Unas 40.000 personas manifestaron el sábado en las calles de Tel Aviv contra la polémica reforma judicial que impulsa el gobierno de Benjamín Netanyahu, bajo el telón de fondo de la reciente masacre terrorista en Jerusalén.
Se trata de la cuarta gran protesta en contra del gobierno de Netanyahu en Tel Aviv, un movimiento que también ha contagiado a otras ciudades como Haifa y Beersheva.
Sin embargo, en esta ocasión el silencio en señal de luto sustituyó al bullicio y la música de las marchas pasadas.
«Compartimos el dolor y luto de las familias y deseamos la recuperación de los heridos», indicó el Movimiento por un Gobierno de Calidad en Israel, que organiza las protestas.
Jerusalén se encuentra en estado de máxima alerta tras ser el epicentro de dos atentados palestinos con arma de fuego en menos de 24 horas, que hasta el momento en el que han sido asesinados siete israelíes y otros cinco resultaron heridos.
Un tercer ataque terrorista ocurrió pocas horas más tarde en un restaurante cerca de Jericó, en el Valle del Jordán, sin causar víctimas.
Pese a la conmoción que reina en el país, nutridos grupos de personas salieron a las calles a protestar contra lo que perciben como un jaque al equilibrio de poderes en el país, a raíz de un proyecto de reforma judicial impulsada por el Gobierno.
«El fin de la democracia», rezaba una de las pancartas de los manifestantes, mientras cientos de banderas israelíes ondeaban alrededor.
Paralelamente, 13.000 personas protestaron en las calles de la ciudad de Haifa, y otros cientos en Herzliya.
SERIE DE PROTESTAS
El sábado pasado, más de 120.000 personas salieron a las calles de Tel Aviv, un número que superó los 80.000 del sábado previo. Se trata de las manifestaciones más multitudinarias registradas en Israel en las últimas décadas.
Además, más de 10.000 israelíes protestaron en otras ciudades del país.
La reforma judicial a la que se oponen los asistentes de las marchas, incluye, entre otras cosas, la polémica «cláusula de anulación», que permite que una mayoría parlamentaria simple anule una decisión de la Corte Suprema de Justicia que implique derogar una ley o decisión gubernamental; además de eliminar el supuesto de «razonabilidad» que permitía a ese tribunal desestimar a iniciativa propia decisiones o normas que violen la Ley Básica.
A las manifestaciones se unieron miembros de la comunidad LGTBI, que se ve amenazada bajo este nuevo gobierno. Además de la retórica homófoba de algunos ministros de la extrema derecha -han llegado a amenazar con prohibir el Desfile del Orgullo-, han propuesto una cláusula legal que permita a profesionales, incluido médicos, a negar prestar servicio a personas que atenten sus creencias religiosas, lo que afectaría a este colectivo.
SEMANA AGITADA
Durante la semana, otros actos de protesta se hicieron presentes en Israel, como el martes, cuando cientos de trabajadores de la pujante industria de la alta tecnología declararon una huelga de unas horas y salieron al centro del Tel Aviv para protestar por el impacto que la reforma puede tener en la economía, al ahuyentar a inversores o degradar la calificación crediticia de Israel.
El miércoles, más de 270 economistas y académicos publicaron una «carta de emergencia» en la que expresaron esas preocupaciones, las mismas que el presidente del Banco Central expresó a Netanyahu en una reunión de urgencia.
“La concentración de un vasto poder político en manos del grupo gobernante sin fuertes controles y equilibrios podría paralizar la economía del país”, advirtieron los signatarios de la carta, entre los que figuran el Premio Nobel Daniel Kahneman; o el exasesor económico de Netanyahu y jefe del Consejo Económico Nacional, Eugene Kandel.
Ese mismo día, periodistas, profesionales del ámbito de la comunicación, actores, escritores y personalidades del mundo de la cultura protestaron en Tel Aviv contra el plan gubernamental de cerrar la emisora pública Kan. EFE y Aurora
Fuente Aurora