Por Virginia Messi
Dos miembros del Grupo Halcón son juzgados por el crimen del ex agente de Contrainteligencia de la SIDE. Las sospecha de un mensaje para Jaime Stiuso.
El martes 21 de marzo empezó en la sala de audiencias del Tribunal Oral Federal N° 5 de San Martín un debate oral que promete intrigas, escándalos, espías enojados, policías bonaerenses con cara de poker y un nutrido arsenal de internas y vendettas varias.
La primera audiencia tuvo un bajísimo perfil, pero es difícil que la cosa quede así porque el juicio trata sobre uno de los casos más extraños y complejos de los últimos años: el homicidio del agente de Contrainteligencia de la SIDE Pedro “El Lauchón” Viale (59) la madrugada del 9 de julio de 2013 en su casa de La Reja.
Viale, un experimentado espía que respondía directamente a Jaime Stiuso, terminó con 11 balazos en el cuerpo: uno en la cara, seis en el tórax, tres en el brazo izquierdo y uno en la cadera del lado derecho. Murió en su propio baño, acorralado por un escuadrón del Grupo Halcón -de la Policía bonaerense -que entró al lugar con una orden judicial, en el marco de una causa por supuesto trafico de drogas.
Por el crimen del “Lauchón” llegan acusados de “homicidio agravado” Gustavo Martínez (46) y Pedro Alegre (36), dos de los policías del Grupo Halcón. Sin misterios: son los dos que las pericias balísticas determinaron que dispararon los proyectiles que impactaron en el cuerpo del espía. Ambos están en libertad hace años y el martes, en la primera audiencia, se negaron a declarar.
La casaquinta de La Reja, Moreno, donde mataron a Viale en 2013. Foto Archivo
Ademas de ellos en la causa se procesó en principio a ocho policías más, entre ellos los comisarios José Armando Tsuruoka, Enrique Roberto Maldonado y Hugo Orlando Fasone, quienes dirigieron el operativo. Pero en 2015 la Cámara les dictó “falta de mérito”, status que persiste y que la querella intentará revertir.
La familia de Viale está representada por los abogados Santiago Blanco Bermúdez y Julián Subías, el fiscal es Carlos Cearras y, cosa curiosa, también fue aceptada como parte la Agencia federal de Investigaciones (AFI, ex SIDE), a la que pertenecía Pedro Viale.
En los papeles el juicio es contra dos policías, están contempladas media docena de audiencias y citados 47 testigos. La primera de ellos será María de Fátima Denis, viuda de Viale. La mujer estaba con su marido cuando irrumpió el Grupo Halcón. Declarará el próximo 4 de abril, cuando el TOF 5 reanude el debate.
Ya de por sí es interesante que los jueces Nada Flores Vega, María Claudia Morgese Martín y Héctor Omar Sagretti hayan aceptado hacer una reconstrucción del hecho (como pedían las partes) y hasta mandaran a hacer una gigantografía para poder entender mejor lo que ocurrió la madrugada del crimen.
La viuda y el hijo de Viale, mostrando la casa donde lo mataron, en julio de 2013. Foto Archivo
Sin embargo, puede pasar mucho más.
Sólo un detalle: los abogados de Viale pidieron saber en qué terminó una causa abierta para investigar por qué Cristina Kirchner tenía guardado un informe de dos carillas sobre las circunstancias que rodearon al allanamiento la casa del Lauchón. La documentación fue secuestrada en 2018 por el juez Claudio Bonadio en El Calafate.
Todo tiene que ver con la teoría de Stiuso de que la muerte de Viale fue un tiro por elevacion hacia él, un plan en el que habrían unido fuerzas varios de sus enemigos.
Con eso en mente, la familia de Viale pidió- y aún el tribunal no dijo nada al respecto- la testimonial de Stiuso y los ex agentes Alberto Mazzino y Roberto Saller. También la de Héctor Icazuriaga, ex secretario de Inteligencia de la Nación, y su segundo, Francisco Larcher.
Las sospechas de la familia
“Chapa, chapa”, gritó varias veces Viale -quien era la mano derecha del entonces director general de Operaciones de la SIDE, Jaime Stiuso- reclamándole a quienes le disparaban que se identificaran. Todo esto mientras él mismo disparaba retrocediendo.
Esa madrugada de feriado nacional, el juez federal de Tres de Febrero Juan Manuel Culotta había ordenado 18 allanamientos en el marco de una causa por narcotráfico. Escuchas tomadas a un policía bonaerense llevaron a Viale, pero de manera bastante confusa. Según la versión oficial, a partir de eso su casa en La Reja, partido de Moreno, entró en la lista de lugares a allanar y, su nombre, en las órdenes de captura.
El ex espía Antonio “Jaime” Stiuso. La hipótesis de la querella es que el crimen de Viale fue un mensaje para él. Foto Archivo
Culotta no ordenó que fuera específicamente el Grupo Halcón, eso lo decidió la Superintendencia de Investigaciones de Drogas Ilícitas a cargo del comisario Tsuruoka, un hombre de extrema confianza del entonces jefe de la Bonaerense, Hugo Matzkin.
Es en esta decisión de mandar al grupo especializado de madrugada y en el origen mismo de la causa de Culotta, donde se basa la familia del espía para sostener que todo, desde el minuto uno, fue armado para asesinarlo.
La versión corta: Viale fue elegido por la cúpula de la Policía de la provincia de Buenos Aires para mandarle un mensaje a Stiuso, en venganza por la ayuda que le dio la SIDE a la Policia Federal para detener al narco Miguel Ángel “Mameluco” Villalba en agosto del 2011, a quien ellos querían como presa propia. Tal vez por eso la querella pidió la declaración en el juicio de varios jefes de Drogas Peligrosas de la Federal de aquella época.
La ficha de la detención del capo narco Miguel Ángel “Mameluco” Villalba, en agosto de 2011.
“Es tan evidente que se trató de un ajuste de cuentas que hasta la propia AFI decidió asumir el rol de querellante en este proceso en la inteligencia de que no se trató de un mero error de procedimiento sino que se trató de un ataque directo a un agente“, dice el escrito por el que Blanco Bermúdez y su socio Julián Subías pidieron en su momento la elevación a juicio de parte del expediente.
“Se ha abierto una línea de investigación referida a los motivos que llevaron a la Policía de la provincia de Buenos Aires a actuar del modo en que se hizo. Diversos funcionarios de la hoy AFI (ex SIDE) brindaron su testimonio aludiendo a una suerte de ajuste de cuentas por la labor que le cupo a Viale en algún operativo anterior”, dice la presentacion de la querella.
Tal vez no fue así.
O tal vez sí fue así y no alcancen las pruebas para avanzar.
También cabe la posibilidad de que en el juicio oral surjan pistas para profundizar esta hipótesis.
Entonces sí, si se esto ocurre, muchos tendrán que empezar a correr para alejarse de la granada que se quedó sin espoleta.
Fuente Clarin