Biden logró aprobar antes de la renovación del Congreso un brutal aumento del gasto público, que incluyen millones de dólares a “causas LGTB” y ayudas a Ucrania, luego de que Zelenski visitara el país.
En la semana pasada, ambas cámaras del Congreso aprobaron la Ley de Presupuesto para el año 2023 que envió Biden, con el objetivo de aumentar drásticamente el gasto público. Si bien la legislación tiene algunas erogaciones destinadas a renovar la infraestructura de transporte a lo largo del país, el grueso del proyecto busca expandir la agenda progresista de los demócratas.
En ambas votaciones, algunos republicanos se pasaron al bando demócrata y ayudaron a la aprobación del presupuesto. En la Cámara de Representantes, la votación finalizó con 225 votos a favor, 201 en contra y una abstención, con figuras demócratas como Alexandria Ocasio Cortez e Ilhan Omar votando en contra.
En el Senado, gracias al impulso del líder republicano Mitch McConnell, un ferviente anti-Trump, la votación resultó prácticamente bipartisana, con 68 votos a favor y solo 29 en contra. Los senadores republicanos Tom Cotton, Mitt Romney y Lisa Murkowski, fueron los nombres más polémicos que giraron su voto.
Biden logró que se apruebe la ley antes que se renueven las bancas en el Congreso, lo cual hubiera imposibilitado la firma ya que los republicanos tomarán control de la Cámara Baja, y debía pasar primero por ahí antes de subir a la Alta.
Entre otras cosas, la legislación aumenta el gasto en 1,7 billones de dólares (doce ceros) y destina recursos en promoción de políticas de género, millonarias transferencias a centros comunitarios LGBT, subsidios a empresas de energía, especialmente las de energías renovables, y un masivo paquete de ayudas económicas y militares para Ucrania.
Gastos en Defensa
Uno de los puntos que más resaltan en la legislación es el gasto en materia de defensa, el cual será elevado en US$ 858 millones de dólares. Estos artículos fueron consensuados con los legisladores anti-trumpistas del Partido Republicano, una negociación clave para que el proyecto sea aprobado antes de fin de año con votos de la oposición.
La finalidad de estos gastos será “mejorar e incrementar la infraestructura relativa a las ramas de las fuerzas armadas como lo son el Ejército, la Fuerza Aérea, la Marina y la Fuerza Espacial“, asegurando también la “compra de nuevos buques, aviones y armamento“.
Como es costumbre con este gobierno, también se destinarán fondos a causas progresistas dentro de las Fuerzas Armadas, como el caso de las nuevas políticas de género en el Cuerpo de Marines, y el esfuerzo conjunto de todas las ramas para lograr la paridad de género en las fuerzas.
Entre otras cosas, la ley confirma que el polémico mandato de vacunación en las Fuerzas Armadas seguirá vigente por el 2023 y los miembros de las distintas ramas militares que no estén inoculados deberán vacunarse obligatoriamente a más tardar en enero.
Ayudas a Ucrania
La otra gran parte del presupuesto estará destinado a ayudar a Ucrania, una decisión extremadamente polémica dado que en Estados Unidos la economía está en una de las peores recesiones de la historia del país.
Otros US$ 773 millones de dólares serán destinados a la provisión de ayuda a Ucrania, incluyendo US$ 19,8 millones de dólares en equipamiento militar para Ucrania y sus aliados europeos; US$ 12,9 millones en concepto de asistencia económica; y US$ 6,2 millones de dólares directamente para el ministerio de Defensa ucraniano.
Para anunciar la aprobación de la ley que incluye este masivo desembolso para Ucrania, se invitó al presidente ucraniano Volodimir Zelenski al Congreso de los Estados Unidos.
El mandatario del país europeo brindó un vergonzoso discurso en la Cámara de Representantes, siendo el primer presidente que en época de guerra realiza una presentación en el Capitolio estadounidense desde la aparición de Winston Churchill en 1941, donde así como Zelénski, pidió la intervención de los americanos en la guerra.
Pero a diferencia de Churchill, Zelénski criticó duramente a los estadounidenses por enviar “poca ayuda” y les reprochó el voto en contra a los republicanos que no quieren gastar casi mil millones de dólares en transferencias a Ucrania mientras Estados Unidos atraviesa una recesión.
