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La Unión Europea acordó el pasado verano que los Estados miembros ahorrasen de forma voluntaria un 15% en su consumo del gas para que tuvieran más fácil el garantizar la seguridad de suministro ante lo que se calificó como el “chantaje energético” de Rusia y la necesidad de reducir el consumo de gas ruso que permitiera a Moscú seguir contando con ingresos que le ayudaran a mantener la maquinaria bélica en su invasión a Ucrania. Ahora los ministros de Energía acaban de acordar una prórroga hasta marzo de 2024.
“Continuar desde abril con la reducción del 15% por un año más sería suficiente para alcanzar una tasa de almacenamiento de gas del 90% para el 1 de noviembre y garantizar que no hay problemas relacionados con la seguridad de suministro de gas en el próximo invierno”, explicó la Comisión Europea en una propuesta de urgencia que deja a un lado al Parlamento Europeo. Bruselas y los Estados miembros han hecho un gran esfuerzo en el último año para desprenderse de la dependencia del gas ruso: si antes de la invasión de Ucrania las importaciones de gas por gasoducto desde Rusia representaban más del 40% del total desde septiembre esa cifra ha caído hasta el 8%.
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España se encuentra ligeramente por debajo de estos objetivos, situándose el ahorro del gas algo por encima del 13%. Malta y Eslovaquia son los dos únicos países en los que el consumo ha aumentado. “España llega con las reservas de gas en máximos históricos al final del invierno. Creemos que en sí misma es una política correcta la del ahorro del gas y la eficiencia en nuestro consumo”, ha explicado Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno a cargo de Transición Ecológica. Finlandia, por otro lado, ha sido el país que más ha logrado reducir el consumo de gas este año, casi un 60%, según datos de Eurostat.
El objetivo de Bruselas ahora es garantizar que las reservas de gas se encuentran al máximo a la hora de afrontar el próximo invierno, que en términos de calefacciones se considera que comienza el 1 de noviembre. A ese objetivo ayudará que el invierno cálido que se ha vivido en casi toda la Unión Europea y los objetivos de ahorro energético acordados han facilitado que los depósitos se encuentren por encima del 50%, muy por encima del entorno del 20% donde se encontraban hace un año, pocas semanas después de que comenzara la invasión rusa de Ucrania.
“El nivel de almacenamiento ahora que salimos de la temporada de frío es un buen indicador de que estamos mejor para el próximo invierno, pero todavía no se ha acabado, tenemos que prepararnos para el siguiente invierno”, ha explicado a su llegada a la reunión Ebba Busch, ministra de Energía e Industria de Suecia, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión. Kadri Simson, comisaria de Energía, explicó la semana pasada en sede parlamentaria que hasta enero se ha logrado un ahorro de consumo del 19%.
Uno de los puntos que sí pidió Simson fue que los Estados miembros dejen de comprar gas natural licuado (GNL) a Rusia. Entre otras cosas, explicó la comisaria, porque eso ayudará a entender a los nuevos socios sobre los que la Unión se está apoyando para reducir su dependencia del gas ruso por gasoducto de que el compromiso es de largo plazo. “Comprometerse a no renovar los contratos actuales con Rusia es la mejor forma de dar garantías a largo plazo a nuestros socios fiables de que nuestra importante demanda seguirá existiendo”, explicó Simson ante la Eurocámara.
La Unión Europea acordó el pasado verano que los Estados miembros ahorrasen de forma voluntaria un 15% en su consumo del gas para que tuvieran más fácil el garantizar la seguridad de suministro ante lo que se calificó como el “chantaje energético” de Rusia y la necesidad de reducir el consumo de gas ruso que permitiera a Moscú seguir contando con ingresos que le ayudaran a mantener la maquinaria bélica en su invasión a Ucrania. Ahora los ministros de Energía acaban de acordar una prórroga hasta marzo de 2024.
Fuente El Confidencial
