LA HABANA, Cuba. – Ha muerto, a los 94 años, Burt Bacharach, uno de los más influyentes compositores de la música pop de la segunda mitad del siglo XX.
Nos quedaríamos cortos si dijéramos que las canciones y orquestaciones de Bacharach fueron a la música de la década de 1960 lo que las de David Foster o Carole Bayer Seger a la música de los 70 y los 80. Y es que las canciones de Bacharach tipificaron y marcaron el rumbo de la música pop anglosajona entre 1961 y 1970.
Nacido en 1928 en Kansas City, a mediados de los años 50 Burt Bacharach fue el pianista y arreglista de Marlene Dietrich. A partir de 1957, Bacharach, que era un excelente orquestador, empezó a trabajar con el letrista Hal David, con quien formaría uno de los binomios autorales más fructíferos de la música pop, solo superado por Lennon-McCartney.
Entre 1957 y 1961, canciones de Bacharach-David fueron popularizadas por Marty Robbins, Perry Como y Johnny Mathis. Pero el apogeo de la popularidad de las canciones de Bacharach y David se produjo después que, en 1962, los dos compositores descubrieran a la cantante Dionne Warwick y empezaran a escribir canciones pensadas para ella de acuerdo a sus características vocales.
El equipo Bacharach-David-Warwick resultó imbatible. Sus primeros éxitos, en 1964, fueron “Don’t make me over”, “Anyone who had a heart” y “Walk on by”.
Durante toda la década del 60 y principios de los 70, decenas de canciones de Bacharach como “The look of love”, “Always something there’s to remind you”, “Baby it’s you”, “Alfie”, “Do you know the way to San Jose?”, “Close to you”, “I’ll never fall in love again”, “I say a little prayer for you”, “This guy’s in love with you”, “What the world needs now is love” y “Raindrops keep falling in head” se hicieron muy populares en las interpretaciones no solo de Dionne Warwick, sino también de Aretha Franklin, Barbra Streisand, Herb Alpert, Tom Jones, Dusty Springfield, The Carpenters, Jack Jones, Jackie de Shannon, Stan Getz, José Feliciano, The Drifters, B.J. Thomas, Sergio Méndez y un largo etcétera.
Bacharach fue el autor de la música de exitosas películas de los 60, como Alfie, de 1966, Casino Royale, de 1967, y Butch Cassidy and the Sundance Kids, de 1969. Gracias a esta última, Raindrops keep falling in my head, interpretada por B.J. Thomas, ganó un Óscar en la categoría de mejor canción de banda sonora en 1970.
En los años 70, después de una querella con Dionne Warwick y de la ruptura del binomio con Hal David, la carrera de Bacharach atravesaría un impasse que duraría hasta 1981, cuando empezó a trabajar con la cantautora Carole Bayer Seger, con quien se había casado luego de divorciarse de la actriz Angie Dickinson.
Durante la década del 80, en asociación con Bayer Seger, revivió la capacidad de Bacharach de componer éxitos y música para películas.
De esa época datan, entre otras, canciones tan populares como “Best you can do”, el tema de la película Arthur, interpretado por Christopher Cross; “Heartligth” por Neil Diamond, de la película ET; “Making love” por Roberta Flack; “On my own” por Patty La Belle y Michael McDonald, y principalmente, en 1985, “That’s what friends are for”, interpretada por Elton John, Stevie Wonder, Gladys Knight y Dionne Warwick, que ganó un Grammy (el sexto en la carrera de Bacharach) y cuyas ganancias fueron donadas a la lucha contra el SIDA.
En 1992, tras divorciarse de Carole Bayer Seger, Bacharach volvió a trabajar con Hal David para componer algunas de las canciones de un álbum de Dionne Warwick.
En 2008, Bacharach, que estaba a punto de cumplir los 80 años, grabó un disco que recogió su presentación en la Opera House de Sidney, Australia.
En lo personal, la música de Burt Bacharach, por los recuerdos de juventud que me evocan, resulta entrañable. No solo disfrutaba las canciones de su autoría que escuchaba en la radio, sino también las hermosas versiones de algunas de ellas hechas por la Orquesta de la Radio de Praga que venían contenidas en un disco que aún conservo, titulado Music from the air, del sello Supraphon, que compré allá por 1971 en la Casa de la Cultura Checa, y que tenía en el lado A canciones del musical Hair y por el lado B las de Bacharach.
Como en aquella época mi colección de discos era muy reducida ―solo tenía el Unforgettable de Nat King Cole, el Hard day’s night de los Beatles y el primer álbum de los Rolling Stones que había conseguido a cambio de una caña de pescar―, el disco checo con las versiones instrumentales de las canciones de Burt Bacharach lo oía con muchísima frecuencia, lo mismo para relajarme que en ocasiones románticas.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.
Fuente Cubanet.org