Las fuerzas del orden de Azerbaiyán desmantelaron una red de espionaje vinculado a Irán que planeaba impulsar disturbios armados en el país para cambiar por la fuerza la estructura constitucional azerbaiyana y crear un Estado religioso.
Según un comunicado del Ministerio del Interior, la Oficina del Fiscal General y el Servicio de Seguridad del Estado de Azerbaiyán, durante un operativo «se detuvo a un grupo de ciudadanos involucrados en la cooperación con los servicios especiales de la República Islámica de Irán».
En concreto, fueron arrestados siete miembros de un grupo de combate denominado «Venganza 313» que escribían «consignas religiosas radicales y las pegaban cerca de edificios administrativos y organismos estatales» azerbaiyanos.
«Los miembros del grupo recibieron fondos del extranjero para promover el radicalismo religioso en Azerbaiyán y financiar otras actividades subversivas», indicaron las autoridades azeríes.
Según éstas, un padre y su hijo, Rufulla y Almursal Ajundzade, que se encuentran en Irán, manejaban a este grupo desde Irán y «planearon disturbios armados con el objetivo de cambiar por la fuerza el orden constitucional de Azerbaiyán y crear un Estado con fundamentos religiosos».
«Para ello, se planearon atentados contra la vida de destacados estadistas y se compiló una lista de estas personas», agregaron las autoridades azerbaiyanas.
De acuerdo con Bakú, el padre creó grupos secretos en WhatsApp, Telegram y otros servicios de mensajería en la red, donde pasaba los datos y domicilios de las personas a eliminar por los miembros del grupo de combate, así como instrucciones para obtener armas y preparar cócteles molotov.
También planeó llevar a los miembros del grupo a Irán para recibir entrenamiento militar con el pretexto de proporcionarles «una educación religiosa». EFE
Fuente Aurora