LA HABANA, Cuba. – El pasado 23 de enero de 2023 comenzó en Londres el que podría ser considerado como el “juicio del siglo” por las consecuencias que podría tener para el régimen de La Habana. El suceso atrajo la atención de millones de cubanos ante el insólito acontecimiento de ver a la dictadura sentada en el banquillo de los acusados.
El juicio se celebró en la Alta Corte de Justicia de Londres, frente a la magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales, Sara Cockerill (la misma jueza que mantiene retenidas las reservas de oro de Venezuela). En las audiencias se debatieron cuestiones preliminares acerca de la competencia del tribunal para conocer sobre la demanda que CRF I Ltd. interpuso el 18 de febrero de 2020 contra el Banco Central de Cuba y la República de Cuba, por una deuda de $74.5 millones más intereses.
CRF I Ltd. es un fondo de inversiones de las Islas Caimán que el régimen cubano ha catalogado como “fondo buitre”, lo cual fue debidamente desmentido por la parte demandante.
La inusual actuación de la dictadura, al presentar su defensa, pudiera ser considerada como otro giro en la política impulsada por Fidel Castro de rechazo total a asumir responsabilidades y rendir cuentas ante tribunales internacionales. Esta actitud del dictador cubano se basaba en la ausencia de temor a un embargo “real” sobre sus bienes, en tanto los tribunales internacionales no tienen jurisdicción sobre Cuba.
El caso más reciente, en enero de 2023, es el de la familia Sánchez-Hill contra la cadena española Meliá Hotels International y su socio cubano, Gaviota S.A., que se celebró ante el Juzgado de Primera Instancia de Palma de Mallorca: la defensa de la hotelera española, asumida por Garrigues, el mayor despacho de abogados de España, apenas consiguió que Cuba fuese demandada a los solos de alegar su inmunidad de jurisdicción.
¿Por qué Londres es diferente?
La dictadura se encuentra en un gravísimo contexto macroeconómico, enfrentada a una angustiosa falta de liquidez, en consecuencia necesita acceder a crédito para mantener sus compromisos deudores y comprar en los mercados internacionales. Sin crédito, el régimen corre el riesgo de impago y por ende de default, más cuando cuenta entre sus activos más importantes un banco registrado en Londres originalmente, en 1972, como Havana International Bank Ltd., y renombrado posteriormente, en diciembre de 2005, como Havin Bank Ltd.
Havin Bank Ltd. es una entidad financiera que no ofrece cuentas individuales ni opera en ninguna forma de modo online. Posee un sitio web, creado en 2004, aunque la información publicada fue actualizada por última vez en abril de 2019.
El Banco de Inglaterra autorizó al Havin Bank Ltd. para que operase como Banco en agosto de 1973. Pero es una compañía activa creada en 1972. Su último reporte corresponde a septiembre de 2022. Uno de sus principales directivos, Cándido Aldo Victoria Serpa, que se mantuvo en el cargo durante más de una década hasta el año 2018, hoy reside en la ciudad de Miami, Florida, y está registrado como profesional de la salud (NPI Number: 1336846831).

De acuerdo con los registros públicos, Havin Bank Ltd. reflejaba la siguiente situación financiera en sus cuentas anuales a 31 diciembre de 2021: activos totales por valor de £ 121 038 862, de los que £ 25 347 880 corresponden a efectivo y depósitos en bancos centrales, £ 83 320 302 en créditos concedidos a bancos y otras instituciones financieras y £ 8 634 018 en créditos a clientes.
El accionista mayoritario y quien ejerce el control efectivo de Havin Bank Ltd. es el Banco Central de Cuba, que tiene una cuota del 95,6%. Los también cubanos Banco Popular de Ahorro y el Banco de Crédito y Comercio ostentan cada uno los 2.2% restantes.
En correspondencia, pudiera afirmarse que la dictadura aceptó dirimir la jurisdicción de la corte de Londres para evitar la posibilidad, cada vez más real, de que las autoridades inglesas le embarguen sus propiedades en el Reino Unido (Havin Bank pudiera ser la primera de ellas) y que, como consecuencia, quede al descubierto gran parte de su red de empresas e inversiones ocultas durante décadas.

