La foto beatle del cruce de calle como la tapa de Abbey Road potenció las repercusiones de las actividades compartidas en Mar del Plata entre Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales. “El primero es Lennon, a ése lo van a matar”, cruzó con humor negro un dirigente del sector del gobernador de Jujuy la interpretación de que, por tratarse de la fila encabezada por el jefe de Gobierno porteño, el radicalismo irá otra vez detrás del PRO en la disputa electoral de este año.
Más allá de esa imagen, la reunión de Rodríguez Larreta y Morales, acompañados por Martín Lousteau, Diego Santilli y los referentes de los equipos económicos, generó un impacto fuerte en la interna de Juntos por el Cambio, por su potencia como mensaje de cara a los reacomodamientos en la etapa de definiciones y las reacciones tanto en el radicalismo como en el PRO.
Otra vez en Mar del Plata, Morales convocó este lunes a los dirigentes de la UCR en el Hotel Provincial y reunió a unos 50, entre ellos Lousteau, Ernesto Sanz, Mario Negri, Julio Cobos, Inés Brizuela y Doria, Gustavo Posse y Maximiliano Abad.
También resaltaron las ausencias: los mendocinos Alfredo Cornejo y Rodolfo Suarez, el correntino Gustavo Valdés, Facundo Manes (sí estuvo su hermano Gastón) y Carolina Losada. “Quedó expuesto el error de anticipar los tiempos”, consideró uno de los presentes, crítico del movimiento del titular del partido con el jefe de Gobierno porteño.
Morales había buscado desestimar la idea de que el encuentro con Rodríguez Larreta reflejó un acuerdo electoral ya cerrado. “La foto con nuestros economistas fue el objetivo central. También hablamos de política. Estamos preparados para gobernar el país que nos dejen”, aseguró en radio Rivadavia. El titular de la UCR anunció que lanzará su candidatura en febrero, por lo que las definiciones y las eventuales fórmulas cruzadas quedarán para más adelante.
“Gerardo va a trabajar para ser presidente, después será una decisión del partido si competimos en las PASO o vamos a un acuerdo con un sector del PRO”, reconocieron en el espacio liderado por el mandatario de Jujuy. Por lo pronto se mostraron coincidentes en la reivindicación del “diálogo racional” como salida a la crisis y la presencia de equipos técnicos reflejó el propósito de la UCR de consensuar un programa para ir hacia un eventual gobierno de coalición, con “responsabilidades compartidas”, a diferencia de la gestión de Mauricio Macri, con el protagonismo excluyente del círculo cercano al fundador del PRO.
Desconfianza radical
Como contó Clarín, el acercamiento de Morales a Rodríguez Larreta ya había generado desconfianza entre los correligionarios y fue uno de los motivos por los que quedó descartada una competencia previa a las PASO para ungir a un precandidato presidencial del partido. El sector de Facundo Manes propuso que, si se hacía, el ganador debía ir a las PASO y no negociar con el PRO, lo que según su versión Morales no garantizaba.
“Hasta ahora Gerardo no nos informó que exista un acuerdo con Larreta o con una parte del PRO”, marcaron cerca del neurólogo. Tanto Manes como otros referentes de la UCR como Cornejo y Valdés rechazan que Morales quede como único interlocutor en las negociaciones con los socios de Juntos por el Cambio.
“La foto no está bien vista. Es un acuerdo de CABA que han trasladado al resto del país. De cúpula, sin base real en el territorio”, cuestionó otro de los referentes enfrentados al titular del radicalismo. Del lado de Morales replicaron que sus rivales internos “trabajan para debilitar” al partido.
La señal de Rodríguez Larreta y Morales a su vez provocó resquemores en el PRO. “Es legítimo, pero la foto tiene un montón de problemas. Al voto duro no le gusta ver a Horacio con Morales. Y ahora se le va hacer difícil sostener que no va a entregar la Ciudad”, remitió un dirigente alineado con Macri a la presencia de Lousteau, resistido por el ex presidente -respalda a su primo Jorge- en la Ciudad.
Como primera reacción, Patricia Bullrich apuntó a la imagen beatle. “No hay espacio para la joda en un país y una sociedad sufrida”, transmitieron desde su sector, y también cuestionaron el perfil dialoguista de Morales: “Es el espacio radical menos afín a un cambio. Es coherente con Larreta”.
Fuente Mendoza Today