Más de 125 antiguos responsables del Ejército, la Policía, los servicios de inteligencia y otros ex altos cargos de las fuerzas de seguridad firmaron una carta de apoyo a los más de 5.000 reservistas que anunciaron que no se presentarán al servicio en protesta por la reforma judicial.
La carta, dirigida al primer ministro, Benjamín Netanyahu, la firman tres exjefes del Estado Mayor -incluido el ex primer ministro Ehud Barak-, más de 40 mayores generales del Ejército retirados; cuatro excomisionados y 23 excomandantes de la Policía; y cinco exjefes del Mosad y tres del Shabak (Shin Bet), entre otros.
«Lo vemos como la persona directamente responsable por el grave daño a las Fuerzas de Defensa de Israel y a la seguridad de la nación», dicen a Netanyahu, que el jueves ratificó en un discurso televisado su intención de seguir adelante con la reforma judicial, aun sin consenso con la oposición.
«Primer ministro, el gobierno israelí bajo su liderazgo está promoviendo movimientos legislativos mientras ignora por completo el daño a la democracia israelí. La legislación está aplastando valores compartidos por la sociedad israelí, está destrozando a la gente, desintegrando las fuerzas de seguridad e infligiendo golpes fatales a la seguridad de Israel», se asegura en la carta.
Los firmantes añaden que, durante años, los reservistas se han ofrecido voluntarios para «defender el Estado democrático de Israel y ahora anuncian con el corazón roto que suspenden su servicio voluntario», pero la reforma judicial «viola ese contrato social que ha existido durante 75 años».
«Estamos con ellos y apoyamos plenamente a estos combatientes (…) Es un acto de responsabilidad nacional para la defensa de la democracia israelí», afirman.
Por ello, piden a Netanyahu que «asuma su responsabilidad y detenga la legislación» para «liderar un proceso de diálogo y las enmiendas acordadas tengan un amplio consenso», aunque la Knéset (Parlamento) abrirá mañana los debates para aprobar definitivamente la ley, que anula la revisión judicial de las decisiones gubernamentales, y es la primera norma base de la reforma judicial en salir adelante.
«Nosotros, los graduados de las guerras de Israel, nos sentimos como la víspera de la guerra de Yom Kipur, y estamos mostrando una señal roja brillante de ‘alto’ para usted y su gobierno», alertaron los militares en referencia al mayor fracaso bélico de Israel en 1973 por no prever la amenaza del ataque árabe a tiempo.
La amenaza de cientos de reservistas el pasado marzo de no presentarse al servicio ni los entrenamientos hizo que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, pidiera públicamente frenar la reforma judicial en busca de consenso por existir «un peligro tangible para la seguridad de Israel».
El discurso de Gallant entonces enfadó a Netanyahu, quien lo cesó al día siguiente, provocando las protestas más masivas desde que se anunció la reforma -unas 700.000 personas salieron a las calles en todo el país- y una huelga general que llegó a paralizar durante varias horas el aeropuerto internacional Ben Gurion, próximo a Tel Aviv, el pasado 27 de marzo.
Esto obligó al primer ministro a congelar la reforma para abrir un diálogo con la oposición y buscar un consenso, además de anular el cese de Gallant, aunque las negociaciones se rompieron en junio y el Gobierno decidió seguir adelante unilateralmente con su plan, generando ahora una tensión social similar a la vivida en marzo. EFE
Fuente Aurora