CDMX, México.-Para hablar de la música cubana y su legado es imprescindible mencionar a Alicia Parlá, a quien no pocos llamaron la Reina de la Rumba internacional. Aunque aclaramos que los pocos videos que hay de ella realmente la acercan más al son, que a lo que hoy conocemos como rumba.
Sobre Alicia, si bien no actuó en los escenarios cubanos, hay que destacar que cautivó con su baile en París, Montecarlo, Londres, Nueva York, Boston.
Incluso, esta cubana bailó para el mísmisimo Rey Jorge, padre de la Reina Isabel. Como también lo hizo para su tío Eduardo VIII, monarca de Inglaterra hasta que abdicó al trono. El rey Leopoldo, de Bélgica, fue otro noble al que cautivó.
¿Quién fue Alicia?
Alicia nació en 1914 en La Habana. Su familia era de clase media, y su padre médico no estaba muy de acuerdo con que la joven se dedicara a bailar profesionalmente. Por lo que insistió en que aprendiera también mecanografía.
En la década de 1920, Parlá llegó a vivir a Estados Unidos, donde logró convencer a su madre de que le permitiera trabajar en en un club nocturno de Greenwich Village. Allí, según publicó The New York Times, tuvo su primera oportunidad de bailar profesionalmente. Una noche en la que bailarina del centro no acudió, la cubana tomó su lugar; y lo hizo tan bien que el célebre líder de la banda cubana Don Azpiazu le dio la oportunidad de quedarse con el trabajo.
Alicia puso un solo requisito: no quería bailar con un hombre, prefería hacerlo sola. A la larga esto fue una sabia decisión para colarse en el gusto de la sociedad conservadora. El derroche de sexualidad y erotismo que puede tener la rumba(o el son) era más tolerado si lo bailaba una sola persona, y no una pareja.
En 1932 viajó a Europa, acompañada por su madre, y allí deleitó a la nobleza. “Fue durante un compromiso en Montecarlo que Miss Parlá llamó la atención de dos futuros reyes de Inglaterra, Eduardo, el Príncipe de Gales, y su hermano Alberto, el Duque de York, quien más tarde se convertiría en el Rey Jorge VI. Al día siguiente, Eduardo llamó a la señorita a su villa para que le enseñara a bailar”, recuerda TNYT.
Después de enamorar a Europa, Alicia regresó a los Estados Unidos donde pasó un año bailando en el club nocturno Mon Paris. Al verla allí, el periodista Walter Winchell la aclamó como “esa encantadora aleta del torso de La Habana”. A Cuba regresó a finales de 1934 y se casó pocos meses después. A los 21 años, su legado como Reina de la Rumba ya estaba escrito. No bailó más.
Cuando Fidel Castro tomó el poder en 1959, Parlá, para entonces casada con un funcionario del gobierno de Batista, huyó a Estados Unidos y se instaló en Miami. Durante 20 años trabajó como mecanógrafa para ganarse la vida.
Por cierto, cuentan que esta cubana fue quien enseño a bailar a Josephine Baker.
Fuente Cubanet.org