El nombramiento de Fiona Scott Morton como economista jefa de la dirección general de Competencia de la Comisión Europea ha provocado una enorme polémica en Bruselas, a pesar de que se venía rumoreando sobre su fichaje desde hacía meses. Muy pocos dudan de la capacidad de Scott Morton, una profesora de la Universidad de Yale con un largo pedigrí en la cuestión de la política de la Competencia, pero hay dos factores que han acabado por obligarla a renunciar a su nombramiento: su nacionalidad, ya que es americana, y su pasado trabajando como asesora de los gigantes tecnológicos, dos elementos que han generado una enorme presión sobre el Ejecutivo comunitario.
Scott Morton, que fue economista jefa del Departamento de Justicia bajo la Administración de Barack Obama, tiene una buena relación con Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea a cargo de la Competencia, y, cuando tocó pensar en la sustitución del actual economista jefe, el belga Pierre Régibeau, la vicepresidenta danesa tuvo claro qué nombre quería encima de la mesa. Para eso, la oferta que se abrió tuvo que eliminar un requisito que existía en la anterior oferta de 2018: la de que el candidato sea de una nacionalidad de la Unión Europea. Para Johannes Hahn, comisario de Recursos Humanos de la Comisión Europea, esa petición era poco usual pero “legal”.
Sin embargo, tras su nombramiento, el Gobierno francés, a través de dos de sus ministros, comenzó una campaña de presión sobre la Comisión Europea, que también recibió una carta firmada por los presidentes de los cuatro grandes partidos del Parlamento Europeo, una misiva que fue impulsada por los liberales de Renew Europe, cuyo líder, Stéphane Séjourné, es muy cercano a Emmanuel Macron, presidente francés. La presión aumentó todavía más este martes, cuando el propio presidente galo habló de Scott Morton, que iba a ocupar un cargo relevante dentro de la dirección general de Competencia, pero no un puesto determinante en la dirección general de la política de Competencia de la Unión Europea.
“Dada la controversia política que se ha generado tras la elección de un no europeo para la posición y la importancia de que la dirección general tenga el total apoyo de la UE en la aplicación de las reglas, he considerado que lo mejor es retirarme y no ocupar el puesto de economista jefe“, ha escrito Scott Morton en una misiva a Vestager, que este mismo martes acudió a una comisión de la Eurocámara para hacer una encendida defensa de la candidatura de la americana frente a unos eurodiputados que la presionaron en todo momento.
Además de la cuestión de la nacionalidad, uno de los asuntos más mencionados a la hora de criticar su elección han sido sus conflictos de interés, ya que Scott Morton ha asesorado a empresas como Apple, Amazon, Microsoft, Sanofi y Pfizer, algunas de ellas sometidas a investigaciones continuas por parte de la Comisión Europea. Muchos académicos han defendido a Scott Morton en las últimas horas, y algunos han acusado al Gobierno francés y al Parlamento Europeo de “europrovincialismo”.
Francia defiende que el nombramiento es crítico porque la Unión Europea no puede lograr la deseada “autonomía estratégica” respecto a Estados Unidos con una política de competencia clave que depende, en parte, de una americana. Esa es la postura también de muchos miembros de la Eurocámara. Pero otros temen que la batalla sea más seria, entre la visión de la competencia que tiene Vestager, opuesta a una gran intervención del Estado en la economía y a la aparición de los llamados “campeones europeos”, y la que tiene Francia, que considera que hay que relajar las normas de competencia si Europa quiere seguir siendo relevante en el mundo.
De lo que nadie duda en Bruselas es de que la derrota de Vestager, que hasta el último momento ha defendido la candidatura de Scott Morton, debilita mucho a la vicepresidenta de la Comisión Europea, que recientemente anunció su intención de participar en el proceso de elección del próximo presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), algo que generó ciertas molestias dentro del Ejecutivo comunitario a falta de un año para que termine la actual legislatura. De hecho, dentro de la Comisión Europea, el nombramiento de Scott Morton también había empezado a debilitar a Vestager, con varios comisarios mostrándose contrarios a su elección.
Se esperaba que el asunto se discutiera en el colegio de comisarios que se celebra este miércoles en Bruselas, aunque la renuncia de Scott Morton ha llegado antes de ese encuentro en el que varios comisarios podían poner el asunto sobre la mesa. “Acepto su decisión, con pesar y pleno respeto a su integridad. También le deseo todo lo mejor para el futuro, y que continúe utilizando su extraordinario conjunto de habilidades y experiencia para impulsar una fuerte aplicación y regulación de la competencia en ambos lados del Atlántico”, ha escrito Vestager en un comunicado tras anunciarse su renuncia.
El nombramiento de Fiona Scott Morton como economista jefa de la dirección general de Competencia de la Comisión Europea ha provocado una enorme polémica en Bruselas, a pesar de que se venía rumoreando sobre su fichaje desde hacía meses. Muy pocos dudan de la capacidad de Scott Morton, una profesora de la Universidad de Yale con un largo pedigrí en la cuestión de la política de la Competencia, pero hay dos factores que han acabado por obligarla a renunciar a su nombramiento: su nacionalidad, ya que es americana, y su pasado trabajando como asesora de los gigantes tecnológicos, dos elementos que han generado una enorme presión sobre el Ejecutivo comunitario.
Fuente El Confidencial