los cotorrones castristas hablando en el Noticiero de Televisión sobre la “guerra en Ucrania”. ¿Obedecerá esto a un enfoque nuevo o será que simplemente se les olvidó el ridículo eufemismo de “Operación Militar Especial”, que lanzó el dictador ruso y que hasta ahora han repetido gustosamente los castristas!
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Fuente Cubanet.org