El primer ministro acusó a los líderes de la oposición Lapid y Gantz, en la reunión de Gabinete, de estar “haciendo jueguitos” y “perder tiempo” para paralizar las negociaciones
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, anunció hoy que su gobierno, avanzará en los próximos días unilateralmente con su polémico plan de reforma judicial, después de que la oposición se retirara el pasado miércoles de las negociaciones para lograr un consenso, y a pesar del riesgo de que se reactiven las protestas sociales.
«La mayor parte de la sociedad israelí entiende que es necesario que haya cambios en el sistema judicial. Es por eso que nos reuniremos esta semana y daremos pasos activos, de una manera mesurada, acorde con el mandato que se nos dio», afirmó hoy Netanyahu en su reunión de gabinete semanal con todos sus ministros.
Gobierno y oposición comenzaron en abril un diálogo, auspiciado por el presidente Isaac Herzog, para lograr un consenso en torno a la reforma judicial, después del amplio rechazo social que logró la propuesta inicial gubernamental, diseñada por el ministro de Justicia, Yariv Levin, y vista por gran parte de la ciudadanía como una amenaza a la democracia israelí, socavando la separación de poderes y la independencia de la justicia.
Además de provocar las mayores protestas de la historia de Israel, que ayer continuaron tras 24 semanas consecutivas, a finales de marzo, cuando la Knéset (Parlamento israelí) debía aprobar una de las leyes clave y más polémicas de la reforma -la ley de elección del comité que elige a los jueces-, la convocatoria de una huelga general obligó a Netanyahu a congelar su tramitación y abrir un diálogo con la oposición.
ELECCIÓN DE LOS JUECES
Según la modificación de esa ley planteada en la reforma, se cambiaría la composición del comité que nombra a los jueces y el gobierno pasaría a tener control casi total sobre esas nominaciones, incluidas las de la Corte Suprema; sin dar cabida a ningún diputado de la oposición, como sucede hasta ahora.
Sin embargo, después de dos meses de conversaciones, no se ha conseguido ningún consenso y los dos principales líderes de la oposición, Yair Lapid y Benny Gantz, anunciaron el miércoles que se retiraban de las conversaciones ante lo que interpretaron como falta de voluntad del gobierno de lograr acuerdos.
La oposición deploró ese día el fallido intento de Netanyahu de posponer una votación clave en la Knéset para elegir a los miembros del comité de selección de jueces, para evitar dar un puesto a la oposición, que finalmente, gracias al apoyo de cuatro diputados del Likud -partido de Netanyahu- colocar a su candidata en ese panel, Karine Elharrar.
«Lo que se demostró el otro día es que Gantz y Lapid han estado jugando. Lo que hicieron fue una tergiversación de las llamadas negociaciones», afirmó hoy Netanyahu.
Según el primer ministro, el gobierno dio a la oposición «un mes y luego otro mes, y otro, y sus representantes no accedieron ni al más mínimo entendimiento» porque su intención era solo ganar tiempo».
«Si Netanyahu avanza con su plan golpista de forma unilateral, como afirmó, se enterará de que es primer ministro de menos de la mitad del pueblo de Israel, apoyado por menos de la mitad de la economía, de menos de la mitad del estamento de seguridad, y de menos de la mitad de la Knéset», declaró hoy Lapid, ex primer ministro y líder de la oposición.
ARTIMAÑAS DE NETANYAHU
Aunque la oposición logró que saliera elegida su candidata al comité de selección de jueces, Netanyahu también consiguió posponer la elección del diputado del bloque gubernamental, lo que suspende por el momento los nombramientos de jueces, con el objetivo de ganar tiempo e intentar avanzar en su reforma judicial.
De hecho, el ministro de Justicia, Yariv Levin, anunció esta semana que no convocará al comité hasta que pueda aprobar el proyecto de ley para cambiar su composición, a pesar de la acumulación de unos 80 jueces que deben designarse en un poder judicial sobrecargado.
Ese proyecto de ley ya está en la fase final de su tramitación y puede aprobarse en una votación definitiva en cualquier momento en la Knéset, que tenía previsto darle luz verde el pasado marzo, antes de que Netanyahu congelara la reforma ante la fuerte presión social.
«Estoy más decidido que nunca a hacer todo lo posible para aprobar la reforma que es necesaria para reparar el sistema de justicia», indicó el viernes Levin, arquitecto de la reforma y uno de los miembros del Gobierno que más están presionando a Netanyahu para que siga adelante con la misma a pesar de las protestas y la falta de acuerdo con la oposición. EFE y Aurora
Fuente Aurora