Después de 4 años, cuando arrancó el debate en el Congreso de la Nación, la estación espacial china emplazada en Neuquén continúa envuelta en un manto de misterio y secretismo. Desde un comienzo, los refractarios al proyecto advirtieron sobre las posibles vulnerabilidades que implicaba para la defensa nacional el opaco acuerdo rubricado entre el gigante asiático y el gobierno de Cristina Kirchner, en su momento.
El paso del tiempo no hizo desaparecer las suspicacias. Según un exhaustivo informe periodístico de la agencia Reuters, la base científica ubicada a 40 minutos de automóvil de Las Lajas -una pequeña ciudad de 7.000 habitantes- se trata de una “caja negra” que carece de supervisión por parte del Estado argentino.
El diagnóstico es en base a cientos de páginas documentales aportadas por el gobierno nacional y revisadas por expertos en derecho internacional.
Uno de los sitios clave de la estación china es su centro de visitantes. Cuando se proyectó, su propósito era explicar la función de su poderosa antena de 16 pisos. El centro ahora está construido detrás de una cerca de alambre de púas de 2,5 metros de alto que rodea todo el complejo de la estación espacial. Las visitas son sólo con cita previa.
Inmerso en un halo de misterio, el complejo genera preocupación entre los residentes locales, alimentó teorías conspirativas y ocasionó la inquietud de EEUU sobre su verdadero fin. Así lo acreditan docenas de vecinos, funcionarios argentinos actuales y anteriores, funcionarios estadounidenses, especialistas en satélites y astronomía y expertos legales consultados por Reuters.
El Gobierno ratificó ante el Congreso que el proyecto de la polémica base espacial de China instalada en Neuquén está recibiendo controles “regulares y permanentes sobre las actividades”. Además detalló los objetivos de la misión que lleva adelante Beijing en esa estación y desechó una vez más el eventual uso militar de la agencia operada bajo directivas del Ejército Popular de China.
En el último informe 134 que el jefe de Gabinete, Juan Manzur, remitió al Senado se detalló que “la estación en Neuquén le ha dado soporte a las misiones Chang’e 4, que alunizó en el lado oculto de la Luna en 2019, y a Chang’e 5, que exitosamente trajo muestras lunares de regreso a la Tierra en 2020”.
El despliegue de China en la base de Neuquén se remonta al 2014 cuando Cristina Kirchner promovió una ley por la que la agencia china CLTC que depende del Ejército Popular de Beijing tiene libertad para explorar el espacio por 50 años con una exención impositiva plena en las 200 hectáreas en que se emplaza la estación.
En el último informe del jefe de ministros se explicó que el programa de sondas planetarias que lleva adelante la agencia china CLTC está dando soporte a la misión Tianwen 1 con el objetivo de exploración de Marte.
Está claro que la instalación de China en la estación de Bajada del Agrio en Neuquén sigue generando polémicas y suspicacias. De hecho, el informe del jefe de Gabinete responde a pedidos y dudas que plantearon varios diputados de la oposición.
REUNION RESERVADA
No sólo esto. Según pudo saber El Cronista de fuentes parlamentarias, en una reunión reservada que el embajador de Estados Unidos en Buenos Aires, Marc Stanley, mantuvo con los diputados de la Comisión de Relaciones Exteriores, la administración norteamericana volvió a plantear la preocupación por el eventual uso militar de China en la base de Neuquén.
Es el mismo planteo que en su momento hizo al gobierno el ex jefe del Comando Sur, Craig Failler y luego su sucesora, la comandante Laura Richardson, quien incluso llegó a plantear esa inquietud ante la vicepresidenta Cristina Kirchner. Eso ocurrió durante una visita que realizó la funcionaria norteamericna y que estuvo en el despacho de la vicepresidenta.
Por el contrario, el embajador chino en Buenos Aires, Zou Xiaoli, descartó de plano el uso militar de la base de CLCT en Neuquén.
En esa misma línea, Manzur desterró en su informe ante el Congreso cualquier tipo de uso militar de la antena que se instaló en la base de Neuquén y destacó que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación ratificó que el tratado que China y Argentina sellaron en el 2014 “establece como principio esencial el uso pacífico de las actividades espaciales”.
En el informe de Manzur, al que accedió, se detalla también que incumplir ese acuerdo “implicará la violación a las reglas de derecho internacional, escenario impensado e imposible, no solo política o jurídica, sino técnicamente ya que, además, las frecuencias autorizadas no son de uso militar”.
Para que no quedaran dudas antes los legisladores, el jefe de Gabinete detalló en el informe de más de 500 páginas que responde a todas las cuestiones de la administración nacional que la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) está llevando adelante inspecciones “regulares, periódicas y permanentes sobre las actividades que se realizan en la Estación CLTC-CONAE Neuquén”.
Y aclaró que en el caso de un hipotético incumplimiento de la contraparte china respecto del uso pacífico de las instalaciones, ello generaría la rescisión de los convenios suscriptos, toda vez que en ellos contemplan las condiciones de uso en los términos aludidos, existiendo incluso los tratados internacionales que vinculan a los países en ese sentido.
CONTROLES PERMANENTES
También el Gobierno aclaró que la agencia CLTC emite permanentemente una lista certificada del personal relacionado con la base espacial. Manzur dijo que la Dirección de Migraciones interviene en el control del personal chino que opera en la base de Bajada del Agrio.
Es que siempre se prestó a la polémica el hecho de que el personal de China instalado en la base de Neuquén no tuviera control alguno de parte de las autoridades argentinas.
Según Manzur, la estación de Neuquén es la única que China tiene fuera de su territorio para dar apoyo a los dos programas de exploración espacial: las sondas Chang’e para el estudio de la Luna y el programa Tianwen de sondas planetarias.
“El programa lunar chino fue formulado en 2004 consistiendo en tres fases: orbitar, alunizar y regresar. A partir de la puesta en operaciones de la estación en Neuquén le ha dado soporte a las misiones Chang’e 4, que alunizó en el lado oculto de la Luna en 2019, y a Chang’e 5, que exitosamente trajo muestras lunares de regreso a la Tierra en 2020″. Con respecto al programa de sondas planetarias, la estación le da soporte a la misión Tianwen 1 con el objetivo de exploración de Marte.
De esta manera, el Gobierno buscó desterrar una vez más las dudas y cuestionamientos que hay de parte de los legisladores opositores y de la diplomacia extranjera sobre el uso de la estación de China en Neuquén.
En la última visita que hizo a la estación de Neuquén, el ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus destacó que la misión china “será de utilidad para los investigadores argentinos especializados en geología planetaria, magnetósfera y astrobiología, entre otros aspectos”.
Aunque la CONAE sólo tiene una hora y 40 minutos diarios para hacer uso de esta estación espacial manejada completamente por personal de Beijing que responde a las directivas del Ejército Popular de Beijing.
Pero la CONAE no tiene injerencia alguna en los proyectos a cargo de científicos chinos en Neuquén. Es decir, los técnicos que manejan la estación son de China y sólo responden a las autoridades de la agencia CLTC.
Fuente El Cronista