LA HABANA, Cuba.- Este 1.º de marzo se cumplen 69 años del fin de la emisora Radio Habana Cuba (RHC) Cadena Azul. La misma era propiedad de Amado Trinidad Velazco, “El guajiro de Ranchuelo”, quien nunca pudo imaginar que incursionar en la radio sin tener experiencia le costaría la vida. Sus rivales, los hermanos Goar y Abel Mestre, dueños de CMQ, lo desplazarían y provocarían su ruina, obligándolo a cerrar su emisora en 1954.
Amado Trinidad había vendido a la familia por dos millones de pesos su parte del negocio cigarrero “Trinidad y Hnos”, formado con la herencia paterna en 1921. Con ese dinero adquirió la emisora de radio CMHI en Santa Clara, a la cual anexaría después otras once emisoras.
Ya instalado en La Habana, fundó la planta RHC Cadena Azul, la primera cadena nacional radio-telefónica del país. Inició sus trasmisiones el 20 de mayo de 1939 en sus estudios de Prado 54, esquina a Capdevila, donde hoy se yergue el hotel Packard.
Con Cadena Azul, el entusiasta Trinidad se proponía destacar la cubanidad, proteger a los artistas nacionales y brindar la mejor música a los radioescuchas. Para lograr esos propósitos, pagaba los mejores salarios de la época a los artistas y el personal que laboraba en la emisora, realizaba espectáculos por todo el país y creó la revista Ecos, perteneciente a la cadena radial.
Amado Trinidad contrató con carácter de exclusividad a 40 cantantes, 34 actores, 18 locutores, 20 escritores de radio, 10 orquestas y 10 compositores. Aquella amplia nómina la integraron, entre otros, Iris Burguet, Manolo Álvarez Mera, René Cabel, Vicentico Valdés, Miguelito Valdés, Joseíto Fernández, Barbarito Diez, Rita Montaner, Jesús Alvariño, Rolando Ochoa, Leopoldo Fernández, Aníbal de Mar, Otto Sirgo y Rosendo Rosell, además de varias estrellas internacionales que vinieron a Cuba.
“El Guajiro de Ranchuelo” era considerado como un benefactor por muchas personas, a las que desinteresadamente brindó ayuda.
Conocí a un maestro, Israel Díaz Zayas, quien manifestó varias veces en público estar muy agradecido a Amado Trinidad por haberle costeado sus estudios en La Habana.
La quiebra del empresario se debió, entre otros motivos, al derroche de capital producto de su generosidad, tanto con los artistas como con sus amistades.
El advenimiento de la televisión fue un duro golpe para Amado Trinidad, quien planeó introducir la TV a color en Cuba. Sin embargo, el mal manejo de sus fondos y el haber sido esquilmado por algunos de sus colaboradores, malograron su propósito.
A lo largo de la década de 1940, Cadena Azul había conseguido desplazar del primer lugar en radio audiencia a la CMQ, que por entonces era propiedad de Ángel Cambó y Miguel Gabriel. Esta situación se mantuvo hasta que la CMQ pasó a manos de Goar Mestre, quien había estudiado en la Universidad de Yale, en Estados Unidos; era un empresario exitoso, conocedor del medio radial y estaba muy vinculado a los capitales norteamericanos.
Era propietario, junto a su hermano Abel, del edificio Focsa y veintitrés empresas, entre ellas tres radioemisoras, tres televisoras, una productora e importadora de alimentos, una de jugos concentrados, una de kenaf, una agencia automotriz, una de venta de electrodomésticos, dos cines y dos farmacias. Su capital ascendía a 15 millones de pesos.
En principio, Goar Mestre se alió con Amado Trinidad para eliminar a los propietarios originales de CMQ, pero esa misma fórmula la aplicó después con su socio Trinidad. Así, el graduado de Yale quedó como principal dueño de la radio cubana y posteriormente de la televisión.
A quien no pudo destruir Goar Mestre fue a Gaspar Pumarejo, quien, luego de la ruptura con Mestre, creó su propia emisora, Unión Radio, y posteriormente se unió al millonario Barletta en el canal 2 de la TV.
Tras quebrar, Amado Trinidad se retiró a su finca San José, en Guanajay, donde se dedicó a cultivar flores, aunque mantuvo una vida pública, participando en varias ocasiones como invitado en programas de radio y televisión.
En 1954 recibió la Orden San Cristóbal de La Habana por ser una figura cimera en la radiodifusión nacional. El 11 de agosto del año siguiente lo encontraron ahorcado. A su sepelio asistieron miles de personas.
Su cadáver se veló en la funeraria Caballero, situada en 23 y M. Por ironías del destino, frente a la funeraria estaba el majestuoso edificio Radiocentro, de la CMQ, cuyo dueño, Goal Mestre, fue el causante involuntario del trágico final de Amado Trinidad.
Fuente Cubanet.org