Una derrota en Londres sentaría un precedente nefasto para el régimen, con consecuencias imprevisibles, y la sacaría de un mercado que sigue siendo central para las finanzas mundiales y goza de una independencia reforzada tras el Brexit.
Otro elemento de riesgo elevado lo representan precisamente las conexiones aún subsistentes entre el Reino Unido y la Unión Europea, puesto que se extinguirán en tres años desde la salida del Reino Unido del bloque de 27 países, lo cual podría hacer las cosas aún complicadas para Cuba, ya que las empresas acreedoras europeas podrían verse incentivadas a reclamar judicialmente sus créditos o incluso renegar del Estatuto de Bloqueo comunitario.
Ernst & Young: cuadrando el desastre económico
Los auditores que firman las cuentas actuales de Havin Bank, MHA MacIntyre Hudson, fueron contratados por Cuba el 11 de marzo de 2022. Sin embargo, anteriormente las cuentas de Havin Bank Ltd. fueron llevabas por Ernst & Young LLP (EY), desde la creación del banco en 1972 hasta la repentina sustitución, a unos meses de comenzar los juicios en Londres. En total, EY llevó las cuentas de Havin Bank Ltd. por 46 años y nueve meses.
La globalización de la economía ha determinado que los mercados financieros estén cada vez más interconectados. La necesidad de una calificación crediticia positiva es indispensable para obtener acceso al mercado internacional.
El 18 de noviembre de 2021 Moody’s Investors Service (Moody’s) nuevamente rebajó las calificaciones de emisor en moneda local y extranjera a largo plazo del Gobierno de Cuba de Caa2 a Ca. Por debajo de esa calificación solo caben dos resultados: “en default con pocas perspectivas de recuperación” y “en default”.
La limitada capacidad de Cuba para hacer frente al servicio de la deuda externa se vio confirmada por el anuncio realizado en junio de 2021 por el Club de París, un grupo de acreedores oficiales, que modificó el acuerdo de reestructuración alcanzado con Cuba en 2015. Aunque los nuevos términos no se han revelado en su totalidad, el Club de París indicó que el acuerdo revisado incluiría un aplazamiento de los pagos.

El Estado cubano funciona como un conglomerado militar, dirigido y controlado por el Partido Comunista de Cuba, que actúa, se pudiera decir, como un comerciante deshonesto que comete todo tipo de trampas para cuadrar las cuentas. A nivel internacional, sin embargo, estas manipulaciones no son aceptadas y la dictadura está obligada a acudir a los servicios de reputadas firmas internacionales.
Pero Ernst & Young, con unas 700 oficinas localizadas en más de 150 países, fue multada en Estados Unidos, a finales de junio de 2022, con 100 millones de dólares por trampas de sus auditores. La firma, que mantiene oficinas en La Habana, pagó la mayor multa impuesta por las autoridades de Estados Unidos a una consultora, tras admitir que sus auditores hicieron fraude durante años en los exámenes requeridos para tener una licencia en el país. Los empleados hicieron trampa en el componente ético de las pruebas para obtener la certificación de contable público y en los cursos profesionales para garantizar que auditaban adecuadamente a las compañías, de acuerdo con un comunicado del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC, en inglés).
Según se lee en la propia orden de multa, cientos de auditores cometieron fraude utilizando guías de respuestas de entre 2017 y 2021, pero antes, entre 2012 y 2015, otros se aprovecharon de un error en el software de los exámenes que les permitió aprobar teniendo un bajo porcentaje de aciertos.
“Es escandaloso que los mismos profesionales que son responsables de pillar a los clientes tramposos hicieran trampas, encima en los exámenes de ética”, declaró en aquella ocasión el director de la División de Ejecución de la SEC, Gurbir Grewal, que agregó que la consultora obstaculizó la investigación sobre el asunto.
EY se ha ocupado de gestionar las conexiones del régimen con el mundo financiero y cubrirle las espaldas a nivel internacional en las últimas cinco décadas, no de modo exclusivo con el Havin Bank, sino también asistiendo a las más importantes empresas extranjeras establecidas en la Isla, un servicio que ha continuado realizando a pesar de los recientes cambios en Londres.

Matthew D. Pickles, gerente asociado de EY para Cuba —y gran amigo de Rodolfo Dávalos Fernández, uno de los abogados que el régimen cubano enviara a Londres para enfrentar la reciente demanda—, aún en este mes de marzo de 2023 mantenía su presencia en las oficinas de EY en La Habana, según se puede verificar por sus publicaciones en redes sociales.
Matthews Pickles, de acuerdo con información ofrecida por diversas fuentes consultadas por CubaNet y por las propias publicaciones de su empresa, relacionadas con la labor de EY en Cuba, además de liderar el equipo que elabora regularmente, desde 2006, las “Alertas informativas” sobre los cambios en la economía cubana en relación con las inversiones extranjeras —bajo el lema: “Creando un mejor entorno para las empresas en Cuba”—, se encarga del asesoramiento a los principales grupos inversores extranjeros establecidos en la Isla, en especial los relacionados con el sector energético, la minería, el turismo, las telecomunicaciones y el flujo de remesas desde el exterior.
Anteriormente, desde el 2015 y durante 22 años, fue el mexicano Duane Álvarez, junto con Matthews Pickles, la persona contratada para asumir esas responsabilidades en la representación de EY en Cuba, habiendo sido consejero principal en Oceancard de México, y a quien se debe que la empresa mantenga más de 20 mil tarjetas circulando en la Isla en el asunto de las remesas.

