LA HABANA, Cuba. – Cada año, en Cuba, los accidentes del tránsito causan cientos de muertes prematuras y lesiones permanentes. Este flagelo, calificado recientemente como “una epidemia silenciosa y ambulante” por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, lleva más de dos décadas como la quinta causa de muerte en la Isla.
A diferencia de un accidente, que es considerado un evento inesperado e imprevisible a pesar de haber tomado precauciones, cuando el resultado de una acción irresponsable provoca la muerte o lesiones a otras personas, estamos frente a un acto criminal.
Es importante establecer la diferencia entre ambos casos, para tomar medidas y frenar la ola indetenible de accidentes.
Los números hablan por sí solos: en el año 2022, Cuba registró un total de 9.848 accidentes de tránsito, con 700 muertes y 7.689 personas lesionadas, algunas de ellas con heridas graves y secuelas físicas permanentes, según datos aportados por el coronel Roberto Rodríguez Fernández, jefe del Órgano Especializado de Tránsito de la Dirección General de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), en la Mesa Redonda del pasado 1 de febrero.
Además de las consecuencias humanas, la epidemia de accidentes también tiene un impacto económico significativo, con una pérdida estimada de 500 millones de dólares, lo que representa una afectación del tres al cinco por ciento del Producto Interno Bruto.
Es importante tomar medidas urgentes y efectivas para frenar esta epidemia de accidentes en Cuba, especialmente en las provincias de La Habana, Holguín, Villa Clara y Santiago de Cuba que reportan más casos de accidentalidad.
Adoptar una actitud responsable y respetar las normas de tránsito es esencial para garantizar la seguridad vial y proteger la vida de todos los ciudadanos.
Durante el trienio 2020-2022, los accidentes de tráfico en Cuba han venido en aumento, registrando un alza imparable. En particular, durante el año 2022 se contabilizaron un total de 9.848 accidentes, lo que representa un aumento del 17 por ciento en comparación con el año anterior. También se registró un incremento del 8,32 por ciento en el número de accidentes durante el año 2021 en relación al 2020.
Desafortunadamente, estos accidentes tuvieron consecuencias fatales, con un total de 700 personas fallecidas y 7.689 heridas.
La tasa de mortalidad alcanzó 6,2 fallecidos por cada 100.000 habitantes incluyendo menores y jóvenes. Mientras que algunas víctimas tuvieron la suerte de salir del accidente sin lesiones graves, otras sufrieron secuelas físicas y emocionales a largo plazo.
Rodríguez Fernández identifica varias causas que explican el aumento de los accidentes de tráfico en Cuba durante el trienio 2020-2022.
Estas incluyen las difíciles condiciones económicas del país, la escasez y deficiencias del transporte público y la proliferación de motorinas y ciclomotores sobre un mismo eje vial en su mayoría, en regular o mal estado.
El problema se agrava cuando se considera que los accidentes que involucran motos y ciclomotores (el 44 por ciento, casi la mitad de todos los accidentes de tráfico) son los responsables del 27 por ciento de las víctimas fatales y el 42 por ciento de los lesionados.
Además, más de la mitad (el 53 por ciento) de los vehículos inspeccionados en la Isla presentan deficiencias.
Por otro lado, se señala que el estado de las vías, el parque automotor y la falta de señalización también pueden ser una causa indirecta de los accidentes. En definitiva, es importante abordar estos problemas para reducir los riesgos de accidentes y mejorar la seguridad vial.
Es cierto que el estado defectuoso de las vías, la falta de señalización y los problemas con el parque automotor pueden ser un factor que contribuya a los accidentes de tráfico en Cuba. No obstante, esto no exime a los conductores de su responsabilidad y obligación de respetar las normas y reglamentos de tránsito.
Aunque es comprensible que haya conductores que no estén de acuerdo con las condiciones de las vías o las medidas de seguridad vial, esto no justifica el hecho de desafiarlas y poner en riesgo su vida y la de los demás usuarios de las vías.
Por lo tanto, es necesario hacer hincapié en programas educativos y medidas de refuerzo que permitan transmitir la importancia de la educación vial.
De igual forma es necesario poner en orden el transporte público para garantizar un servicio que cumpla con las necesidades de los ciudadanos y reduzca el número de vehículos en circulación, y ejecutar políticas serias para controlar la proliferación de las indisciplinas viales de los conductores de motos en las vías.
Cerca de 35.000 conductores fueron detectados conduciendo sin licencia durante 2022. Las autoridades pueden, deben y tienen que establecer medidas severas para aquellos que infrinjan las leyes, a la par, también es importante que se realicen campañas de concientización y se fomente una cultura de respeto y educación vial.
El trabajo conjunto entre las autoridades y la ciudadanía puede lograr una conducción más segura y reducir el número de accidentes, así como el de fallecidos y lesionados.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Fuente Cubanet.org