LA HABANA, Cuba. – “Este es un asunto medular y extremadamente peligroso para la masonería. Está destapada una injerencia tácita, grave, peligrosa, que puede destruir a la masonería. (…) Estamos en un momento álgido en el que tenemos que tomar determinadas actitudes”, aseguró este domingo el Soberano Gran Comendador de la masonería en Cuba, José Ramón Viñas Alonso, al dirigirse a los masones en el Supremo Consejo de Cuba.
De esta manera, el líder masón respondió a las recientes tensiones generadas dentro de la institución a raíz de la renuncia del Gran Maestro, Francisco Javier Alfonso Vidal, debido a presiones de la Seguridad del Estado cubana.
Alfonso Vidal reveló que la policía política lo acosaba y presionaba para que enviara a Viñas Alonso a la Corte Suprema de Justicia Masónica y este fuera expulsado de la Orden; de esta forma, pretendían evitar que su liderazgo dentro de la institución se acrecentara. Además, aseveró que el Soberano se había convertido en una molestia para los órganos represivos cubanos a raíz de su carta a Miguel Díaz-Canel, poco después de las protestas del 11J, en la cual rechazó la represión y se puso del lado del pueblo.
Sobre la renuncia del Gran Maestro y su exilio en Estados Unidos, Viñas Alonso declaró que no lo juzgaría, que estaba algo “confundido” al respecto, pero que, como lo han vinculado a él mismo, debía pronunciarse. De igual forma, explicó que entendía que pudo haber sentido miedo por todo el hostigamiento al que fue sometido, algo por lo que él y su familia han pasado igualmente.
Ante las revelaciones ―que incluyen tanto a los agentes de la Seguridad del Estado como a funcionarios de la Gran Logia de Cuba―, Viñas Alonso dijo que había conversado con el actual Gran Maestro, Fernando González (quien asumió el cargo el 6 de enero último) y le hizo saber que el Supremo Consejo se mantenía “cauto, a la escucha, a la observación”.
“El Supremo Consejo, en estos momentos, no está preparado para tomar determinaciones respecto a todo lo que está sucediendo y no juzga ninguna cosa, porque todos somos masones y a todos nos interesa el buen funcionamiento y que se resuelva satisfactoriamente la situación que se ha creado en la muy respetable Gran Logia de Cuba”, aseguró.
Asimismo, añadió que, aunque lo sucedido no fue en el Supremo Consejo, sí “tiene que ver con todos los hermanos”.
La Gran Logia rige los grados del 1 al 3, llamados simbólicos, y el Supremo Consejo, los grados del 4 al 33, llamados filosóficos.
Las fuertes tensiones incluso pudieran hacer peligrar el Tratado de Paz y Amistad entre ambas instituciones, por el cual la Gran Logia no se debe involucrar en los asuntos del Supremo, y viceversa. De igual forma, según afirmó el Soberano, peligra la existencia misma de la Orden masónica en Cuba.
El soberano explicó la falsedad de los supuestos delitos masónicos que querían usar como pretexto para su expulsión. Y aseguró que Poll, el mismo oficial de la Seguridad del Estado que asedió a Alfonso Vidal, intentó acercarse a él.
También afirmó haber estado sometido a hostigamiento por parte de la Seguridad del Estado, el cual se ha extendido incluso a su familia. Asimismo, relató que le impiedieron salir del país el pasado año sin explicación alguna, que ha sido interrogado en varias ocasiones y que la policía política les ha obstaculizado a los masones actividades benéficas como una donación de juguetes a niños en un hospital, el pasado 6 de enero, día de los Reyes Magos; así como entorpecido una peregrinación por la paz junto a la Federación por la Paz Universal (UPF, por sus siglas en inglés).
Finalmente, José Ramón Viñas hizo un llamado a unirse para afrontar la situación. “La masonería tiene un prestigio y una historia. Lo único que tenemos que ser es leales, al legado y a nuestros preceptos”, sentenció.
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Fuente Cubanet.org