Por Daniel Chang
Miami, 6 mar (KHN vía EFE News).- En retrospectiva, debería haber reconocido las señales de alarma, dijo Nikki Ruston, quién se realizó una cirugía estética en Florida.
El consultorio de Miami donde programó lo que se conoce como levantamiento (lifting) de glúteos brasileño había cerrado y transferido sus registros a un centro diferente, explicó. El precio que le ofrecieron, y que pagó por adelantado, aumentó el día de la intervención, y no conoció a su cirujano hasta poco antes de recibir anestesia general.
“Estaba lista para irme”, afirmó Ruston, de 44 años, de Lake Alfred, en Florida Central. “Pero ya había pagado todo”.
Pocos días después de la intervención Ruston fue hospitalizada por una infección, pérdida de sangre y náuseas, según consta en su historial médico.
“Busqué lo más barato, eso es lo que hice”, recordó Ruston recientemente. “Busqué el precio más bajo y lo encontré en Instagram”.
A personas como Ruston se las atrae para que vayan a centros de cirugía en consultorios del sur de Florida. Ocurre a través de marketing en redes sociales que muestran al levantamiento de glúteos brasileño, y a otras cirugías cosméticas, como engañosamente indoloras, seguras y asequibles, según investigadores, defensores de pacientes y asociaciones de cirujanos.
A diferencia de los centros de cirugía ambulatoria y de los hospitales, en donde un paciente puede pasar la noche en observación después del tratamiento, los centros de cirugía en consultorios ofrecen procedimientos que no suelen requerir hospitalización, y están regulados como una extensión de la consulta privada de un médico.
Pero estos centros suelen ser propiedad de corporaciones que ofrecen precios reducidos contratando a cirujanos a los que se incentiva para que atiendan al mayor número posible de pacientes al día, en el menor tiempo posible, según reguladores estatales y médicos que son críticos de estos centros.
Ruston dijo que ahora vive con un dolor constante. Después de una serie de muertes, y a falta de normas nacionales, los reguladores de Florida fueron los primeros en promulgar normas en 2019 destinadas a hacer que los procedimientos sean más seguros. Más de tres años después, los datos muestran que todavía ocurren muertes.
Los defensores de los pacientes y algunos cirujanos anticipan que el problema empeorará. Las restricciones de emergencia impuestas por la junta médica del estado expiraron en septiembre pasado, y el modelo de negocio popularizado en Miami se ha extendido a otras ciudades.
“Estamos viendo entidades con una fuerte huella en la cirugía estética de alto volumen y bajo costo, con sede en el sur de Florida, que han aparecido en otras partes del país”, señaló Bob Basu, vicepresidente de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos y médico en Houston, Texas.
Durante un levantamiento de glúteos brasileño, se extrae grasa mediante liposucción de otras zonas del cuerpo, como el torso, la espalda o los muslos, y se inyecta en los glúteos.
El forense del condado de Miami-Dade ha documentado casi tres docenas de muertes de pacientes de cirugía estética desde 2009, de los cuales 26 fueron consecuencia de un levantamiento de glúteos brasileño. En cada caso, el paciente murió de una embolia pulmonargrasa, es decir, la obstrucción de vasos sanguíneos por grasa que entró a través de las venas en los músculos de los glúteos e impidió que la sangre fluyera a los pulmones.
A nivel mundial, a cerca de un 3% de los cirujanos se les ha muerto un paciente como resultado del procedimiento, según un informe de 2017 de un grupo de trabajo de la Fundación para la Educación e Investigación de la Cirugía Estética.
Expertos médicos dijeron que el problema surge, en parte, al tener a asistentes médicos y a enfermeras realizando partes clave del levantamiento de glúteos en lugar de a médicos.
También es la consecuencia de un modelo de negocio motivado por los beneficios, no por la seguridad, que incentiva a los cirujanos a superar el número de operaciones estipulado en sus contratos.
En mayo, después de que muriera el quinto paciente en varios meses por complicaciones en el condado de Miami-Dade, el médico Kevin Cairns propuso una norma estatal de emergencia para limitar el número de operaciones de levantamiento de glúteos que un cirujano pudiera realizar al día.
“Estaba harto de leer sobre mujeres que morían y de ver casos que llegaban a la junta”, explicó Cairns, ex miembro de la Junta de Medicina de Florida.
