La reforma del mercado eléctrico de la Unión Europea ha pasado de estar en primera página de la agenda legislativa del club comunitario, debido al aumento del interés a raíz de la crisis energética del último año, a ir, poco a poco, desapareciendo de los radares. Pero lo cierto es que la negociación será una de las piezas clave de la presidencia española que arranca en julio. Pero este lunes los ministros de Energía de los Veintisiete han sido incapaces de cerrar un acuerdo que permita la apertura de negociaciones con el Parlamento Europeo.
Ha sido un día complejo en Luxemburgo, con la presidencia sueca haciendo un ejercicio de equilibrio entre las posiciones de los distintos Estados miembros. Tras una primera ronda de discusiones, unos 10 países estaban a favor del texto que se les había presentado, pero para la inmensa mayoría de delegaciones todavía era necesario pulir distintos elementos de la propuesta. Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno, admitía al llegar a la reunión que se trata de un expediente “complicado, denso y extenso”.
“Hemos llegado a un acuerdo en dos de las tres piezas de la reforma del mercado eléctrico”, ha explicado al finalizar el encuentro Ebba Busch, ministra de Energía de Suecia, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. “Tenemos esperanzas en cerrar la tercera parte durante la presidencia sueca”, ha asegurado la ministra durante una rueda de prensa en Luxemburgo. Eso significa que los Veintisiete todavía confían en cerrar un pacto en los próximos once días a nivel de embajadores representantes permanentes. Ribera ha señalado que quedan “tres o cuatro puntos abiertos”.
Kadri Simson, comisaria de Energía, destacaba a su llegada al encuentro la importancia de cerrar un acuerdo a lo largo de la jornada. “Espero que los ministros logren un acuerdo hoy porque lo necesitamos. Necesitamos un mercado eléctrico que sea más resiliente de cara a posibles shocks y necesitamos también más inversiones en renovables, que beneficiarán a consumidores, hogares y empresas”, explicó la comisaria. Pero no se han cumplido las expectativas de Simson y el encuentro ha finalizado sin acuerdo.
#TTE Energy Ministers council has ended & our work on reforming the #ElectricityMarketDesign will continue. A big thank you to @BuschEbba for the work done during the @sweden2023eu presidency.
Our press conference after the council can be found here👉https://t.co/ZAS3jzR9XC pic.twitter.com/xrKSll1wz4
— Kadri Simson (@KadriSimson) June 19, 2023
Uno de los puntos más delicados ha sido el referido a los contratos por diferencia (CdF), que han enfrentado a la presidencia y a dos grupos de Estados miembros. Estos contratos funcionan entre el Estado y un generador, acordando un precio fijo y devolviendo después la diferencia que haya entre el precio establecido y el precio real. La discusión central ha sido si estos contratos se pueden extender a las centrales nucleares, como venía solicitando Francia, o si, por el contrario, como defendía el ministro alemán, Robert Habeck, la energía atómica debía quedar fuera de los CdF. Los CdF están pensados para impulsar el despliegue de energías renovables, y el bloque antinuclear no quiere que se utilice este mecanismo para que los países que están redoblando su apuesta por la energía atómica, especialmente Francia, puedan financiar la ampliación de las centrales ya existentes.
Otro asunto delicado ha llegado de forma inesperada para algunos: la presidencia sueca ha ofrecido a Polonia la posibilidad de dar subvenciones a las plantas eléctricas con carbón dentro de los mecanismos de capacidad, pensados para garantizar el suministro en caso de que haya ausencia de energías limpias. Esa subvención al carbón, que se extendería hasta 2028, ha sorprendido a algunos Estados miembros.
En cierto modo, la presidencia sueca ha tenido que jugar con los intereses nacionales de dos grandes actores en la Unión Europea. Por un lado, ha ido ofreciendo concesiones a Francia, para la que la energía nuclear es una prioridad nacional, y por el otro, ha ofrecido también a Polonia la posibilidad de seguir manteniendo una apuesta por el carbón, otra prioridad polaca en las negociaciones energéticas.
Ribera ha explicado que Polonia busca una mayor seguridad también ante la posibilidad de tener que asistir al mercado eléctrico de Ucrania. “Creo que es importante encontrar una solución que de acomodo a Polonia, pero creo que también es importante mantener sin margen de duda que por supuesto que podemos contar con situaciones excepcionales que necesitan medidas excepcionales, pero que la intensidad de CO₂ en el uso de las centrales térmicas que ha orientado las grandes decisiones de inversión o cierre de estas centrales debe ser respetado”, ha explicado la vicepresidenta.
Por su parte, España, junto con Portugal, han estado solicitando que se establezcan topes en los ingresos de las energías inframarginales en tiempos de crisis, aunque se han encontrado con la oposición de un buen grupo de Estados miembros, los que siempre se han situado en contra de las visiones españolas y portuguesas respecto a la reforma del mercado eléctrico, y también de la propia Simson. “Tengo muchas reservas sobre la inclusión del tope a los ingresos de las inframarginales como un elemento permanente del diseño del mercado”, ha señalado la comisaria de Energía.
La reforma del mercado eléctrico de la Unión Europea ha pasado de estar en primera página de la agenda legislativa del club comunitario, debido al aumento del interés a raíz de la crisis energética del último año, a ir, poco a poco, desapareciendo de los radares. Pero lo cierto es que la negociación será una de las piezas clave de la presidencia española que arranca en julio. Pero este lunes los ministros de Energía de los Veintisiete han sido incapaces de cerrar un acuerdo que permita la apertura de negociaciones con el Parlamento Europeo.
Fuente El Confidencial