Si bien desde hace un tiempo a esta parte en Guaymallén “pasan cosas”, es notorio -y más en los últimos meses- la ausencia de su máxima autoridad tanto en lo mediático, como en lo relativo a su gestión, Marcelino Iglesias.
Falta de respuesta de su propio equipo, algo cada vez más evidente -corrupción incluida-, llevaron a Diario Mendoza Today a indagar sobre el devenir de quien hasta al menos mediados del año pasado era visible al mando de la comuna, cosa que hoy no estaría sucediendo.
Numerosos testimonios indican que estaría padeciendo severos problemas de salud de pronósticos inciertos, ello explicaría la anomia municipal.
A ello se suma que los casos de corruptelas se multiplicaron en estos tiempos, en medio de un municipio que parece estar acéfalo, lo que justificaría en parte la voraz ambición de su propio equipo, con algunas pocas honrosas excepciones, donde más que nunca se privilegia el vale todo: licitaciones sin control, con severos cuestionamientos de sobreprecio, descontrol total en el manejo de obras, sobre todo en la otorgación de permisos para la construcción, los cuales a la fecha son casi nulos, multiplicidad de multas por criterios cruzados de la misma Secretaría de Obras a cargo desde el 2015 de Marcos Calvente, el cual ostenta una absoluta parálisis para movilizar expediente alguno, junto a la cuestionadísima y desbocada Cintia Brucki, quien sigue en su cargo, a pesar de tener inmovilizadas obras de construcción, las cuales en su mayoría son de vivienda.
Cabe resaltar que dicha funcionaria, muy suelta de cuerpo acusa ante los medios amigos a diversos constructores de “estafadores”, sin medir que seguramente tendrá consecuencias judiciales.Ello sin mencionar que hace esas denuncias sin cumplir con su deber de funcionaria pública, que es la de recurrir a la Justicia.
Nada que sorprenda: Marcelino ya tiene experiencia en eso de mantener en sus cargos a personal procesado. A veces, alguno aparece jubilado o renunciado. Pero es la excepción.
Sin dudas, es el equipo que decidió tener, que ahora lo estaría “carroneando” y fagocitando, en una situación preocupante sobre su salud, casi en la soledad absoluta.
Algunos se frotan las manos ante la presente circunstancia, quienes cual cuervos se abalanzan sobre lo que queda para “salvarse” a como dé lugar, ello no solo es notorio, sino que ya son demasiados e innumerables los hechos que se presentan de a decenas en pocos días.
Es raro que haya silencio total en estos tiempos donde la gestión solo luce por los escandalosos hechos que día a día se suceden y solo se publican en Mendoza Today.
Obvio que en los demás medios hay silencio total, un mutismo que aturde, justamente de sus medios amigos, a quienes la pauta lo cuidaron siempre de sus tropelías y tapan sus trapisondas, tratando ya a esta altura tapar el sol con el dedo, mientras la sociedad guaymallina espera las respuestas que nunca suelen darse.
La foto que encabeza esta nota fue tomada en los festejos del 9 de Julio el viernes pasado en la explanada municipal, donde se lo vio alicaído, deprimido, y absolutamente solo a Marcelino. Recorriendo los alrededores del edificio comunal.
Mientras tanto, si bien ya ocurría un saqueo mientras él estaba presente en la gestión, hoy se lo nota atribulado, con postura derrotada, mientras puertas adentro del municipio terminan de esquilar su gestión poco feliz.
Ayer Luis Lobos, condenado y preso por perjudicar las arcas comunales. Ahora, el presente indica que esta gestión también es pésima, pero claro, nadie de ningún organismo investiga ni interviene sobre lo ya demostrado.
Seguramente cuanto más se disimule el malestar, que no es moco de pavo, y no se hable de nada, los negativos hechos se siguen multiplicando empezando a tener consecuencias de final imprevisible en la gestión, tanto como en la salud de su mandamás.
Desde sus comienzos Iglesias basó sus propuestas en recuperar valores, mostrar transparencia, y gestionar junto al vecino.
No solo nunca cumplió su objetivo, sino que en posición de “Patrón de estancia” tomó posesión de la cosa municipal, acumulo poder y soberbia, y aun con su propio equipo, que día a día solo lo soportan por el cargo, cargados de soberbia.
Sr. Intendente, de corazón no le deseo nada malo en su salud, pero sí que no sostenga más este estado perverso que usted mismo generó y hoy perjudica a la sociedad toda. Por el bien de Guaymallén.
Fuente Mendoza Today