Previamente, desde 1994, Duane Álvarez, que realiza su vida entre México, Miami y La Habana, había trabajado como asesor consejero de Sherritt International y de varias de sus subsidiarias en Moa. También fue asesor de ENERGAS y Meliá (desde 2010) y tuvo una importante participación en la adquisición de Cubacel por Sherritt International en 2001.
A pesar de que EY, con sede en Londres, es una firma líder a nivel mundial en servicios profesionales de aseguramiento, impuestos, transacciones y consultoría, y que tan solo en el año fiscal 2020 reportó ingresos de aproximadamente 37 200 millones de dólares, el papel de EY en Cuba había pasado relativamente desapercibido hasta ahora. Y a eso ha contribuido en buena parte que las oficinas de EY en la Isla no se encuentran identificadas en el sitio oficial de internet de EY, a pesar de que ha sido una pieza esencial del engranaje que ha permitido que la maquinaria de endeudamiento del régimen funcione sin parar durante al menos cincuenta años.

Ernst & Young Global Limited (EY) junto con Deloitte, KPMG y PricewaterhouseCoopers (PwC) son conocidas conjuntamente como las “Big Four”. En 2020, EY ocupó el sexto lugar entre las empresas de capital privado más grandes de Estados Unidos, y ha figurado ininterrumpidamente en la lista de las 100 mejores empresas para trabajar, elaborada por la revista Fortune durante los últimos 24 años, más tiempo que cualquier otra empresa de contabilidad. Cuenta con más de 55 000 empleados en Estados Unidos. En 2021 Forbes excluyó a todas las Big Four de la clasificación, ya que sus sedes centrales se encuentran fuera de Estados Unidos.

