Por Ana Clara Pedotti
Lejos aún de los picos en términos reales que tocó el dólar en 2020 y 2022, economistas reconocen que hay pocas alternativas para frenar la crisis.
Desde que Alberto Fernández comenzó su mandato, el dólar blue saltó más de un 600% en términos nominales. Este martes, el precio saltó un 7% y acumula un incremento del 25% desde que empezó el mes. La suba del billete de estos días preocupa por su rapidez, aunque el valor alcanzado esté lejos de los picos que se vieron en otros momentos de tensión financiera.
El presidente atravesó por lo menos tres momentos de alta incertidumbre financiera y corrida contra el peso. El primero, en los meses de octubre y noviembre de 2020, cuando llegó a tocar los $195 y desembocó en nuevos ajustes al cepo cambiario. El segundo, en la crisis de la deuda en pesos, en julio pasado, que finalizó con la salida de Martín Guzmán del Palacio de Hacienda, el breve ensayo de Silvina Batakis al frente de la economía y el desembarco de Sergio Massa, en caracter de “super ministro”.
Si se descuenta la inflación del período, el dólar blue coqueteando con los $500 está lejos aún de esos máximos: los $195 de la crisis post covid representarían, a plata de hoy unos $680. mientras que los $350 que tocó el blue antes de la llegada de Massa a Economía, equivaldrían a unos $540. Sin embargo, el deterioro de las variables financieras hace que este momento luzca de una enorme fragilidad y preocupación tanto para el Gobierno como para el mercado.
El economista de Cesur Amilcar Collante afirmó: “La situación de la economía es más vulnerable actualmente. Al mismo tiempo señaló: “En la corrida de Guzmán/Batakis paso de $202 a $350 en el overshooting hoy el porcentaje es menor de $392 a $495. Sin embargo, la nominalidad va más rápido y la escasez de reservas es mayor. En ese momento, se podía impulsar dólar soja, que daba oferta en el corto plazo en mercado de cambio. Y hoy no está esa posibilidad”.
En esta misma línea, Juan Pablo Albornoz, de Invecq afirmó: “La primera corrida se resolvió con un supuesto giro ortodoxo en las políticas económicas del Ministerio de Economía, algunas medidas amigables en lo que hace a la operatoria de dólares financieros (se modificaron los parkings y cupos). La segunda corrida devino de un agotamiento del modelo anterior, con una inflación en ese entonces lanzada. Se pudo sortear con una muy fuerte suba de tasas y, especialmente, con un shock político: el ingreso de nombres con peso propio al Ministerio de Economía.
En cambio, ahora los economistas ven acotadas las posibilidades de maniobra para frenar la crisis, en un contexto de inflación espiralizada, caída de reservas y aumento de la incertidumbre por el ruido político.
“Hoy no hay suba de tasas que alcance (incluso, agravan la situación por los intereses que paga el BCRA), la nominalidad está más lanzada que antes, la actividad no se recupera sino que está en retroceso, se suma el condimento de año electoral donde se dolarizan carteras y, especialmente, no pareciera haber comodín político para generar un “shock de confianza”, dijo Albornoz.
Pedro Siaba Serrate, de PPI, dijo que en este momento hay “pocas anclas” para el tipo de cambio: “El estado de las reservas es bastante crítico, que ni aún con un dólar soja 3 se logra revertir”.
Hacia adelante, en el mercado aún no se animan a poner un precio que pueda servir de techo para el blue. El economista de FMyAsociados, Fernando Marull, afirmó: “El dólar de convertibilidad. que surge de comparar la base monetaria total más los pasivos monetarios remunerados (Leliqs y etc) sobre el stock de reservas brutas en el Central, en términos de $510 ya está en un valor lógico”.
SN
Fuente Clarin