LA HABANA, Cuba.- Una de las voces más respetadas del periodismo deportivo cubano, Julita Osendi, ha publicado un post en su muro de Facebook donde rememora cómo se celebraba el 1.º de mayo en la Cuba de otros tiempos, trayendo a colación la situación actual de la Isla, donde este año el Gobierno se ha visto obligado a suspender el tradicional desfile, presuntamente por falta de combustible.
La reportera, conocida por su admiración a Fidel Castro y por dedicar cada victoria deportiva al “máximo líder” y su Revolución, se entregó a la nostalgia recordando que el Primero de Mayo “era una fecha sinónimo de alegría, de vida, de prosperidad”, y que “en las buenas y en las malas los cubanos desfilaban y siempre existió la esperanza de un futuro mejor”.
De súbito, el tono de su post cambia y se transforma en una crítica a la terrible situación política, social y económica que castiga a los cubanos, desde el masivo éxodo que ha arrancado de Cuba a más de un cuarto de millón de sus hijos, hasta la más reciente contracción de la canasta básica, que ha visto desaparecer la cuota de pollo para ser reemplazada por mortadela o picadillo.
“Hasta el triste pollo que apenas alcanzaba (…) nos lo quitaron. Del famoso «paquete» que nos venden, bien caro, por cierto, ya nos quitaron una botella de aceite de las dos iniciales (…) Por la canasta básica, solo venderán los poquitos huevos que no alcanzan para una semana y ¿picadillo? y mortadela incomibles, asquerosos, que ni mi gata quiere comer”, apuntó.
La periodista hizo extensiva su crítica al sistema de salud, donde ni siquiera hay recursos para atender una fractura, y a los desorbitados precios de la Mipymes, inaccesibles para quienes dependen exclusivamente de un salario o una pensión.
“Este Gobierno lo que quiere es que no comamos; sin embargo, ellos cada día están más gordos, sonrosados. Sus botones revientan”, subrayó.
Julita Osendi relata también la angustia de una madre y el malestar que se percibe en todas partes.
“No hay una persona que yo me encuentre, salvo pocas hipócritas o estúpidas, que no hable lo mismo. Entonces, ¿vamos a festejar qué?”, cuestionó la periodista, cuyo post terminó con el amargo reconocimiento de haber errado y dedicado su vida a una mentira.
“¿Saben? Estoy cansada y triste, mucho, de haberme equivocado tanto”, admitió.
Decenas de cibernautas respondieron a su post con empatía, aunque no faltó quien le reprochara a la reportera su pasado fidelista y revolucionario.
Fuente Cubanet.org