Papá Noel regresa a la aldea

LA HABANA, Cuba. — La dura crisis social y económica que atraviesan los cubanos, acentuada en estos últimos días del año, ha traído consigo episodios raros, que en otros tiempos hubieran sido tachados de “diversionismo ideológico”, aburguesados e incluso contrarrevolucionarios.

En Cuba socialista, donde la Navidad fue desterrada apenas llegó Fidel Castro al poder, ha reaparecido Papá Noel; sin mucho que repartir, pero con un mensaje muy claro para el cual solo necesitaba hacerse presente con su atuendo rojo y su bolsa de sorpresas; en este caso, un saco amarillo que contenía algunos juguetes y golosinas para repartir a los niños cubanos.

Santa Claus ha vuelto a la aldea en el contexto del nuevo deshielo entre Cuba y Estados Unidos, o quizás por voluntad de aquellos que se niegan a dejar pasar inadvertido el espíritu navideño en un país con tantas tristezas acumuladas.

Lo cierto es que su anacrónica aparición en El Vedado, el barrio Víbora Park y el campismo Playa Blanca, en Holguín, ha provocado el choteo de los cibernautas, cuyos comentarios denotan el grado de amargura con que han llegado los cubanos al cierre de este 2022.

Siempre existe la posibilidad de que las andanzas del viejito navideño formen parte de las tantas iniciativas ridículas que se le ocurren a las instituciones estatales; de ahí el Santa chancletero que desembarcó en el citado campismo de Holguín, o el emperifollado que cruzó la avenida 23 a solo una cuadra de la Torre López-Calleja, en el corazón de un barrio burgués por antonomasia.

En cualquier caso, se trata de una representación. Que venga Santa no significa que los cubanos tengan Navidad, como tampoco el artículo 54 de la Constitución implica que los cubanos realmente tengan derechos, o que la reciente palabrería de Díaz-Canel pondrá carne y pescado en la mesa de un pueblo hambriento. Es puro teatro, nada más.

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Fuente Cubanet.org