Zelénski también fue parte de una patética puesta en escena en la Casa Blanca con un senil Joe Biden, quien balbuceó en su discurso junto a su homólogo ucraniano. Zelénski le hizo entrega de una medalla a Biden por su ayuda en la guerra contra Rusia.
Promoción de la agenda progresista
Otro de los polémicos temas que se aprobaron en la ley son los múltiples proyectos relacionados a políticas LGTB, entre los que se encuentran millones de dólares destinados a espacios de promoción de la agenda progresista, como por ejemplo un museo LGTB en la Ciudad de Nueva York, un archivo destinado a mostrar los derechos homosexuales en el estado de Wisconsin y un centro estudiantil para personas homosexuales en la ciudad de San Diego, California, entre otras cosas.
Sin embargo, la promoción de los programas LGTB no son el único elemento de la agenda progresista que se incluye en el presupuesto para el año 2023, sino que también millones de dólares se encuentran destinados a organizaciones dedicadas a la “justicia social” y a la “igualdad económica”, además de la asignación de US$ 3,5 millones de dólares a la “Oficina de Diversidad e Inclusión“.
Dentro del presupuesto de más de 4.000 páginas, pueden encontrarse proyectos totalmente delirantes como la implementación de autopistas “bee-friendly” (amigables para las abejas), la asignación de un presupuesto de US$ 7,5 millones de dólares destinados al estudio del “fenómeno de la radicalización doméstica en redes sociales“, además de más de US$ 20 millones en un programa para proteger las fronteras de Jordania, Líbano, Egipto, Tunisia y Omán, mientras se promueven las fronteras abiertas en Estados Unidos.
A su vez, tembién se destinara una enorme suma de dinero para la construcción de una calle denominada el “Camino Michelle Obama” cerca de la Universidad Estatal de Georgia, en conmemoración a la mujer del expresidente demócrata Barack Obama, el “Parque de la Independencia Ucraniana” en Washington D.C. y la construcción del edificio “Nancy Pelosi” en San Francisco.
Persecución política
Los demócratas también lograron incluir en el presupuesto la erogación de US$ 2,6 millones de dólares hacia la comisión que investiga los hechos sucedidos el 6 de enero del 2021, otorgando una suma como premios a los abogados federales por cada manifestante que logren condenar con el fin de incentivar los procesamientos de quienes ingresaron al Capitolio en la fecha en la que el fraude electoral de Joe Biden fue convalidado.
Además, unos US$ 11,3 millones de dólares serán destinados al FBI para investigar el “terrorismo y el extremismo doméstico de derecha“, mientras que un masivo paquete de US$ 39 millones de dólares será destinado al Departamento de Justicia para ese mismo objetivo.
A pesar de que la ley busca enjuiciar a votantes republicanos, varios senadores de este partido decidieron votar a favor, impulsados por el líder de la oposición, Mitch McConnell (Kentucky), quien negoció directamente con Biden muchos de los artículos de la ley.
Además del senador por Kentucky, los republicanos Richard Shelby (Alabama), Roy Blunt (Missouri), John Boozman (Arkansas), Tom Cotton (Arkansas), Shelley Moore Capito (West Virginia), Susan Collins (Maine), John Cornyn (Texas), Lindsey Graham (Carolina del Sur), Jim Imhofe (Oklahoma), Jerry Morgan (Kansas), Lisa Murkowski (Alaska), Rob Portman (Ohio), Mitt Romney (Utah), Mike Rounds y John Thune (Dakota del Sur), Roger Wicker (Mississippi) y Todd Young (Indiana) votaron a favor.
La gran mayoría de este bloque pertenece al bloque anti-trumpista del Partido Republicano, que suele apoyar a Biden en muchas de sus incursiones legislativas y aseguran representar el ala más moderada del partido. Sin embargo, hubo algunos votos a favor como el de Tom Cotton, miembro del ala más dura y trumpista del Partido, lo cual despertaron las alarmas en la formación, ya que Trump había dado la orden a sus leales que votaran en contra.
Entre las sorpresas entre los demócratas, se dio la negativa de Alexandria Ocasio Cortez de votar a favor del proyecto. Lejos de haberse justificado en beneficio de los americanos, sus motivos se fundaron en que el presupuesto no desfinanciaba ni el Servicio de Control de Migraciones y Aduanas (ICE) ni el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), como ella había pedido.
Fuente Derecha a Diario