El puntapié inicial de la Mesa Nacional del Frente de Todos que se conformó ayer dejó al Presidente Alberto Fernández en una posición ambigua, incómoda y con definiciones para el futuro inmediato que inevitablemente condicionarán a su gobierno en los nueve meses de mandato que le restan.
En el balance de la primera reunión partidaria del oficialismo Alberto Fernández logró algunos objetivos impuestos para su estrategia electoral aunque también tuvo que ceder y quedó atado a definiciones que le impuso el kirchnerismo comandado por la Vicepresidenta Cristina Kirchner que envió a su hijo y diputado Máximo Kirchner al encuentro.
En la Casa Rosada anoche se mostraban satisfechos por el resultado del encuentro partidario del PJ. “Es un inicio de debate muy importante donde surge el lanzamiento de la unidad del Frente de Todos para empezar a definir el andamiaje legal y electoral”, dijo a El Cronista un allegado al Presidente.
También los hombres de Alberto Fernández admitían por lo bajo que desde la mirada de la sociedad ajena a la política partidaria, el armado de la Mesa Nacional del FdT no ayuda mucho al Presidente.
El exjefe partidario del PJ y actual diputado José Luis Gioja resumía ante un grupo de allegados que “la mesa nacional no genera empatía en la gente”. Es decir, el espacio ayer inaugurado se parece más a un ensayo de ingeniería política para la subsistencia en el poder del peronismo que al esquema de resolución de problemas reales de la ciudadanía.
Para la cosecha de Alberto Fernández en el balance inicial de la Mesa Nacional del PJ se destacan ganancias y pérdidas concretas:
LAS GANANCIAS
En el entorno presidencial destacaron ayer que Alberto Fernández logró instalar la idea de su eventual reelección como posible estrategia política a encarar y forzó la decisión del FdT de definir candidaturas por medio de las PASO, una herramienta que el kirchnerismo duro llegó a poner en cuestionamiento hasta el año pasado.
El flamante jefe de Gabinete, Agustín Rossi, aseguró ayer que es “natural” que el Presidente Alberto Fernández aspire a la reelección de cara a los comicios presidenciales de este año. Las definiciones de uno de los hombres de mayor confianza de Alberto Fernández deja abierta la posibilidad de la reelección presidencial, un dato concreto que hasta ahora el propio Alberto Fernández no definió públicamente y en las charlas reservadas con dirigentes escatima respuestas claras al respecto.
En un encuentro con intendentes del conurbano del PJ el Presidente llegó a deslizar sus deseos de ir por la reelección. Lo mismo dejó entrever esta semana en Olivos ante los gremialistas Pablo Moyano y Héctor Daer. Pero las expresiones de Alberto Fernández nunca fueron tajantes y más bien se respaldó en la idea de convocar a las PASO para definir “el mejor candidato del peronismo al cual vamos a acompañar”.
Esta idea de las PASO sumado a la incertidumbre que despierta sus definiciones electorales le da tiempo a Alberto Fernández al menos hasta el 24 de junio para presentar la lista de candidaturas o dudar. Evita, así, acotar la imagen de un presidente pato-rengo en lo que resta de su mandato si finalmente decide no presentarse.
LAS PéRDIDAS
En el temario fijado por la mesa nacional del peronismo se consideró que la Vicepresidenta Cristina Kirchner “fácticamente está proscripta”. Este es un argumento que esgrimieron las principales espadas del cristinismo como Eduardo ‘Wado’ de Pedro, Andrés Larroque y Axel Kicillof y que dejó en una situación incómoda al Presidente porque habilita la idea de que la mejor candidata es Cristina Kirchner y no el resto.
Hubo carteles que llevó La Cámpora a la sede de Matheu que rezaban: “Si hay proscripción no hay estrategia electoral”. Un mensaje subliminal para todos aquellos que buscan postularse para la presidencia. El mensaje kirchnerista de “proscripción” encerró en la primera reunión partidaria una fuerte afrenta contra la Justicia que investiga a la vicepresidenta por causas de corrupción.
La albertista todoterreno Victoria Tolosa Paz intentó frenar esta embestida kirchnerista al deslizar ante varios dirigentes que no se deben debatir aún las candidaturas. Algo similar esgrimen en el massismo donde no tienen en claro si finalmente el ministro de Economía será candidato presidencial o no.
Lo cierto es que para Alberto Fernández y otros dirigentes del PJ resulta muy difícil argumentar sobre una proscripción de Cristina Kirchner que en los hechos concretos no existe. Preferirían usar la palabra “persecusión” judicial que se ajusta más a la realidad y no implica menoscabar cualquier competencia electoral del mismo espacio.
A su vez, entre las pérdidas iniciales que cosecha el Presidente en el armado de la Mesa Nacional del PJ está latente la idea de poner bajo examen permanente la gestión del Gobierno.
El canciller Santiago Cafiero y la portavoz Gabriela Cerruti intentaron en las últimas horas limitar el debate de la mesa nacional a temas partidarios y electorales. Aunque en la práctica los ejes de debate en el PJ alcanzaron a problemáticas tales como la inflación, la situación de pobreza, el impacto de la economía mundial en la Argentina y el reparto de planes sociales.
Le resultará imposible al Presidente eludir un escrutinio de la gestión de gobierno en la mesa nacional del PJ ya que parte de la estrategia electoral se sustentará en supuestos logros de Poder Ejecutivo de cara a una sociedad que reclama mejoras en la economía.
Es cierto que la autocrítica pueda ser usada en el futuro por los referentes del albertismo como una suerte de antídoto para encapsular el malestar social ante la gestión del Gobierno. Aunque con el correr de la campaña y el resultado electoral en las compulsas provinciales la realidad irá marcando el termómetro de respaldo o no a la gestión albertista.
Fuente El Cronista