Algunos médicos realizaban hasta siete cirugías, según expedientes disciplinarios contra cirujanos abiertos por el Departamento de Salud de Florida. La norma de emergencia las limitaba a no más de tres, y exigía el uso de una ecografía para ayudar a los cirujanos a reducir el riesgo de coágulo de grasa pulmonar.
Pero un grupo de médicos que realizan operaciones de levantamiento de glúteos brasileño en el sur de Florida, respondió formando la organización Surgeons for Safety. Argumentaron que los nuevos requisitos empeorarían la situación llevaría a los pacientes a acudir a profesionales médicos peligrosos que no siguen las reglas.
Surgeons for Safety declinó las repetidas solicitudes de entrevista de KHN. Aunque el presidente del grupo, el doctor Constantino Mendieta, escribió en un editorial, en agosto, que estaba de acuerdo en que no todos han seguido los estándares de cuidado, calificó de “arbitrarios” los límites impuestos a los cirujanos. La norma sienta “un precedente histórico de controlar a los cirujanos”, declaró durante una reunión con la junta médica de Florida.
En enero, la senadora republicana por Florida, Ileana García, presentó un proyecto de ley ante la legislatura estatal que propone que no haya límite en la cantidad de levantamiento de glúteos brasileños que un cirujano pueda realizar en un día. En cambio, requiere que los centros de cirugía en consultorios, en donde se realizan los procedimientos, cuenten con un médico por paciente, y prohíbe que los cirujanos trabajen en más de una persona a la vez.
El proyecto de ley también permitiría a los cirujanos delegar algunas partes del procedimiento a otros médicos bajo su supervisión directa, y el cirujano debe usar un ultrasonido.
La legislatura de Florida se vuelve a reunir el 7 de marzo.
Al igual que Ruston, muchas personas basan sus expectativas en las fotos del antes y el después, y en los videos de marketing publicados en plataformas de redes sociales como Facebook, Snapchat e Instagram.
“Eso es muy peligroso”, afirmó el doctor Basu, de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos.
El precio promedio de un levantamiento de glúteos en 2021 fue de 4.000, según datos de la Aesthetic Society. Un levantamiento de glúteos brasileño “seguro” realizado en un centro acreditado y con los cuidados postoperatorios adecuados, cuesta entre 12.000 y 18.000, según un artículo reciente en el sitio web de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos.
Es común que profesionales médicos de nivel medio, como los asistentes médicos y las enfermeras, realicen el procedimiento en un consultorio, según el doctor Mark Mofid, coautor del estudio, de 2017, del grupo de trabajo de la Fundación para la Educación e Investigación de la Cirugía Estética.
Al depender de personal que no tiene la misma capacitación especializada y recibe menos paga, los cirujanos que trabajan en consultorios pueden completar más levantamientos de glúteos por día y cobrar un precio más bajo.
Basu dijo que los pacientes deben preguntar si su médico puede realizar el mismo procedimiento en un hospital o un centro de cirugía ambulatoria, donde hay reglas más estrictas que en los consultorios, en términos de quién puede realizar levantamiento de glúteos y cómo deben hacerse.
Se les recuerda a las personas en busca de gangas que la cirugía estética puede tener otros riesgos graves más allá de los mortales coágulos de grasa, como infecciones y perforación de órganos, además de problemas en los riñones, el corazón y los pulmones.
A la cirugía de Ruston la realizó un cirujano plástico certificado que dijo haber encontrado en Instagram. En un principio se le presupuestó 4.995. Pero cuando llegó a Miami, contó que la clínica agregó cargos por liposucción, y por prendas y dispositivos posquirúrgicos.
“Terminé pagando unos 8.000”, dijo Ruston. Pocos días después de regresar a Lake Alfred, Ruston empezó a sentirse mareada y débil, y llamó al 911.
Los paramédicos la llevaron a la sala de emergencias, donde le diagnosticaron anemia por pérdida de sangre e infecciones sanguíneas y abdominales, según su historia clínica.
“Si pudiera volver atrás en el tiempo”, concluyó, “no me lo habría hecho”.
Chaseedaw Giles, de KHN, colaboró con este informe.
KHN (Kaiser Health News) es la redacción de KFF (Kaiser Family Foundation), que produce periodismo en profundidad sobre salud. Es uno de los tres principales programas de KFF, una organización sin fines de lucro que analiza la problemática de salud y salud pública de la nación.
Versión original en inglés: http://bit.ly/3ZrcdQX
Fuente El Mundo USA