ROSARIO.- La foto que podría describir al peronismo en Santa Fe aparece fragmentada, una imagen no muy diferente al escenario nacional del Frente de Todos. Pero con una diferencia: en Santa Fe los liderazgos aparecen por ahora difusos, algo que plantea una rareza en la historia reciente del PJ que se caracterizó por mostrar fortaleza y cierta verticalidad mientras ejercía el poder, hoy en manos del peronista Omar Perotti.
El interés de parte de la vicepresidenta Cristina Kirchner y del ministro de Economía, Sergio Massa, pasa -según advirtieron fuentes del peronismo santafesino- por el peligro de que el peronismo pierda una provincia clave, que recuperó después de 12 años de gobierno socialista.
El ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, visitó Máximo Paz, donde se reunió con productores afectados por la sequía, y luego viajó a la ciudad Santa Fe a reunirse con el gobernador, con quien firmó un convenio mutuo de asistencia financiera y adhesión entre el Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional y la provincia. “La reunión es para hablar de la cuestión”, advirtió una fuente cercana al gobierno. La visita del ministro se produjo horas después de que el presidente Alberto Fernández convocara a una mesa nacional del Frente de Todos para el jueves 16 de febrero, en busca de unidad en el oficialismo. Perotti no es un asiduo concurrente a las reuniones políticas.
Las piezas en el peronismo santafesino deben empezar acomodarse con cierta premura, luego de que la oposición movió las fichas del juego electoral, al conformar hace dos semanas una amplia alianza bajo el rótulo de “Frente de Frentes”, en el que confluyeron sectores con fuertes diferencias políticas, como Pro y el socialismo. Esta coalición “no peronista” obliga al PJ a fortalecer su oferta electoral, algo que generó interés tanto de parte de Cristina -que en la última elección acordó con Perotti- como de Massa.
Ambos mantuvieron reuniones, cada uno por separado, con el senador nacional Marcelo Lewandowsky, un experiodista deportivo, que aparece por ahora -según coinciden las encuestas encargadas por distintos sectores- con mejor intención de voto, sobre todo en Rosario, donde tiene un alto nivel de conocimiento a partir de los análisis futbolísticos que realizó durante más de una década en la pantalla de Telefe.
Lewandowsky arribó a la política de la mano del sector que encabezaba la exministra de Hábitat María Eugenia Bielsa, que renunció en plena pandemia. En 2021, la vicepresidenta avaló la candidatura del experiodista a senador nacional, tras un acuerdo con Perotti. Pero la rareza de ese pacto fue que Lewandowsky nunca fue cercano al gobernador. “Sólo medía bien en las encuestas”, recordaron fuentes del PJ.
El columnista deportivo perdió por ocho puntos frente a Carolina Losada, de Juntos por el Cambio, en la provincia, pero obtuvo un triunfo en Rosario. Ahora en el Frente de Todos a nivel nacional lo ven como una de las opciones más viables para enfrentar al mega frente electoral de la oposición, que solo tiene como postulante definido al exministro de Seguridad Maximiliano Pullaro. En el radicalismo y en Juntos por el Cambio esperan la decisión de Losada, que podría reeditar el duelo de experiodistas.
El senador nacional del PJ no decidió por ahora qué hará sobre su futuro. Desde su entorno consideran que hasta abril no habrá una definición. En ese lapso esperan que el peronismo vaya moldeando una instancia de mínima unidad, aunque esa escenario parece complejo. La falta de acuerdo está motivada por los distintos emprendimientos electorales. Y sobre todo la falta de liderazgo de Perotti, que -según la visión de varios dirigentes peronistas- nunca priorizó mostrarse como un armador político.
Perotti apostaría a su entorno selecto, y el actual senador Roberto Mirabella suena como un candidato a gobernador, acompañado por la ministra de Salud, Sonia Martorano, de fuerte exposición pública durante la pandemia. El actual gobernador no tiene la posibilidad de ser reelecto, según establece la constitución provincial, y uno de sus planes futuros sería ser candidato a diputado provincial, con el ansia de presidir la Legislatura, como actualmente ocurre con el Frente Progresista, que logró mantener parte de su estructura partidaria con los fondos de ese organismo.
Perotti se recostó en el interior de la provincia, lejos de Rosario, su principal problema, para conformar un núcleo más consolidado con intendentes y presidentes comunales, cuyas lealtades internas muchas veces están condicionadas por los fondos que reciben, algo histórico que atraviesa todos los partidos.
Por el lado de La Corriente, el actual titular de la AFI, Agustín Rossi, le dio la venia al diputado Leandro Busatto para que empiece a recorrer la provincia como candidato a gobernador. En ese sector plantean que a diferencia de lo que ocurrió en 2019, cuando se firmó la unidad para respaldar a Perotti, este año deberían jugar varios candidatos en la PASO -no más de tres- con el objetivo de fortalecer el peronismo y mostrar distintas opciones, que deben desplazar a las diferencias ideológicas y centrarse en los perfiles programáticos.
En Rosario ese espacio tejió una alianza con Ciudad Futura, un partido de izquierda aliado a nivel nacional a Juan Grabois, para poder pelear la intendencia con el jefe de Gabinete del Ministerio de Trabajo de la Nación, Roberto Sukerman. Si la estrategia prospera, el peronismo tiene chances de quedarse con el municipio más grande de la provincia.
Fuente La Nacion