Decir que el narcotráfico y la política están estrechamente conexos es una verdad de Perogrullo. Nadie lo duda, todo lo contrario, es una verdad de público conocimiento y que pocas veces llega a una condena.
El caso del fallecido ex intendente de Paraná, Entre Ríos, Sergio Varisco, es la muestra de que, a veces, cuando quiere, la justicia puede investigar, avanzar y sentenciar en causas de tráfico de estupefacientes vinculadas a la clase política.
Pero, lamentablemente, los ejemplos son pocos y, mientras dirigentes de distintos partidos políticos se rasgan las vestiduras hablando de la inseguridad, resultan vincularse al mundo del narcotráfico.
Por caso, hoy el tema aún latente, reciente, es el de la ejecución a sangre fría de Daniel Barrientos, en el partido bonaerense de La Matanza. Los vecinos cansados piden seguridad pero, no sólo el intendente Fernando Espinoza no dio la cara luego de este aberrante hecho, sino que además es un hombre a quien se le conocen vínculos con este nocivo delito.
¿Cómo pedirle seguridad a alguien que tiene alguna conexión con uno de los delitos que más muertes y violencia causa?
Pero no es el único, personajes de la talla del sindicalista Hugo Moyano, del ex gobernador de Entre Ríos Sergio Urribarri –actualmente ocupando la embajada argentina en Israel-, o el Ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, se encuentran directamente vinculados con el comercio de narcóticos.
En el caso de este último es aún peor, porque resulta ser el hombre que maneja las fuerzas federales del país, aquellas que se especializan en detener delitos de orden federal, como lo es el narcotráfico.
Entonces, ¿A quién se le va a reclamar por la ya arraigada delincuencia narcocriminal?
Otro de los casos rimbombantes es el del secretario general de Camioneros Hugo Moyano, no solo por el poder que ostenta per se, que en muchos casos sobrepasa al de la Casa Rosada, logrando en varias oportunidades cambiar el rumbo de las políticas que desde allí se aplican, sino porque además es amigo íntimo del presidente Alberto Fernández.
También supo codearse con Mauricio Macri, Cristina Fernández, Néstor Kirchner y diversos ex presidentes. ¿Tampoco se puede reclamar a la máxima autoridad ejecutiva del país? Parece que no.
Es ya una costumbre política, acaso un negocio ya naturalizado a tal punto que el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, salió en un video confesando darle protección a las ambulancias que reparten “falopa” y nada pasó al respecto. En otra parte del mundo sería un escándalo, pero en Argentina nada pasa. ¿Por qué? Porque ese es el curso normal del poder.
El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se encuentra señalado por darle protección a una banda que funcionaba en el partido de Tigre, y hasta el candidato a diputado José Luis Espert, tuvo el apoyo del narco “Fred” en el marco de su campaña electoral en las presidenciales del 2019.
Incluso, el ex jefe de la Policía Federal durante la segunda parte de la gestión de Patricia Bullrich al frente del Ministerio de Seguridad, Néstor Roncaglia, hoy se encuentra en medio de un juicio que le inició al director de este medio, Christian Sanz, por hallarle vínculos con el narcotráfico.
Se insiste, este delito es uno de los más nocivos y distorsivos en cualquier sociedad del mundo. Entonces ¿qué pasa que no se termina con este flagelo que ha dejado una millonada de muertos a lo largo de la historia? La respuesta es sencilla: el negocio es descomunal.
Según estimaciones, sólo en América, el narcotráfico mueve unos 90 mil millones de dólares anuales, aunque hay quienes afirman que esa suma asciende a los 120 mil millones de dólares.
Por algo, una parte de la dirigencia política permite que ello continúe, como si nada pasara. En el medio quedan los ciudadanos que terminan sufriendo las consecuencias de una parte de la población intoxicada o que busca intoxicarse y está dispuesta a robarse una vida por un poco de droga.
Dicho sea de paso, ¿por qué Aníbal Fernández no volvió a poner en funcionamiento la subsecretaria de Lucha Contra el Narcotráfico que desarticuló la ex ministra de Seguridad Sabina Frederic?
Nunca se va a poder terminar con este delito si primero no se pena a los actores políticos que permiten que se realice, y jamás se va a poder culminar con la inseguridad si el narcotráfico está latente en cada rincón del país
Fuente Mendoza Today