Solo a partir del material público circulante en internet, como informes y folletos con el membrete de EY, se indica que tiene oficinas en calle 12 no. 105 e/ 1ra. y 3ra., oficina 407, Miramar y en el Centro de Negocios Miramar, calle 3ra. e/ 78 y 80, La Habana. El último de estos informes o “Alertas informativas”, titulado “Ordenamiento monetario. Análisis desde una óptica de inversión extranjera”, es de enero de 2021.
Sin embargo, EY lleva operando en Cuba al menos desde el año 2001 y es la única de las Big Four con presencia en la isla.
La información consultada sobre el entramado societario utilizado por EY para operar en Cuba aparece en los Paradise Papers de la ICIJ Offshore Leaks Database. De la misma resulta que EY opera en la isla desde el año 2001 a través de una sociedad pantalla extranjera, Caribbean Professional Services Ltd (“EY Cuba”), con sede en Worthing Corporate Centre, Worthing Main Road, Christ Church, Barbados.
EY Cuba tuvo entre sus administradores durante un tiempo a otra empresa de Barbados, EY Management Ltd., y tiene relación con otra empresa, EY Corporate Services Ltd., ambas con domicilio social en “One Welches”, Welches, St. Thomas, BB22025, Barbados.
Actualmente, EY Cuba tendría de administradores a Manuel Gago Alejandro, German D. Matzkin y Matthew D. Pickles. Estos profesionales son extranjeros, mayormente argentinos e ingleses (los administradores) y también tienen o han tenido en el equipo personal de otras nacionalidades, así como empleados cubanos. Con cierta frecuencia, EY Cuba recluta personal extranjero con ofertas de empleo en la red social profesional LinkedIn.
EY Cuba también tendría una conexión de trabajo con las oficinas de EY en Nueva York, México y España, intercambiando profesionales entre estas oficinas y, previsiblemente, clientes.
En los documentos revisados, aparece que EY Cuba trabaja en la Isla para Consultores Asociados S.A. (“CONAS”), la firma de servicios de consultoría y auditoría oficial de Cuba, que pertenece al Ministerio de Finanzas y Precios de Cuba. EY Cuba ha aparecido incluso en la prensa oficial, en Opciones, el “Semanario Económico y Financiero de Cuba”.
Los clientes de EY Cuba abarcan todas las grandes empresas nacionales que tienen comercio con el exterior y las extranjeras con interés directo y relaciones con el régimen en Cuba: ETECSA, BioCubaFarma, Internacional Cubana de Tabacos (Habanos S.A.), ENERGAS, Aguas de La Habana, Brascuba S.A., Corporación Copextel, Havanatur, Inmobiliaria Montebarreto, Cementos Cienfuegos, Empresa Cubana de Gas (ECG), Banco Internacional de Comercio S.A. (BICSA), Banco Exterior de Cuba, Financiera del Turismo S.A. (FINTUR), Corporación Financiera Habana (CFH), FINEXIM S.A., Sherritt International, Nestlé y Cuvenpetrol (Joint-venture entre PDVSA y CUPET).
Varias de esas empresas figuran en la lista del Departamento de Estado de los Estados Unidos de entidades y subentidades prohibidas asociadas a Cuba, actualizada por última vez el 8 de enero de 2021. Se trata de la llamada “lista negra” que la administración Trump elaboró tras declarar a Cuba como Estado patrocinador del terrorismo el 11 de enero de 2021. La Administración Biden no ha revocado dicha declaración.
Se trata de empresas, entidades y subentidades cubanas bajo el control o que se sospecha actúan en nombre de los servicios militares y de inteligencia cubanos, con las que el gobierno estadounidense prohíbe las transacciones financieras directas.
EY habría violado y seguiría violando la normativa estadounidense al prestar servicios a entidades cubanas sancionadas a través de una filial instrumental constituida en Barbados con el único propósito de eludir las prohibiciones vigentes.
Estas son algunas de las entidades y subentidades de la Lista Negra para las que EY trabaja en Cuba: Corporación CIMEX S.A., Compañía Inmobiliaria Aurea S.A., Hotelera IBEROSTAR (Iberostar Grand Packard Hotel, Iberostar Bella Vista, Iberostar Laguna Azul, Iberostar Playa Alameda, Iberostar Ensenachos, Iberostar Playa Pilar) y Dirección Integrada Proyecto Mariel (DIP).
No es casual entonces que EY dimitiese como auditor de Havin Bank tras conocer de la demanda de CRF I Ltd. Imaginarse involucrada en un juicio ante un tribunal británico podría conllevar la obligación de revelar el entramado financiero del régimen, tanto en Cuba como en Londres, un riesgo quizás demasiado grande para el pago que han de recibir.
La conexión china
En todo esto China, segundo socio comercial de Cuba detrás de Venezuela, ha jugado un papel que pudiera ser determinante para el presente y futuro de los cubanos. La Isla ya forma parte del plan estratégico de dominación geopolítica conocido como la iniciativa “One Road One Belt” (Nueva Ruta de la Seda), con la que China pretende aumentar su influencia en el continente americano, ante la pasividad de la administración Biden.
El banco chino ICBC (Industrial & Comercial Bank of China) ostentaba un crédito del Banco Nacional de Cuba, una parte del cual vendió a CRF I Ltd., que seguidamente demandó al Estado cubano. China, sin embargo, se pudiera estar guardando un as bajo la manga, bajo la forma de una segunda demanda contra Cuba, presentada en 2021 por su filial inglesa ICBC STANDARD BANK PLC (la de CRF I fue en 2020) que en estos momentos está “dormida”, a la espera de ver lo que sucede en el caso de CRF I Ltd. El ICBC STANDARD BANK PLC (banco inglés controlado por ICBC en un 60%) reclama 200 millones de libras, más 1000 millones en intereses.

Lo que en principio pudiera parecer perjudicial para la dictadura cubana podría acabar siendo beneficioso, ya que podría garantizar su propia supervivencia. Si tenemos en cuenta que el de Cuba es un Estado fallido, y no está en condiciones de pagar a sus deudores, la única salida que les queda es vender el futuro de los cubanos al mejor postor a través de la cesión de deuda soberana. En otras palabras, el régimen habría aceptado la jurisdicción del tribunal inglés para demostrar a sus acreedores que no tendrá reparos en seguir endeudándose y que, aunque se produjese una transición democrática, esos acreedores podrían cobrar cualquier deuda anterior, ya que estaría garantizada mediante deuda soberana. La única condición que ponen es seguir en el poder.
El régimen cubano pretendería asegurarse un futuro, demostrando a sus socios que está abierto a adaptarse a los cambios que se avecinan, pero solo si puede conservar sus privilegios. Para conseguirlo, cuenta con la ayuda de Ernst & Young, bancos e instituciones internacionales, incluso de potencias mundiales para las que Cuba no es más que un peón en el tablero de intereses.
Otros documentos consultados para esta investigación:













Fuente Cubanet.org