El 58% de los ciudadanos es partidario de que la Corte Suprema siga teniendo “poder de anular legislaciones aprobadas por el Parlamento si determina que contradicen principios democráticos”, según una encuesta.
Los israelíes cada vez confían menos en sus instituciones y partidos políticos, revela el informe de 2022 del Instituto para la Democracia de Israel (IDI) difundido en pleno malestar por la reforma judicial del Gobierno de Benjamín Netanyahu y tras la masiva protesta de ayer contra su plan.
Esta última década menguaron mucho los que se muestran «optimistas con el futuro del país», se erosionó «la confianza pública hacia las instituciones estatales» y menos del 10% confía en los partidos.
Además, en plena polémica por el plan del Ejecutivo que daría vía libre a que una mayoría simple de parlamentarios anule decisiones de la Corte Suprema que impliquen derogar una ley o decisión gubernamental, un 58% de encuestados es partidario de que la Corte siga teniendo «poder de anular legislaciones aprobadas por el Parlamento si determina que contradicen principios democráticos».
Estas son algunas de las conclusiones del Índice de la Democracia Israelí, estudio sobre la opinión pública basado en sondeos que el IDI realiza cada año y que hoy presentó al presidente, Isaac Herzog.
El informe se difunde justo después de que cerca de 80.000 personas manifestaran en Tel Aviv contra el plan de reforma judicial del nuevo gobierno, en la protesta más grande del país en años y ante lo que ven como una amenaza para el sistema democrático.
«Desde 2019 hasta junio de 2022, disminuyó el porcentaje» de gente que considera «la situación general de Israel como buena o muy buena». Solo el 25% de población lo veía como tal el año pasado, en comparación con el 53% que se registraba en 2018.
A su vez, solo un 49% de encuestados son optimistas con el futuro de Israel, frente al 76% de 2012. Esto denota que los últimos años de parálisis e inestabilidad política del país -que celebró cinco elecciones entre 2019 y 2022- han pasado factura.
La media de confianza en las principales instituciones del Estado -entre ellas Gobierno, Presidencia, Parlamento, partidos políticos o Corte Suprema- se redujo al 33% en la última década, una cifra muy baja en relación al 61% de 2012.
El organismo más valorado siguen siendo las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), en las que confían un 85% de judíos israelíes.
Por otro lado, la confianza hacia el Gobierno o Parlamento se va reduciendo y solo reciben 24 y 18,5% de confianza respectivamente. Asimismo, el apoyo a los partidos también baja, y se sitúa a 8,5%.
Además, «la sensación de que el Estado puede garantizar la seguridad se ha desplomado» al 38%, frente al 76% de 2020.
Todo ello ilustra las crecientes tensiones de la sociedad israelí, fragmentada entre distintos sectores y muy polarizada estos últimos años en relación a distintos asuntos, sobre todo en torno al apoyo u oposición a Netanyahu.
El dirigente, que formó el nuevo Ejecutivo a fines de diciembre, consiguió mayoría para gobernar con el apoyo de partidos judíos ultraortodoxos y fuerzas de extrema derecha.
Varias de las medidas que impulsa la coalición gubernamental han puesto ya en guardia a grupos opositores a pie de calle, más allá de los partidos. EFE y Aurora
Fuente Aurora