LA HABANA, Cuba. – Si inolvidables son los personajes de Diego y David en el filme Fresa y Chocolate, también lo es Nancy, la vecina cederista, neurótica y enamoradiza interpretada por Mirtha Ibarra bajo la dirección de Tomás Gutiérrez Alea (Titón) y Juan Carlos Tabío. Con aquel personaje pletórico de zalamería y nobleza, la actriz se consagró en el cine cubano, habiendo conquistado ya el teatro e incursionado en la televisión.
Natural de San José de las Lajas, Mirtha Ibarra nació el 28 de febrero del año 1946. Se graduó de la Escuela Nacional de Arte (ENA) y continuó su formación profesional en la Universidad de La Habana, donde obtuvo la licenciatura en Literatura Latinoamericana.
En 1967 comenzó a trabajar con diversos grupos de teatro, una experiencia que la hizo madurar y perfeccionar sus dotes histriónicas. De las tablas, y sin abandonarlas del todo, Mirtha descendió lista para hacer cine, y no tardó en darse cuenta de ello el inefable Titón, quien la dirigió en La última cena (1976), quedando tan satisfecho con el resultado que tiempo después le confió el personaje protagónico del filme Hasta cierto punto (1983).
El público y la crítica recibieron muy bien esta interpretación suya; tanto, que la hicieron merecedora del Premio Coral a la Mejor Actriz en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
En los años inmediatos trabajó con otros excelentes cineastas como Daniel Díaz, Gerardo Chijona y Julio García Espinosa. El éxito de Fresa y Chocolate, tanto dentro como fuera de Cuba, la tomó por sorpresa. Corría el año 1993, particularmente duro en medio del Período Especial, pero fecundo para el cine cubano y sus hacedores. El papel de Nancy grabó a Mirtha para siempre en la memoria y la retina de los cubanos, no obstante sus magistrales actuaciones de las décadas de 1970 y 1980. Es imposible pensar en tan hermosa película sin recordar su afinada e inocente intromisión en una historia de dos.
Detrás de aquel éxito rotundo, Titón apostó otra vez por ella para el filme Guantanamera (1995) y, tras la muerte del realizador, con quien mantuvo un matrimonio de largos años, trabajó con Juan Carlos Tabío en los memorables largometrajes Aunque estés lejos y El cuerno de la abundancia.
Mirtha Ibarra tiene además una trayectoria importante como directora de teatro y documentalista. Entre los años 2000 y 2001 hizo una gira por España con su obra Obsesión habanera, en la que también actuaba, y en 2008 realizó el documental Titón: de La Habana a Guantanamera, una biografía que acercó a los espectadores al mundo de uno de los más grandes cineastas de Iberoamérica.
Fuente Cubanet.org