LA HABANA, Cuba.- En marzo de 1830 nació en Bilbao, España, el ilustrador, pintor y escritor cubano Víctor Patricio Landaluce. Se cree que llegó a Cuba hacia el año 1850, tras una breve estancia en París. Habiendo recibido una educación esmerada, Landaluce fue profesor y director de la Academia de Bellas Artes San Alejandro, y el más sobresaliente cultor de la temática costumbrista en la plástica cubana del siglo XIX.
Acérrimo defensor de la Corona española, fue, sin embargo, muy preciso a la hora de captar los elementos cotidianos de la sociedad criolla. En sus cuadros se aprecia la vida rural, el bregar en las plantaciones, el trasiego de los esclavos y la diferencia de clases. Su obra es la única, en todo el arte cubano, que aborda con frecuencia el papel del negro en la Cuba del siglo XIX. Lo representa en sus quehaceres diarios, con su vestimenta típica y en sus celebraciones. Un buen ejemplo es el cuadro “Día de Reyes en La Habana”, expuesto en la colección permanente del Museo Nacional de Bellas Artes.
Su arte es amable, pero satírico, rasgo que mostró particularmente a través de su periódico Don Junípero, desde el cual no dio tregua a los reformistas ni a los independentistas.
Se ha afirmado con anterioridad que la visión de Landaluce sobre la población de ascendencia africana está condicionada por un profundo racismo, pues, supuestamente, representa a los negros con la intención de ridiculizarlos. Quizás en sus inicios, desconocedor de las esencias y matices de “lo cubano”, sus personajes fueran estereotipados o superficiales.
Sin embargo, su monumental obra “Tipos y Costumbres de la Isla de Cuba”, fue realizada cuando ya el artista llevaba tres décadas viviendo en la Isla, y editada con prólogo del eminente intelectual Antonio Bachiller y Morales. La pieza recoge veinte dibujos ilustrativos y un grabado a color que representan escenas costumbristas. Fue calificada de epidérmica y pintoresquista por los críticos de Landaluce; pero a la vez ha sido reconocida como la que mejor, y con más ternura, reflejó la vida popular del siglo XIX cubano.
En realidad, Landaluce fue un creador marcado por el conflicto entre su lealtad a España y el cariño hacia su patria adoptiva. Así, fue capaz de integrarse al Cuerpo de Voluntarios, donde alcanzó el grado de coronel, y producir mordaces caricaturas de corte político que atacaban sin piedad a los independentistas, tachándolos de borrachos, ladrones e ineptos.
Pero también se estremeció en lo más vivo con el fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina, una crueldad que, si bien no comprometió su fidelidad a la Corona, sí lo llevó a bajar el tono de las críticas, hasta que prefirió dedicarse exclusivamente al arte y alejarse de la política.
Víctor Patricio Landaluce murió en Guanabacoa el 7 de junio de 1889, minado por la tuberculosis. Su obra es de obligatoria consulta para comprender a la Cuba criolla de la segunda mitad del siglo XIX.
Fuente Cubanet.org